La investigación evidencia que la comunicación verbal es la forma predominante en las interacciones escolares, aunque la comunicación no verbal y paraverbal —como el tono de voz, los gestos y la postura— tienen un impacto decisivo en el clima emocional del aula. Se encontró que el estilo comunicativo asertivo de los docentes favorece significativamente la convivencia, pues promueve la participación, la confianza y la autorregulación; mientras que los estilos agresivos o pasivos generan tensiones, silencios forzados y conflictos entre estudiantes. Los contextos rurales e indígenas mostraron interacciones más afectivas y horizontales, en contraste con los entornos urbanos donde predominó una comunicación más directiva y tensa. En general, el estudio concluye que el docente es un modelo comunicativo para el grupo, que la convivencia depende profundamente de la manera en que se transmiten y reciben los mensajes, y que es necesario fortalecer la formación docente en comunicación educativa para mejorar las relaciones escolares.