Clima escolar
TÍTULO III: CLIMA ESCOLAR, BIENESTAR SOCIOEMOCIONAL Y CONVIVENCIA
Artículo 46: Clima escolar. Definición
El clima escolar es el ambiente o entorno general dentro de un establecimiento educativo, que emerge de los hábitos y valores que se viven y experimentan cotidianamente, y de las acciones y prácticas en la gestión escolar. Las conductas y las relaciones de los miembros de la comunidad educativa inciden en el clima escolar de la institución y a la vez se ven influidos por este.
El clima escolar constituye no solo el entorno donde ocurren los procesos de enseñanza y aprendizaje, sino que es en sí mismo una experiencia educativa activa y significativa.
Cada interacción, norma, dinámica y relación en el entorno escolar ofrece oportunidades para que los estudiantes aprendan, internalicen y practiquen valores fundamentales para su desarrollo personal y social como el respeto, la empatía, la responsabilidad, la solidaridad y el compañerismo, entre otros.
Estos valores son enseñados y modelados principalmente por los directivos y docentes, pero también por las interacciones diarias entre los estudiantes y la cultura escolar en general. De este modo, los estudiantes aprenden lecciones valiosas sobre sí mismos, sobre los demás y sobre cómo interactuar de manera positiva con el mundo que los rodea.
Artículo 47: El clima escolar en el proceso educativo Un clima escolar positivo es un ambiente que favorece el desarrollo integral de los estudiantes, impactando de forma directa en los aprendizajes al crear un entorno propicio para el desarrollo emocional, social y académico. Allí, los estudiantes se sienten valorados y motivados, y por ello están más dispuestos a comprometerse activamente con su aprendizaje, tomar riesgos intelectuales y buscar ayuda cuando la necesitan. El clima en el aula es una variable relevante para explicar las diferencias en el nivel de logro de los aprendizajes, es decir, por qué los alumnos de un aula aprenden más que los alumnos de otra. Reconocer la importancia del clima escolar en los aprendizajes es reconocer la dimensión afectiva del aprendizaje.
En efecto, el aprendizaje no es simplemente un proceso intelectual, sino que está intrínsecamente ligado a las emociones, las relaciones interpersonales y el bienestar socioemocional de los estudiantes. Por lo tanto, para promover un aprendizaje significativo y efectivo, es esencial crear un clima escolar que fomente la conexión emocional, el respeto mutuo y el apoyo entre todos los miembros de la comunidad escolar. En este sentido, desarrollar la educación socioemocional en el contexto escolar es clave para que los estudiantes aprendan a perseverar, gestionar sus emociones, comunicar, interactuar y fijar sus propias metas, y así contribuir a su desarrollo integral.
Los directivos y docentes son los principales responsables en la creación y el mantenimiento de un clima positivo, tanto a nivel escolar como dentro del aula.
En este sentido, la planificación, la práctica reflexiva y la evaluación del clima escolar constituyen una dimensión fundamental de su tarea. Especialmente los directivos en su rol de líderes pedagógicos deben promover altas expectativas sobre los estudiantes y docentes, y comprometer a todos los miembros de la comunidad educativa respecto de la construcción y mantenimiento de un clima escolar positivo, desde el ejemplo personal.
La mejora del clima en una institución implica un proceso continuo, estratégico, intencional y colaborativo, donde los esfuerzos coordinados de toda la comunidad educativa logran fortalecer el entorno de aprendizaje.
Artículo 48: Valores fundamentales Los directivos y docentes promueven y modelizan valores fundamentales para lograr un clima escolar y laboral positivo, tanto a nivel institucional como dentro del aula. Entre ellos, se destacan los siguientes:
Confianza: los docentes y directivos demuestran confianza en los logros que puede alcanzar cada estudiante y mantienen altas expectativas respecto a sus aprendizajes. La relación de confianza, construida a partir del diálogo abierto y sincero, posibilita que todos los miembros de la comunidad puedan expresar sus ideas, reconocer sus errores como oportunidad de aprendizaje y mostrar su riqueza singular.
Respeto: se trata de mantener siempre un trato cordial, reconociendo y valorando las diferencias y la riqueza individual, así como los puntos de vista y experiencias de los demás.
Contención emocional: el vínculo afectivo es esencial para el aprendizaje, y por eso los directivos y docentes manifiestan afecto y preocupación genuina hacia los estudiantes, y promueven entre ellos el compañerismo. Buscan crear un ambiente acogedor y de apoyo donde todos los miembros de la comunidad educativa se sientan valorados, escuchados y comprendidos. A su vez, los docentes y directivos comparten desafíos, soluciones y propuestas, y crean una comunidad de aprendizaje a nivel profesional y afectivo.
Cuidado y seguridad: la seguridad emocional y física es esencial para un clima escolar positivo. Los estudiantes deben sentirse seguros y cuidados tanto físicamente en el entorno escolar como psicológica y emocionalmente en sus interacciones con sus compañeros y maestros. Cuando los estudiantes se sienten seguros, están más abiertos a explorar, aprender y desarrollarse. En un clima escolar cuidado y seguro, hay una mayor tolerancia a la frustración y los errores se viven como un paso necesario del proceso de aprendizaje.
Solidaridad y cooperación: implica el apoyo mutuo y la colaboración entre los miembros de la comunidad escolar. Los estudiantes y los docentes se ayudan unos a otros y trabajan juntos hacia metas comunes, fortaleciéndose el sentido de pertenencia y un ambiente de apoyo y compañerismo.
Alegría: se refiere a la alegría profunda basada en la convicción de que la educación posibilita y potencia el desarrollo de cada estudiante, y por ello se promueve un ambiente positivo y estimulante, donde los estudiantes se sientan motivados y entusiasmados por aprender. Los docentes depositan altas expectativas en los estudiantes y por eso se celebran los logros, se fomenta la creatividad y se produce un sentido de satisfacción en el proceso educativo, que contribuye a una experiencia escolar enriquecedora y gratificante para todos los involucrados. Los docentes y directores contagian el entusiasmo y la alegría del aprendizaje, convirtiendo el aula y el establecimiento educativo en lugares donde todos quieren estar.
Empatía: se fomenta un ambiente en el que todos son más comprensivos con las experiencias y perspectivas de los demás, lo que crea un ambiente de apoyo y compasión. La empatía también puede ayudar a prevenir el acoso escolar y a resolver conflictos de manera constructiva, promoviendo así un clima escolar más seguro y positivo para todos.
Resiliencia: se promueve un clima donde el error y el fracaso sean valorados como un paso necesario y una oportunidad para el aprendizaje, que no dañan la autoestima, sino que la fortalecen. Bajo un clima escolar de confianza, los estudiantes y docentes están dispuestos a innovar y arriesgarse, porque reconocen el error y el fracaso como parte del crecimiento personal y profesional.
Autorregulación y disciplina inteligente: donde hay normas, horarios, procedimientos y expectativas de comportamiento que son claras y se comunican a los involucrados, se proporciona a los estudiantes un sentido de seguridad y previsibilidad que los ayuda a focalizarse en el aprendizaje. Esta disciplina implica también cierta flexibilidad para adaptarse a las necesidades individuales de los estudiantes y para abordar los desafíos de comportamiento de manera constructiva y comprensiva.
Orden y organización: se promueve la idea de un “orden dinámico”, en donde pueden estar sucediendo varias cosas en simultáneo en un entorno activo donde surgen situaciones imprevistas y creativas, pero en el marco de un orden y estructura que lo guía y lo canaliza de manera positiva. Asimismo, se busca gestionar de forma eficiente los tiempos y horarios para maximizar el tiempo de aprendizaje. Por otro lado, mantener el ambiente físico limpio, ordenado, organizado y libre de distracciones facilita la concentración y el enfoque en las tareas académicas.
Artículo 49: Estrategias para fomentar un clima escolar positivo Para lograr un clima escolar positivo, los docentes y directivos implementan estrategias, tales como:
1. Modelar comportamientos positivos. Los docentes y directivos en la comunidad escolar deben actuar como modelos a seguir, demostrando los valores que se desean inculcar en los estudiantes.
2. Educar en el conocimiento y el manejo de la afectividad y emociones (habilidades socioemocionales) y el ejercicio de la libertad con responsabilidad.
3. Formar a los docentes en estas temáticas para promover los valores y el compromiso que ello implica en su práctica profesional.
4. Establecer canales y espacios de comunicación y encuentro entre estudiantes, personal del establecimiento, y familias y/o adultos responsables, para fortalecer las relaciones de confianza y poder abordar preocupaciones, compartir información y trabajar juntos en la resolución de problemas.
5. Fomentar la participación activa de los estudiantes en la vida escolar.
6. Definir y comunicar claramente las expectativas de comportamiento y rendimiento académico, tanto a los estudiantes como a los docentes, las familias y/o adultos responsables.
7. Proporcionar recursos de apoyo académico y emocional cuando se identifiquen necesidades individuales.
8. Promover la inclusión en todo el entorno escolar, asegurándose de que todos los estudiantes se sientan valorados y respetados.
9. Enseñar a los estudiantes habilidades de resolución de conflictos y fomentar un enfoque positivo y constructivo para abordar los desacuerdos y problemas interpersonales.
10. Generar espacios y estrategias para celebrar los logros de los estudiantes y docentes.
11. Implementar medidas de protección y cuidado para garantizar un entorno seguro y acogedor para todos los estudiantes y el personal, y prevenir el acoso escolar, el ciberbullying, el abuso y la violencia.
12. Establecer normas claras sobre el uso de teléfonos celulares y otros dispositivos móviles dentro del ámbito escolar y comunicarlas a toda la comunidad educativa, conforme lo establecido en la Resolución N.° 2075-MEGC/24. Estas normas deben promover el uso seguro y responsable de la tecnología y estipular que los dispositivos personales se utilicen exclusivamente en actividades pedagógicas planificadas y supervisadas, adecuadas a cada nivel educativo.
13. Organizar actividades y eventos que fomenten el sentido de pertenencia, cooperación y comunidad dentro del establecimiento educativo, como actividades deportivas, artísticas, culturales y sociales.
14. Generar espacios para fortalecer el diálogo con las familias y/o adultos responsables