Colombia se precia de ser un país de agua y de humedales, lo cual en parte es cierto, gracias a la suma de condiciones geográficas (climáticas, geológicas y topográficas) que favorecen la abundancia del recurso agua y de los ecosistemas acuáticos. Hay varias condiciones que parecen favorecer la presencia de las desmidias en nuestro territorio. Ellas son (no implica un orden de importancia): 1) la baja mineralización de la mayoría de las aguas colombianas, en particular en la llanura oriental colombiana (Orinoquia y Amazonia); 2) el estar cerca de zonas de posible endemismo del grupo, del cual se supone la región norte de Sudamérica como una de ellas; 3) presentarse un sinnúmero de pequeños cuerpos de agua lentíticos de baja profundidad, en general <5m; 4) por dicha someridad y baja carga de sólidos en suspensión, una parte importante de dichos humedales pandos favorecen el desarrollo de macrófitos tanto limnófitos, como helófitos, los cuales son fundamentales en el aumento de la biodiversidad de las desmidias por su preferencia dentro del ensamble del ticoplancton.
Todos estos datos han sido recopilados de contribuciones que se han desarrollado desde principios del siglo XX, que en primera instancia eran logros de investigadores foráneos de Europa (en especial Inglaterra y Holanda) y Estados Unidos, para luego desde los años 80, en Colombia se ha venido trabajando el grupo con mayor detalle, pudiendo actualmente recocer más de 400 especies.
La importancia de estos estudios que abordaron de manera especial la desmidioflórula del país, ha permitido mostrar que el grupo, las desmidas prefieren, sin duda, las aguas oligotróficas o del tipo oligosapróbico y por tanto son ellas muy sensibles a los cambios ambientales que hoy día sufren muchos de nuestros humedales.
Este relato nuestro pretende ser más una visión o panorama de historia natural abordando para ello el grupo de microrganismos fotosintetizadores más exuberante en belleza celular que existe.
En la última década se han desarrollado investigaciones sobre el fitoplancton de varios embalses de Antioquia (La Fe, Peñol-Guatapé, Piedras Blancas, Porce II, Porce III, Riogrande II, Calderas, Punchiná, San Lorenzo, Tafetanes) y Caldas (Amaní), cuyos resultados aportan al conocimiento de la ficoflórula desde diferentes aspectos. A nivel taxonómico, se han elaborado claves y/o descripciones para la identificación de 73 especies y se han registrado 26 especies y dos géneros nuevos para Colombia y una especie nueva para el trópico.
En cuanto a los estudios ecológicos, varias investigaciones han demostrado que, las condiciones que afectan la hidrodinámica y las concentraciones de nutrientes, son las variables más determinantes en la estructura del fitoplancton. Adicionalmente, se han descrito los aspectos ecológicos más relevantes de varias de las especies frecuentes en embalses eutróficos y se han aplicado con éxito diferentes modelos funcionales para el análisis de esta taxocenosis.
En un contexto más aplicado, se realizaron cultivos de cianobacterias de algunos de estos embalses, se cuantificó la concentración de cianotoxinas y la acumulación de algunas de ellas en especies zooplanctónicas, se evaluaron posibles estrategias de remediación y los riesgos asociados a la proliferación de cianobacterias. Además, se calculó la concentración de carbono y de las calorías contenidas en el fitoplancton de algunos embalses y su disponibilidad para la red trófica y se elaboraron modelos de transferencia de energía y biomasa.
Es evidente que el estudio del fitoplancton genera un conocimiento amplio de la diversidad y la ecología de los sistemas acuáticos y que contribuye a la prevención y solución de problemas ambientales. Sin embargo, es necesario profundizar en el análisis de un mayor número de rasgos biológicos, ecológicos y evolutivos de este grupo y considerar enfoques multidisciplinarios que permitan una mejor comprensión, tanto de las algas como de los sistemas que habitan.