JACOBO VARELA (1841 -1900)
Nace y muere en Montevideo. Hermano de José Pedro Varela, hizo realidad muchas de las concepciones de su hermano.
Fue hijo de Jacobo Dionisio Varela y Benita Gumersinda Berro y Larrañaga. Hermano de José Pedro Varela, continuó e implementó la Reforma Educativa de éste luego de su fallecimiento. Casado con Elisa Vásquez Acevedo.
El 5 de enero de 1880 fue designado en el cargo de Inspector General de Instrucción Pública cargo que desempeñaría hasta octubre de 1882 y nuevamente desde mediados de 1883 hasta que en 1889 fuera designado Ministro de Hacienda durante el gobierno de Máximo Tajes.
Fue el quien demostró la grandeza y magnitud del Puerto de Montevideo. En 1880 solicita el “Fuerte” para instalar allí la Escuela Normal. En 1882 comienza a funcionar el Internado Normal de Señoritas a instancias de Jacobo Varela, el cual viaja en 1881 por el interior del país para difundir el futuro internado para que “cuente entre sus alumnas, a jóvenes de familias honestísimas”. Ese internado nació pobre en cuanto a mobiliario y material educativo, pero rico en cuanto a la calidad de las maestras que darían vida seria, fecunda y triunfal. Fueron ellas: María Stagnero de Munar, en la Dirección y Adela Castell en la Subdirección.
En 1882 renuncia a su cargo por discrepancias con una resolución del Presidente Máximo Santos, el cual destituyó a dos Inspectores y nueve maestros de la capital, por reclamar “por el pago de algunas mensualidades que le adeuda la Nación…”
Creó y trazó planos de edificios escolares, modelos para la ciudad y la campaña. Suyos son los diversos modelos de material escolar incorporados al mobiliario de nuestras escuelas (bancos, pupitres, escritorios y bibliotecas) Entre otros aportes a la reforma, Jacobo Varela diseñó un banco mesa escolar, que lleva su nombre para mejorar la postura de los alumnos en las aulas. También introdujo la Gimnasia en las escuelas de segundo y tercer grado.
Intervino en problemas de higiene, de programas, de textos, horarios, exámenes, asuetos y vacaciones. Como administrador de las finanzas escolares llegó a duplicar y triplicar el producido de la renta, mediante la reforma y organización de los procedimientos de percepción de los recursos escolares.
Sus esfuerzos tendían a seleccionar moral en intelectualmente al personal enseñante, a asegurar su independencia económica y rodear al maestro de respeto y consideración social. Creó el Boletín Oficial de Instrucción Pública a través del cual se difundió la Reforma Escolar.
A él se debió la designación de maestras como Directoras de escuelas de varones, pese a la prédica en contra de la prensa nacional.
Supo desde un principio que la lucha iba a ser dura, como lo había sido durante la vida de su hermano. Convocó a los Inspectores Departamentales de Escuelas a una serie de conferencias familiares que sin boato se celebraron en Montevideo a mediados de 1880. De este modo pudo darse cuenta de los elementos de que disponía en los Departamentos como representantes de su autoridad e intérpretes de sus deseos, del criterio pedagógico de cada Inspector y de la situación y necesidades escolares de todas las regiones de la República.
El nuevo Inspector Nacional seleccionó los temas que debían tratarse. Algunos fueron : edad de los alumnos en la co-educación de los sexos, períodos de vacaciones, empleo de los libros de texto, edificación escolar, emolumentos profesionales, visitas de Inspectores, enseñanza obligatoria, escuelas normales, distribución del tiempo, horarios, organización de bibliotecas escolares, organización de las escuelas de un solo maestro, escuelas ambulantes, enseñanza agrícola, censo escolar y general, duración de las clases, inasistencia de los educandos y reforma de la estadística.
Jacobo Varela también fue delegado del Gobierno del Uruguay al Congreso Pedagógico que en el año 1882 se celebró en Buenos Aires, y fue nombrado primer Vicepresidente efectivo del mismo, presidiendo la mayor parte de sus sesiones. En este Congreso desarrolló el tema La Educación de la Mujer, mostrando que ella es más capaz que el hombre para la educación de la niñez. Este tema era la síntesis que José Pedro Varela había propagado siempre y promovió animados debates en el Congreso.
Durante su administración hubo varios conflictos en la Dirección General de Instrucción Pública, como fue la separación de su cargo a uno de sus mejores colaboradores Álvarez y Pérez; otro fue la acusación pública de que él toleraba la omisión de la educación religiosa en el Internado de Maestras y en las escuelas púbicas. La prensa de la época y el Gobierno lo apoyaron.