Los balances de materia con reacción química son un tema de alta importancia para la ciencia y la industria por lo que es importante conocer a fondo los fundamentos y conceptos. Para ello en esta practica se establecieron cálculos teóricos en base a las reacciones del ciclo del cobre, los cuales se contrastaron con los valores obtenidos experimentalmente, los cuales nos permitirán identificar puntos fuertes y áreas de mejora.
Los balances de materia y energía son una contabilidad de entradas y salidas de materiales y energía de un proceso o de una parte de éste que nos sea de interés. Estos balances son importantes para el diseño del tamaño de aparatos que se emplean y para calcular su costo, si la planta trabaja, los balances proporcionan información sobre la eficiencia de los procesos.
Los balances de materia y energía se basan en las leyes de la termodinámica que nos hablan sobre la conservación de la masa y la energía. Estas leyes indican que la masa y la energía son constantes y solo pueden ser alteradas por y que por lo tanto la masa y la energía entrante a un proceso, deben de ser iguales a las masa y la energía salientes, a menos que se produzca una acumulación dentro del proceso. La teoría de estos balances es muy sencilla, pero su aplicación puede ser muy complicada, a menos que se tenga una metodología adecuada y revisar los conceptos desde la información básica hasta la resolución de problemas de aplicación industrial.
Ya que a diferencia de los balances de materia realizados para procesos sin reacción en este tipo de análisis existirá un valor de consumo y generación de la especie a analizar (Felder, 2004).
Esto se tiene una relación directa con la Estequiometría que es la rama de la química responsable del estudio y aplicación de las relaciones cuantitativas (en masa y/o molares) existentes en toda combinación química, ya sea en la formación de un compuesto a partir de sus elementos o entre los reactivos y productos de una reacción química. Así, constituye la base de la química analítica cuantitativa y de todos los cálculos en un proceso químico, incluidos los balances de materia, energía y económico. Y el cual es un punto base para determinar los 3 tipos de balance que existen:
Este es el único balance en el que al analizar el proceso la ecuación toma la forma de E=S. Esto debido a que no hay consumo de especies atómicas ni tampoco generación,cosa contraria a las especies moleculares (Felder,2004)
Para este tipo de balance es indispensable incluir en la ecuación los términos generación y consumo de la especie molecular a analizar
Este análisis se realiza basándose en una especie molecular y cómo cambia esta durante un proceso (Felder,2004)
Es posible realizar un análisis dejando expresado los valores de generación y consumo con un factor de avance de reacción ligado al coeficiente estequiométrico de la especie molecular analizada, dicho valor es útil debido a que es el mismo para todas las especies moleculares en la reacción permitiendo generar correlaciones entre varias reacciones. (Felder,2004)
En el campo de acción de la ingeniería química, se inician con los balances de materia del reactor y/o del proceso, para lo cual se calculan y presentan las cantidades (molares o gravimétricas) de cada una de las substancias presentes al inicio y al término de la reacción en estudio. Este balance de materia toma en consideración las condiciones estequiométricas de la reacción:
Ya que rara vez se encuentra compuesto o avances del 100% se hacen los análisis de efectividad de una reacción se realiza tomando en cuenta el reactivo limitante de la misma por lo que todos los cálculos se hacen con respecto a este.
(Felder,2004)
cobre + ácido nítrico → nitrato de cobre (II) + óxido de nitrógeno (IV) + agua
En un vaso de precipitados de 250 mL, colocar 1.0 g de la muestra de cobre limpia y seca, agregar poco a poco 6 mL de ácido nítrico concentrado, hasta lograr la disolución completa del cobre. Para disolver el cobre metálico, opera dentro de la campana de extracción.
ácido nítrico + hidróxido de sodio → nitrato de sodio + agua
nitrato de cobre (II) + hidróxido de sodio → nitrato de sodio + hidróxido de cobre(II)
Diluir la solución obtenida con 100 mL de agua destilada y mezclar bien. Mientras se agita la disolución que contiene el nitrato de cobre, agregar lentamente 50 mL de hidróxido de sodio 2.0 M hasta obtener un precipitado uniforme.
hidróxido de cobre (II) →óxido de cobre (II) + agua
Calentar el vaso de precipitados que contiene el hidróxido de cobre (II) sin llegar a la ebullición, mientras agitas la suspensión con una varilla de vidrio. La reacción finaliza con la aparición de un precipitado obscuro. Dejar reposar y decantar el sobrenadante, puedes emplear una pipeta Pasteur para extraer la mayor cantidad de líquido, sin eliminar nada de sólido. Proceder a lavar con agua destilada al menos en dos ocasiones.
óxido de cobre (II) + ácido sulfúrico → sulfato de cobre (II) + agua
Agregar 20 mL de ácido sulfúrico 2.0 M lentamente con agitación, hasta disolver por completo el precipitado. Recibir la sal de cobre disuelta en un vaso de precipitados.
sulfato de cobre (II) + zinc → cobre + sulfato de zinc
zinc + ácido clorhídrico → cloruro de zinc + hidrógeno
Agregar 1.5 g de zinc para reducir todo el cobre (desaparición del color azul de la solución), con la respectiva aparición del cobre metálico en el seno de la solución.
Agregar una pequeña cantidad de solución de ácido clorhídrico y agita mientras se calienta en la placa de calentamiento sin llegar a la ebullición, hasta que cese la efervescencia, con el objetivo de eliminar el posible exceso de zinc. El desprendimiento de un gas da evidencia de zinc en exceso.
Dejar sedimentar el cobre formado y decantar cuidadosamente, evitando la pérdida de cobre. Lavar el cobre metálico con agua destilada, al menos en dos ocasiones y proceder a eliminar toda el agua por evaporación total (placa de calentamiento).
Cuantificar la cantidad de cobre metálico obtenido para poder calcular el rendimiento del ciclo.
a) Transformación del cobre en nitrato de cobre (II)
La reacción que ocurre es una reacción de oxidación del cobre, ya que pasa de un estado de oxidación neutro (el cobre se encuentra en su estado fundamental), a un estado de oxidación +2 para que así pueda unirse a el anión nitrato (NO3-) y dar como uno de los productos de la reacción la sal nitrato cúprico Cu(NO3)2. (López, 2012).
El ácido nítrico, reacciona con cobre metálico formando dióxido de nitrógeno (NO2), liberando un gas pardo-rojizo, y el cobre se disuelve originando una disolución verdosa. El dióxido de nitrógeno (NO2) es un gas tóxico por inhalación, pero es muy soluble en agua, por lo que al hacerlo burbujear en el vaso de precipitados se disuelve, evitando el riesgo de respirar sus vapores. (García, 2009).
En los resultados experimentales se logra observar una producción de gas marrón-rojizo y posteriormente una solución de color verde-azul, lo cual coincide con lo dicho por García, 2009.
b) Transformación del nitrato de cobre (II) en hidróxido de cobre (II)
El Cu(OH)2 que se forma permanece en suspensión, formando con el paso del tiempo un residuo sólido, de apariencia gelatinosa por el agua que atrapa al precipitar, de color azul celeste más o menos intenso según la cantidad que haya precipitado. (Martínez, 2019).
La formación del precipitado de hidróxido cúprico se debe a una reacción de doble sustitución en la que el hidroxilo del NaOH y el Ion nitrato del Cu(NO3)2 se intercambian para dar así los respectivos productos. (López, 2012).
En los resultados experimentales se observa que la solución torna a un color azul celeste con una consistencia gelatinosa después de haber agregado el hidróxido de sodio y al agitarse, esta consistencia gelatinosa desaparece.
c) Transformación del hidróxido de cobre (II) en óxido de cobre (II)
El resultado final de la reacción de formación del óxido es una sustancia negra, que acaba precipitando en el fondo del vaso de precipitado, atrapando gran cantidad de agua, por lo que queda con textura gelatinosa. Este compuesto se puede separar de la disolución de partida por decantación. (Martínez, 2019).
El precipitado negro formado corresponde al óxido cúprico (CuO), el cual se da como resultado de la descomposición del Cu(OH)2 al calentarlo. (López, 2012).
En el video se puede observar como la solución se va tornando de un color azul celeste a un color oscuro conforme se le suministra calor, llegando así a una precipitación de color negro que corresponde al óxido de cobre y una capa de agua en la superficie, esto coincide con lo descrito por Martínez y López.
d) Transformación del óxido de cobre (II) en sulfato de cobre (II)
Esta reacción corresponde a una reacción de doble sustitución o de metátesis ya que hay un intercambio entre los cationes de los dos compuestos reactantes, es decir, el catión cúprico (Cu+2) se une al anión sulfato (SO4-2) para dar como primer producto de la reacción el sulfato de cobre II o sulfato cúprico (CuSO4) y al mismo tiempo el catión hidrón (H+) se une al anión O-2 para dar como segundo producto el óxido de hidrógeno o agua (H2O).
Se forman sales de sulfato de cobre con colores de verde a azul verdoso. El resultado se manifiesta primero con la desaparición del precipitado negro de CuO y segundo con la coloración azul que adquiere la solución. (López, 2012).
En las imágenes y video se logra observar como la coloración negra va desapareciendo conforme se agrega el ácido sulfúrico y se le aplica agitación con la varilla de vidrio, la solución se torna a un color azul claro, esto corresponde a lo dicho por López.
e) Transformación del sulfato de cobre (II) en cobre
La reacción del Zn con HCl se trata de una reacción química redox, de desplazamiento y exotérmica. El Zn reacciona con el HCl: Zn + 2HCl → ZnCl2 + H2. El Zn se oxida, pierde dos electrones y en cambio el hidrógeno se reduce ganando esos dos electrones. Además es una reacción de desplazamiento simple en el que el zinc desplaza al hidrógeno y también una reacción exotérmica dado que desprende calor. (Cienciabit, 2018).
El cobre no reacciona con el ácido clorhídrico, ni concentrado, ni diluido, ni en frío ni en caliente. El HCl (ácido clorhídrico) no reacciona con el Cu (cobre) porque no es reactivo en circunstancias normales. El metal de Cu reacciona con el oxígeno, el agua para formar óxido de cobre respectivamente. En HCl no hay oxígeno radical para reaccionar con el cobre, por lo tanto, ácido clorhídrico no puede robar electrones al Cu. El cobre solo reacciona con ácidos oxidantes fuertes como el ácido nítrico y el ácido sulfúrico concentrado. (Heurema, 2019).
La reacción ocurrida corresponde a una reducción del cobre, el cual pasa del estado de oxidación +2 a un estado neutro, volviendo de esta manera a su condición pura inicial. Igualmente también se presenta una oxidación del zinc, pasando de un estado neutro a un estado de oxidación +2. (López, 2012).