Durante la década de 1980 en Nicaragua, bajo el gobierno sandinista, se lograron significativos avances sociales centrados en la educación, salud, vivienda y bienestar general de la población. Se redujo el analfabetismo mediante una campaña masiva de alfabetización, se amplió el acceso a la educación y se reformó el currículo con enfoque social. En salud, se mejoró la atención médica gratuita con nuevos centros, campañas de vacunación y atención prioritaria a madres y niños, reduciendo la mortalidad infantil. En vivienda, se construyeron hogares sociales y se mejoró la infraestructura básica. Además, se impulsó la reforma agraria, el empoderamiento de las mujeres, y los derechos laborales. Programas como el Vaso de Leche Escolar beneficiaron a 200,000 niños anualmente; se crearon más de 200 Centros de Bienestar Social y centros especializados en rehabilitación física, mental y psicológica; se instalaron comedores infantiles rurales y urbanos, y centros para huérfanos de guerra. También se entregaron gratuitamente anteojos, se brindaron miles de consultas oftalmológicas y se financiaron vacaciones para casi medio millón de trabajadores. Estos logros, alcanzados a pesar de la guerra y la crisis económica, dejaron una huella profunda en la historia social de Nicaragua.
La Revolución Sandinista implementó políticas de alfabetización masiva y amplió el acceso a la educación superior, haciendo que sea más accesible para diversos sectores sociales, incluyendo a jóvenes, mujeres y campesinos. La Revolución Sandinista transformó profundamente la educación en Nicaragua al implementar una política de alfabetización masiva y ampliar el acceso educativo a jóvenes, mujeres y campesinos. Tras el triunfo revolucionario, más de 115,000 jóvenes participaron en la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización (1980), reduciendo el analfabetismo del 50.3% al 12.9%, logro reconocido con la Medalla Nadezhda Krupskaya, que se obtuvo nuevamente en 1987 al erradicar el analfabetismo en la Región Especial de Río San Juan. Se creó un programa de educación de adultos que atendía a 140,000 personas en promedio y se estableció constitucionalmente la gratuidad de la educación en todos los niveles, desde Preescolar hasta Universidad. Desde 1983 se construyó un aula por día, y para 1990 se habían edificado miles de centros educativos, incluyendo 1,023 de primaria, 170 de preescolar, 5 institutos técnicos, y 2,000 aulas universitarias. En 1989, uno de cada dos nicaragüenses estaba estudiando, beneficiando
Durante la Revolución Sandinista (1979-1990), la salud fue declarada un derecho constitucional y se convirtió en una prioridad nacional. Se erradicó la poliomielitis desde 1982, y se controlaron enfermedades como la tosferina y el sarampión. Más de 169,000 brigadistas jóvenes administraban un promedio anual de 330,000 dosis de vacunas.
Se garantizó atención médica gratuita incluso en medio de la guerra y del bloqueo económico de EE.UU., y se amplió el ingreso a la carrera de medicina de 50 a 500 estudiantes por año. El Sistema Único de Salud llevó atención médica a todo el país, con programas que brindaron en promedio anual: 279,000 controles infantiles, 249,045 niños atendidos en Unidades de Rehidratación Oral, 65,000 controles prenatales, 64,100 partos y más de 6.3 millones de consultas médicas. Se crearon 5 hospitales, 329 puestos de salud y 13 centros de salud equipados, así como un sistema de rehabilitación para discapacitados de guerra y civiles. Se triplicó el personal de salud.
Durante la Revolución Sandinista se implementó un amplio sistema de Seguridad Social que brindó cobertura anual a un promedio de 298,860 trabajadores urbanos y 59,000 trabajadores del campo. Se beneficiaron 200,000 niños por año con el Programa del Vaso de Leche Escolar, y se crearon hogares para personas mayores con alimentación, medicinas y atención médica. Se establecieron 204 Centros de Bienestar Social que atendían a 30,000 personas mensualmente, además de cuatro Centros de Rehabilitación Psicológica y Social y seis de Rehabilitación Físico Mental, garantizando atención gratuita. El Programa Vacacional favoreció a 57,885 trabajadores al año, totalizando 478,550 personas en la década. También se entregaron gratuitamente 21,128 pares de anteojos al año y se brindaron 54,222 consultas anuales en la Óptica Popular. Se construyeron 76 Comedores Infantiles Rurales (14,452 niños atendidos anualmente), siete Comedores Infantiles Urbanos (1,773 niños), 139 Centros Infantiles Rurales (más de 28,000 niños), un Centro de Reeducación Infantil (258 casos por año) y tres Centros para niños huérfanos de guerra (358 casos por año).
En el área de servicios públicos, la Revolución Sandinista creó el Instituto Nicaragüense de Energía (INE), mediante el cual se desarrollaron importantes proyectos como la Planta Geotérmica Momotombo No. 1 (con un ahorro anual de 20 millones de dólares en petróleo), la Planta Momotombo No. 2 (18 millones de dólares de ahorro), la Central Hidroeléctrica El Cuá (que abastece al norte de Jinotega), la Central Asturias (con un ahorro de cinco millones anuales), y el Proyecto Noveno de Energía que fortaleció el Sistema Interconectado Nacional. Además, se amplió la energía domiciliaria en zonas urbanas y rurales, beneficiando a 275,862 usuarios por año, manteniéndose los precios acorde con el salario de los trabajadores. También se creó el Instituto Nacional de Acueductos y Alcantarillados (INAA), que duplicó la cobertura de agua potable al 53.6% de la población, llevó el servicio a 604 comunidades rurales y amplió el alcantarillado a un promedio de 97,925 familias. En el ámbito de la vivienda, se construyeron 12,094 casas para personas de bajos recursos y se entregaron 33,958 lotes con servicios básicos; el Programa de Mejoramiento Habitacional benefició a 66,951 familias, se crearon 309 asentamientos con 10,000 viviendas, y con la Ley de Intervención de Repartos Ilegales se legalizó la propiedad para 89,000 familias, mientras que la Ley de Inquilinato favoreció a otras 75,000 familias.
Durante la Revolución Sandinista, se impulsó el deporte con la creación del Instituto Nicaragüense de Deportes (IND), la Escuela de Instructores "Blas Real Espinales" y el Movimiento Juvenil Deportivo "Bosco Monge". Se construyeron gimnasios y canchas en barrios y zonas rurales, se formaron más de 800 instructores y profesores, y se organizaron torneos como el Pomares, la Copa Sandino de Boxeo y más de 100 eventos internacionales. También se remodelaron y construyeron estadios, incluido el Rigoberto López Pérez.
En el ámbito cultural, se promovieron tradiciones populares, se grabaron 138 discos de música nacional, se fundaron 40 Centros Populares de Cultura, 17 museos, 6 Escuelas Nacionales de Arte y 3 Regionales. Se publicaron 275 libros, se realizaron festivales como el de la Canción Gastón Pérez y el Festival Internacional del Libro, y se crearon numerosos grupos de teatro, danza y música.