En nuestras conversaciones cotidianas tendemos a definir el ego como lo hace el diccionario, así:
('eγo)
sustantivo masculino
1. psicología instancia psíquica que se reconoce como "yo" patologías del ego
2. aprecio excesivo de alguien por sí mismo tener un gran ego
Viene del latín y significa "yo". Esos dos significados fueron los que me enseñaron en el colegio y esos fueron los usos que le di a la palabra hasta hace poco, cuando descubrí que también se usa de manera espiritual y mucha más profunda.
¿Qué es el 'Ego-Miedo'?
Existe un tipo de ego diferente a esta definición que conocemos por el diccionario. La quise denominar ego-miedo y es a la que me voy a referir en todo lo que escribo aquí. Para diferenciarlos, uso Ego con e mayúscula al referirme al ego-miedo.
La primera vez que escuché el término Ego en conversaciones con Esperanza (mi maestra #1) asumí que se refería a mi egocentrismo o auto-estima excesiva. Poco a poco me di cuenta que estaba hablando de otra cosa, pero no me atreví a preguntar. Esperanza utilizaba los términos mente, Ego y separación de manera intercambiable. Después de varios meses de no poder entender bien lo que quería decir, decidí preguntarle, y me dio una fotocopia de una página entera sobre el Ego. Nunca entendí por qué no comenzamos por la definición del término para haberme hecho la vida más fácil, pero así es el Ego: no lo entendemos hasta que estamos listos para entenderlo, descubrirlo, y trabajar con él.
Su significado se puede resumir usando las palabras separación, miedo, supervivencia y mente. Me gusta la definición que usa Mica Akullian (mi maestro #2) en su libro Healing Through Awakening (¡recomendadísimo por cierto!):
Mica nos dice: "El Ego es una adaptación sicológica muy arraigada que se ha desarrollado por miles de años para asegurar la supervivencia del individuo. La base del Ego es la creencia en la separación, la creencia que estás sólo en el mundo y debes luchar para tu protección y supervivencia. El Ego se puede observar como la voz compulsiva en la mente que está constantemente interpretando y filtrando las experiencias de vida a través del intelecto. Esa voz que está constantemente pensando en eventos futuros, obsesionándose por el pasado, comentando sobre todo lo que está pasando a tu alrededor y haciendo juicios sobre ti, tus situaciones y otras personas".
¡Que buena y completa definición! me encanta cada vez que la leo.
Sin embargo, puede que suene todavía un poco abstracta. Veamos algunos ejemplos. Imagina que tu voz mental dice lo siguiente:
En estos ejemplos, que no se alejan mucho de los que pasan por nuestra mente en nuestra vida cotidiana, vemos algunos patrones:
1) Pasado o Futuro: el Ego simplemente no vive en el presente. Nop. Nunca. Siempre está, o bien recordando el pasado o o bien preocupándose por el futuro. O los dos al mismo tiempo, pero nunca lo vemos cuando estamos enfocados en nuestro presente. Es increíble cuando empiezas a observar tu mente y lo empiezas a notar.
2) Negatividad: Esa vocecita interna negativa, regañona, que juzga, que se preocupa sin cesar. Sí, ese es el Ego en la mayoría de los casos.
3) Preocupación por nuestra supervivencia: Esta es la razón principal por la cual el Ego existe (ya lo veremos más adelante más detalladamente). Si te adentras en los pensamientos que vienen del Ego y te preguntas ¿por qué tengo esos pensamientos, de dónde vienen? te darás cuenta que en su mayoría conducen a querer protegerte de algún peligro, daño o desdicha futura.
Al leer esto ejemplos, ¿no se te cruzó por la mente que eran pensamientos normales que cualquier persona podría tener en esa situación?
Para de leer un momento y piensa en un instante en el que hayas tenido un pensamiento similar en el pasado. Ahora piensa: ¿quién tuvo ese pensamiento? y... ¿quién está observando el pensamiento ahora?
Y eso puede suscitar la pregunta: ¿cuál es la diferencia entre el Ego, la mente y "Yo"? ¡Ah! qué profundo. La respuesta breve es que TU NO ERES TU MENTE. Descubrir esto para mí fue revolucionario. No podía creer que "Yo" fuera diferente de "mi mente." Y si Yo no soy mi mente, entonces ¿quién soy? ¿quién o qué es eso capaz de observar mi mente? Lee esta sección si quieres adentrarte más en este tema. Por ahora, volvamos al Ego aquí.
El Ego y nuestra anatomía
Hagamos un breve paréntesis para recordar de dónde venimos y encontrar la explicación biológica de nuestro Ego. Existe una parte de nuestro cerebro que se enfoca en nuestra supervivencia: la amígdala cerebral. De acuerdo con nuestra gran amiga Wikipedia, "la amígdala cerebral es el conjunto de núcleos de neuronas localizadas en la profundidad de los lóbulos temporales de los vertebrados complejos, incluidos los humanos. Forma parte del sistema límbico, y su papel principal es el procesamiento y almacenamiento de reacciones emocionales".
Esta zona de nuestro cerebro se considera básica pues responde a nuestras necesidades de pelear, congelarse o huir, ante un estímulo directo. Imagina a un ciervo en un campo abierto en el momento en el que ve a un león. Tiene solamente esas 3 opciones y su instinto de supervivencia se encarga de decidir qué alternativa escoger, en cuestión de segundos para garantizar no convertirse en la cena del león. Igual sucede en nuestro caso como humanos, tenemos una parte de nuestro cerebro que procesa situaciones de peligro y nos ayuda a reaccionar sin si quiera pensar. Es crítica para nuestra supervivencia.
Sin embargo, hemos mantenido este mecanismo de defensa básico aún cuando en nuestro estilo de vida actual la probabilidad de encontrarnos frente a riesgos como ver a un león es mínima o nula. Nuestro cerebro básico no sabe diferenciar entre un riesgo inminente (ver el león) o imaginario (mi jefe me va a despedir del trabajo) y reacciona de manera similar.
Estos son los 3 sistemas principales del cerebro y sus funciones, a nivel general:
No me adentraré en los otros dos sistemas, ya que estamos hablando aquí sobre el miedo y nuestro sistema básico. El mensaje principal es que parte de nuestra estructura física lleva miles de años buscando protegernos y lo continuará haciendo. Nuestra tarea es aprender a aprovechar el resto de nuestro ser para manejar estas reacciones de nuestro organismo (pista: estudios han comprobado que la meditación y la atención plena ayudan a modificar nuestro cerebro y a regular la amígdala cerebral).
El Ego Tiene una Misión
Hasta el momento he presentado al Ego como algo negativo en nosotros, como el villano de la peli. Existe mucha literatura espiritual que lo presenta de esta manera solamente. Sin embargo, creo que hay algo del Ego a lo que le debemos dar importancia, y es la misión que cumple: el Ego nos permite tener una identidad en y protegernos en la realidad de este mundo.
Anita Moorjani, la escritora del libro Morir Para Ser Yo (por favor, por favor, por favor ¡léelo!) y el reciente ¿Y Si Esto Ya Es El Cielo?, habla explícitamente sobre la parte positiva del Ego. Específicamente, menciona la importancia de mantener nuestra identidad y no permitir que otras personas nos hagan daño o nos quiten valor. Anita nos dice "el Ego no es nuestro enemigo y no necesitamos superarlo; el Ego es necesario para nuestra supervivencia en el mundo físico."
Anita menciona que cuando era niña y adolescente sufrió muchos episodios de matoneo que, junto a influencias de su cultura India, la llevaron a desarrollar falta de amor propio y permitir que otras personas pasaran por encima de ella. El tener ego (minúscula a propósito), una identidad fuerte y definida y suficiente amor propio eran de cierta forma mal vistos para alguien como ella, así que Anita no tuvo más remedio que quitarle fuerza a su identidad propia, lo cual tuvo muchos efectos negativos en su vida. Por otro lado, Anita Moorjani menciona que cuando tuvo su Experiencia Cercana a la Muerte (ECM) notó que no existe Ego, ni dualidad, ni miedo en el 'otro' mundo (o en el mundo Verdadero). En nuestra esencia Verdadera somos uno, y al serlo, no es necesario tener identidades que nos separen, pues somos todos solamente Amor Supremo.
La Sombra
Debbie Ford, experta, profesora y escritora americana, explica la importancia de conocer, aceptar y hasta abrazar nuestro lado oscuro (lo que he denominado como miedo-ego) en términos de luz y sombra: "el efecto sombra está en todos lados (...) lo podemos reconocer en nuestros pensamientos, verlo en nuestros propios comportamientos y sentirlo en nuestras interacciones con los demás. Nos preocupa que brillar nuestra luz en esta oscuridad nos hará sentir gran verguenza, o aún peor, nos hará hacer realidad nuestra peor pesadilla. Nos da miedo lo que podremos encontrar si buscamos dentro de nosotros mismos, así que en lugar de ello, enterramos nuestras cabezas y nos rehusamos a encarar nuestros lados sombra (...) Si no llevamos la luz de nuestro ser más alto a la oscuridad de nuestros impulsos humanos, la sombra gana. Hasta que aceptamos quiénes somos, el efecto sombra tendrá el poder para impedir nuestra felicidad (...) Creo que la sombra es unos de nuestros mejores regalos. Carl Jung lo llamó nuestro 'compañero de entrenamiento', el oponente en nosotros que expone nuestras flaquezas y fortalece nuestras habilidades. Es el profesor, el entrenador, y la guía que nos apoya en descubrir nuestra verdadera magnificencia. La sombra no es un problema para ser sanado, o un enemigo al cual conquistar, sino un campo fértil para ser cultivado. Cuando enterramos nuestras manos en este rico terreno, descubriremos las semillas potentes de quienes verdaderamente queremos ser" (Luz en La Sombra, Debbie Ford, Deepak Chopra & Marianne Williamson).
Entonces, ¿cuál es veredicto?, ¿es el Ego bueno o es malo? Mi respuesta que, como menciono aquí, nuestra verdadera esencia es de Unidad Suprema (todos somos uno con la Creación) y que por ello, trabajar en nuestro Ego nos ayuda a acercarnos a esa Verdad. Por ello, pienso que si debemos enfocarnos en reducir nuestro Ego. Enfocarnos en trabajar en el Ego con aceptación, amor y cuidado, nos permitirá crecer nuestro amor propio, lo cual tendrá un efecto protector sobre nuestro ser e identidad, como consecuencia.
Trabajar CON nuestro Ego
Ahora que ya hemos definido el miedo-ego, visto algunos ejemplos y contemplado un par de teorías sobre esta parte oscura de nosotros, veamos qué podemos hacer al respecto, de manera práctica. Este sería mi resumen y opinión personal:
Para disolverlo podemos seguir algunos pasos que he encontrado útiles en mi propio camino. Cabe anotar que mi Ego sigue vivito y haciendo de las suyas cada vez que puede, pero los 4 Principios para la Plenitud me han ayudado mucho.
En conclusión, lo importante del asunto es primero que todo tener conciencia de nuestro Ego, llegar a conocerlo, aceptarlo, aprender de él y llevarlo al amor para disolverlo. Paralelamente, es igualmente necesario trabajar en desarrollar nuestro amor puro propio y conocer nuestro Verdadero Ser. Las dos caras de la moneda son necesarias: conocer, aceptar y disolver el aspecto negativo del Ego y adentrarnos en nuestro Amor Supremo.
Para cerrar este tema, intenté ser creativa, pero no pude crear un acróstico bien hecho con la palabra Ego. Sin embargo, estas ideas vinieron a mi mente:
Bueno, bastante malo, pero se vale que hice el intento :)