Si algo tenemos que destacar de la experiencia en Castelo es la hospitalidad de su gente. Nos hemos sentido como en casa gracias a sus constantes atenciones. Durante la comida organizada por nuestra querida Carisa, donde nos acompañaron algunos de los profesores y profesoras a los que hemos tenido la grandísima suerte de conocer durante nuestra movilidad, seguimos aprendiendo sobre el funcionamiento de su sistema educativo musical portugués y de su conservatorio.
Hay diferencias entre ambos países en cuanto aspectos organizativos y de gestión, pero las preocupaciones como docentes y como músicos son bien parecidas. Todos amamos nuestro trabajo y nuestro objetivo no es sólo formar grandes músicos sino también grandes personas, repletas de valores y que en el futuro más próximo sean los que llenen las salas de concierto (en uno u otro lado del escenario, no importa)
Gracias por compartir conocimiento y abrirnos las puertas de vuestra ciudad, vuestro conservatorio y vuestras aulas. ¡Estaremos siempre agradecidas!
¡Nos vemos en Málaga!