Actividad - Poema aleatorio
La bicicleta
Todas las mañanas voy en bicicleta,
al salir del portal, siento una brisa fresca.
Se siente ir rápido como la luz,
y el cielo es de color típico andaluz.
Los pedales dan vueltas y dan vueltas,
tanta rapidez, veo vida resuelta.
La bicicleta será peligrosa,
pero te da lecciones muy valiosas.
Actividad - Ensalada de cuentos teatralizada
Despedida
Todo comenzó en una tiendecita al lado del Mercadona.
Peter Pan - ¡Ah! (bosteza). Qué buen día para vender pan en mi tienda.
Llega Woody.
Peter Pan - ¡Buenos días, Woody! ¿Qué te apetece hoy?
Woody - Buenos días, amigo, ¿me darías una barra de pan, por favor? Es para mi mujer, Elsa. Hoy le apetecía una tostada.
Peter Pan - ¡Claro! Recién hecha cada mañana. Son 45 céntimos.
Woody - Sí, aquí tiene (le da el dinero). Adiós.
Peter Pan (se despide con la mano) - Adiós.
De la nada llega Thanos con malas intenciones.
Thanos - ¡Dame todo el dinero si no te destruyo la tienda!
Peter Pan (asustado) - No, por favor, haz lo que quieras pero eso no.
En ese entonces pasaban por allí la Viuda Negra con Once, que salían del Mercadona.
Los dos a la vez - ¡Qué está pasando aquí!
Thanos lleno de rabia se calmó porque se dio cuenta de que había testigos cuando él pensaba que no era una tienda muy reconocida.
Thanos - ¡Eh! ¡No! Esto no... Esto no es lo que parece.
Once - ¿Y se puede saber qué hacías amenazando a este pobre vendedor?
Viuda Negra (sacando el móvil) - ¡Lárgate por donde has venido o llamo a la policía!
Thanos - Em... Sí... sí... ya voy (se va corriendo).
Peter Pan - ¡Gracias! ¡Muchas gracias! Estaba muy asustado.
Once - De nada.
Viuda negra - De nada.
Entonces Thanos se fue triste a su casa.
Thanos (entra) - Hola mamá.
Maléfica - Hola hijo, conseguiste algo de comida. Estoy demasiado enferma y no tenemos dinero. A este paso, acabaré mal.
Thanos - Lo siento mamá, intenté conseguir comida pero tu técnica no funcionó, robar no sirve.
Maléfica - No me lo creo, estos ilusos no saben que es para una buena causa.
Thanos - Yo... yo intenté explicarles, pero bien iban a llamar a la policía.
Maléfica - Thanos, hijo. Ahora me siento fatal (tose muy fuerte). No puedo más, creo que estoy ya se acabó... (cerrando los ojos).
Thanos (llorando) - No mamá. ¡NOOOOO!
Continuará...
Manual de instrucciones
Instrucciones para sonarse los mocos sin hacer ruido
Material:
-Pañuelos -Tijeras
-Cinta adhesiva -Lápiz
Pasos:
1.Primero hay que coger seis pañuelos.
2.Con la tijera recortamos los pañuelos, cinco en forma de cuadrado y el otro en forma de rombo.
3.Con todos los pañuelos recortados, utilizamos el lápiz para marcar todas las puntas del rombo.
4.Cuando ya las tenemos marcadas, nuevamente utilizamos las tijeras para recortar cinco trozos de cinta adhesiva para pegar todos los cuadrados, en forma que, cada punta marcada vaya con la punta del cuadrado, para así conseguir una especie de vaso.
5.Después recortas el vaso a una altura pequeña para que entre la nariz.
6.Finalmente con los pasos hechos te puedes sonar los mocos en tu búnker para la nariz. Nadie se enterará de que te estás sonando los mocos, ya que todo retumba dentro del búnker.
¿Qué pasaría si...?
La Cenicienta
Su madrasta y sus hermanastras iban a ir a un baile que celebraba el príncipe en su castillo.
¿Adivina quién no iba? Cenicienta, por supuesto. Era la esclava. Lo malo para ella es que quería ir porque le gustaba el príncipe. Entonces ideó un plan, y este era:
PLAN A: Que sus amigos ratones le hicieran un vestido y cuando salieran Anastasia y Griselda (sus hermanastras) arreglarse y salir sin que le vieran.
PLAN B: Si la descubrían o se acababa todo o saldría corriendo, aunque todo acabase mal.
No tenía otra opción, si quería conocer al príncipe tendría que arriesgarse. Y, ¿adivinad qué? Se encontró un hada madrina que le ofreció un vestido precioso, con zapatos a juego y un carruaje. En este momento todos querríamos ser la cenicienta ¿verdad? Yo también, no lo niego. Pero como todo, tenía algo a cambio, volver a las doce de la noche, porque se le irían los efectos de la magia, ¿parece fácil, verdad?
Cuando llegó con su carruaje la recibieron en la entrada el rey y el príncipe (estaba espectacular, ahora le gustaba más el príncipe ). Estaba todo precioso: una mesa con comida, gente bailando (se notaba que eran ricos), mayordomos pasando con copas y comida diminuta, un trono real, una alfombra roja y unas escaleras que daban a la parte alta. Todo parecía de ensueño.
Justo llegó la hora del baile y Cenicienta estaba esperando en momento de bailar con el príncipe, cuando llegó el momento casi se desmaya, era taaaan guapo que no podía aguantar su sonrisa, y el príncipe se la devolvió por supuesto.
En el fondo estaban la madrasta y Griselda y Anastasia mirando con cara extraña, era como si ya la hubieran visto antes. Entonces, la madrasta se acordó, ella era Cenicienta, pero ¿qué hacía allí? ¿No estaba fregando el suelo? Cuando el baile terminó fueron a comprobar si ella ella y, en efecto, era Cenicienta que estaba hablando con el príncipe. Anastasia y Griselda estaban muy enfadadas, ellas estaban convencidas de que el príncipe era para ellas.
Como era de esperar, se llevaron a Cenicienta de vuelta a la casa para así encerrarla para que no saliera jamás. Cenicienta llorando se escapó de la casa. El príncipe la buscó por todo el pueblo pero nunca la encontraron. Ella se escapó y nunca se supo nada más de ella.