La vergüenza
La vergüenza puede llegar a ser una de las peores fuerzas destructivas en la vida de una persona, pero si se puede reconocer su existencia, a partir de ahí se puede emprender una camino de crecimiento y superación.
La vergüenza en si no es negativa, es un sentimiento humano. Nos indica cuales son nuestros límites, nos hace saber que podemos cometer errores y que necesitamos ayuda. Nos dice que no somos todopoderosos.
La vergüenza positiva es la base psicológica de la humildad y es la fuente de la espiritualidad. Pero puede convertirse en un estado permanente y es ahí cuando nos hace daño. Cuando la vergüenza se transforma en la identidad de una persona, ese individuo cree que es imperfecto, que es defectuoso como ser humano.
Una vez que la vergüenza se ha transformado en identidad, se convierte en tóxica y deshumanizadora. Está en la base de muchas enfermedades y trastornos psicológicos como depresión, falta de confianza, sentimiento de soledad y abandono, trastornos compulsivos, fenómenos paranoides y esquizoides; perfeccionismo, sentimiento de inferioridad, incapacidad o fracaso, trastornos del narcisismo.
La vergüenza tóxica se asocia al orgullo y a un falso yo que la persona edifica, escondiendo quien verdaderamente es.
Puede resultar difícil amarse y aceptarce incondicionalmente, aceptar la personalidad, las propias verdades. Entonces se intenta crear otra imagen falsa al renunciar a lo que verdaderamente se es. El resultado de esto es una vida de falsedad, de secretos, que conlleva un gran gasto de energía y esfuerzo. Este afán por esconderse es una de las principales causas de sufrimiento. Ante esto se puede pedir ayuda y crecer.
Los celos en la pareja
Los celos son un sentimiento displacentero que engloba las emociones de rabia y miedo. Aparecen ante la percepción, sensación o fantasía de poder perder al ser amado.
Celar significa vigilar o estar alerta. La persona que siente celos está en una situación de continua desconfianza. Detrás de éstos hay un deseo de posesión del otro o la necesidad de acaparar toda su atención.
Cuando se siente celosos se puede sentir frustración, no sentirse querido, rechazo.
Los celos son una señal dolorosa que informa acerca del riesgo de perder el cariño del ser querido como consecuencia de la relación que establece con otra persona (no necesariamente tiene que ser un amante, sino que puede ser cualquier otra persona como amigo, etc). Esta señal se siente como dolor, como sensación de exclusión, de abandono, de ser nadie. Es una emoción universal que de una forma u otra todos hemos sentido, y por eso mismo es necesario diferenciar los celos saludables de los patológicos. Los primeros están basados en hechos reales o percepciones personales y hay reconocimiento y comportamiento adaptativo tendiente a su solución. Mientras que los patológicos, siendo infundados o no, obsesionan de tal manera al que los padece, que repercuten negativamente en sus sentimientos y en su comportamiento.
¿Cómo hacer frente a los celos normales?
· Considerar al otro como un ser humano y no como una posesión.
· No compararnos con los demás. Y darnos el derecho de ser nosotros mismos.
· Valorar y potenciar nuestras capacidades.
· Buscar actividades placenteras al margen de la persona objeto de los celos.
· Ver las cosas lo más objetivamente posible.
· Escuchar y respetar la opinión de los demás.
· Hablar de nuestros celos, valorando si hay motivos reales para ellos.
· Plantear el problema lo más objetivamente posible, aceptando nuestras inseguridades, dificultades, sentimientos, etc. Y no responsabilizar al otro de nuestro sentir.
· Ponernos en el lugar del otro para comprenderlo mejor, sin juzgarlo.
· Impedir que la culpa invada la relación.
· No dejarnos llevar por la cólera, sin sacar conclusiones apresuradas y erróneas.
· No tomar decisiones precipitadas.
· No emitir insultos que puedan dañar la relación.
· No referirse al tercero (en el caso de haberlo) desvalorizándolo.
· No hablar como si fuéramos los únicos que sufrimos.
· No exigir.
· Buscar puntos en común, dialogar con calma hasta encontrar juntos un camino de resolución, aprendizaje, crecimiento a partir de lo vivido.
Lic. M. Laura Ugartemendía Maclean