De mi historia

Mi vocación por la Psicología se fue desarrollando desde pequeña, aunque yo en esos momentos no lo supiera. La vocación es un llamado interno a hacer, desarrollándonos en eso que nos es gozoso.

De niña era tímida, orientada hacia dentro, con mucha vida interior, rica, profunda. Mi acercamiento a la Psicoterapia personal infantil por iniciativa de mis padres, maestros y profesores en el correr de la enseñanza, me fueron mostrando aspectos de mi, características positivas y naturales, algo que ya “traía”.

A los 14 años decidí que iba a trabajar en Psicología, (ahí se me formó la figura como decimos en Gestalt) para brindar asistencia a otros en sus dificultades, en sus malestares. No sabía cómo, lo que si sabía era que quería dedicar mis estudios y mi vida a profundizar en el alma humana. Tenía que comprender para poder hacer por la sanación de las personas.

Así más adelante llegué a la Universidad con enorme deseo, interés, curiosidad, motivación y esperanza de encontrar conocimientos y respuestas. Mi dedicación fue absoluta, con esmero y pasión. Tuve más entusiasmo por comprender el psiquismo humano, por entender las relaciones humanas.

Más adelante, la elección del enfoque desde dónde trabajar se fue formando desde el saber que todos somos una Unidad y que a su vez somos uno con el otro y lo que nos rodea. Desde la confianza en el gran potencial humano que todos tenemos para desarrollar y desde la fe en que podemos.

Mi elección de la especialización se decantaba sola: comprender el padecimiento humano y desarrollar herramientas para su sanación, restablecimiento, superación y más aún para su prevención, no era otra que la Psicología Clínica.

Quería trabajar con adultos porque entendía que primero teníamos que sanarnos los adultos y saber crearnos una vida de armonía, bienestar y felicidad, para poder educar hijos y niños sanos y felices. Lo sigo sosteniendo.

Mis estudios han sido constantes, formales y no formales, porque siempre fui de mantener una lectura y actualización permanentes. Desde mi libertad de elegirlos, guiada muchas veces por los aconteceres de mi propia vida que me llevan a ahondar en un tema u otro. Nunca se termina de saber sobre el psiquismo humano y las relaciones (no sólo entre personas sino con todo lo que nos rodea, otras personas, la naturaleza, el trabajo, la comida, el sexo, etc.).

Hoy siento que mi misión es acompañar , sostener a personas en sus procesos de crecimiento y desarrollo. Procesos para sanar lo que sea necesario, conocerse en profundidad, transitar el camino de la autorrealización de su verdadero Ser y compartirlo con el resto. Llevar una vida en salud, de calidad, armonía, equilibrio y bienestar. Una vida plena.

Trabajo constantemente para ello en mí misma. Está mi compromiso completo, inquebrantable y tenaz con el cumplimiento de este propósito. Mis dones son brindados a los otros a través del servicio profesional que con profunda alegría y amor elijo día a día.

Hoy sé que estuvo y está mi formación académica, que sin duda es un gran sostén, pero que están lo que yo siento como mis aptitudes naturales que hacen a mi unicidad, que sin ellas mi labor y mi entrega no serían lo que son.

Mi trabajo me brinda un gran placer, un goce inefable, que me llena el alma, que alimenta mis células. Así lo siento. Es inevitable que me dedique a la Psicología Clínica.

Mi visión hoy es poder llegar a más personas autointerrumpidas, detenidas, insatisfechas, en sufrimiento y manifestación de enfermedad en sus diferentes síntomas. Para juntos poder vislumbrar, descubrir y crear salidas, nuevas formas, ajustes y significados, en la certeza de que hay caminos posibles y éstos son presentes. Lo que transforma es la relación que vamos construyendo, y que nos transforma a ambos.

La persona que soy:

Soy una mujer sencilla, que amo la vida y el amor. Comprometida con todo lo que hago, de dar todo lo mejor de mí en todo lo que emprendo. De relaciones profundas y verdaderas. De preferencia por todo lo humano. Auténtica. Respetuosa. Profundamente agradecida. De enfrentar mis dificultades como puedo. Perseverante y creativa. He aprendido y lo sigo haciendo con mis profesores, pacientes, maestros, amigos, conocidos, pareja, enamorados, y fundamentalmente con mis propios padres y familiares.

Otros dicen de mí: “De gran calidez”.