En ese mismo instante, Sira quedó destrozada, no se podía imaginar que aquello estuviera sucediendo. Un disparo había alcanzado a cada uno de los miembros de su familia, quiénes sucesiva y lentamente, iban cayendo en la blanca arena. No podía hacer nada, solo llorar. En tan solo un minuto, lo único que tenía en su vida, su familia, había apagado su luz, había fallecido.