Se utiliza la sigla CCD para hacer mención a los Centros Clandestinos de Detención que funcionaron durante la última dictadura. Los mismos funcionaron en su mayoría en bases militares, comisarías, unidades del servicio penitenciario, pero también en casas particulares, fábricas, hospitales, escuelas, entre otros. Lo que permite vislumbrar la complicidad y participación de sectores de la sociedad civil y empresarial.
En la actualidad se ha logrado identificar a partir de investigaciones y relatos de sobrevivientes y la comunidad aproximadamente 800 lugares distribuidos en distintas partes del país.
Son lugares que fueron emblemáticos durante la dictadura y que luego, con el retorno de la democracia, fueron reconvertidos de manera permanente. En dichos espacios, que son más de 40 en todo el territorio nacional, se llevan adelante actividades educativas, culturales y de investigación destinadas a la trasmisión de la memoria y la promoción de los derechos humanos.
Se conoce popularmente bajo ese nombre a las personas que durante la dictadura fueron victimas de la desaparición forzada. La misma, consiste en un secuestro, una detención o cualquier acto que no solamente te privee de la libertad, sino que a su vez no te permita contar con la protección de un juez debido a que no se informa tu lugar ni tu situación.
Estas practicas pueden ser llevadas adelante por representantes del Estado o un grupo de personas que cuenta con el apoyo del Estado. Y en todos los casos, siempre, se considera que es un crimen.
Los jueces han adoptado el término “terrorismo de Estado” para poder brindar una definición jurídica, que parta de tener en cuenta el contexto, de los hechos llevados adelante por la dictadura.
La metodología utilizada por las Fuerzas Armadas se baso en el amedrentamiento social, el cual consistió en poner los recursos del Estado al servicio de crímenes como el secuestro, la tortura, la desaparición y el asesinato de personas. Es decir, crímenes de lesa humanidad.
Los crímenes de lesa humanidad están tipificados en la legislación internacional desde el año 1945 y se entiende por los mismos a las violaciones graves a los Derechos Humanos de las personas, las cuales pueden ser perpetuadas por el Estado y sus representantes.
Dichos crímenes no prescriben debido a que Argentina se guía por los Tratados de Derechos Humanos Internacionales los cuales fueron incorporados a su legislación a través de diversas leyes.
Las mismas planteen que los autores de dichos crímenes deben ser perseguidos por la justicia aunque el tiempo pase, a los fines de conocer la verdad de lo sucedido, y en particular, de los hechos sufridos por la población durante la última dictadura.
Con el retorno a la democracia hubo una gran campaña por parte de los representantes de la dictadura para establecer que "no fueron 30.000" y que "durante los 70 hubo una guerra en la que las fuerzas del Estado cometieron excesos".
Lo cierto es que las investigaciones y los distintos juicios amparados en la norma jurídica del país han demostrado que no hubo una guerra sino que existieron crímenes de lesa humanidad producto del terrorismo de Estado.
A partir de archivos del Batallón 601 de Inteligencia que fueron desclasificados por el Departamento de Defensa de Estados Unidos y que en nuestro país fueron publicando por el diario La Nación, se pudo conocer que al año 1978 el propio ejercito ya había contabilizado una cifra de 22.000 detenciones y asesinatos.
Por lo cual la cifra surge de las denuncias realizadas en el país, del relevamiento de organismos internacionales y de las estimaciones de personas que no han denunciado debido al terror establecido. A su vez, hay que tener en cuenta que como los hechos fueron cometidos bajo la ilegalidad no se puede tener cifras exactas debido a que, aun en la actualidad, los militares no han dado a conocer los archivos.
Esta misma situación se da en el caso de la apropiación y robo de bebes, tarea que hasta el momento se encarga de difundir e investigar Abuelas de Plaza de Mayo a los fines de garantizar el derecho a la identidad.
En la actualidad los Espacios para la Memoria cumplen 3 objetivos:
En principio, son espacios donde se garantiza lo que se conoce como "Derecho a la verdad" tanto a nivel individual, para las victimas y sus allegados, como a nivel social dado que promueven y facilitan la accesibilidad a la información sobre los hechos ocurridos.
Por otro parte, son lugares que dan soporte a lo que se conoce como memoria colectiva, dado que la ONU entiende que estos espacios son pilares fundamentales en la lucha contra la impunidad.
Y el último es que garantizan la "reparación simbólica" para victimas, familiares y para el conjunto social, ya que mediante la puesta en marcha de estos espacios se concientiza a la sociedad a los fines de no repetir y prevenir nuevas violaciones de Derechos Humanos.
Si sos estudiante, investigador, periodista, o si simplemente estas interesado en colaborar, podes acercarte al espacio "El Chalet", participar de las distintas actividades y ayudarnos a difundir para que más personas puedan conocernos.