Al principio pensé que lo que había dibujado no tenía ningun sentido. Pero, mirándolo mejor, me he dado cuenta de que el dibujo está ordenado y expresa pensamientos. En el centro( todo concentrado) están las cosas que me gustaria hacer: salir fuera al ire libre, el móvil... Al rededor estam las tareas pendientes: hacer deberes( bolígrafo y libreta), leer, buscar información...
A primera vista se puede ver una composición de dibujos (de tamaño bastante grandes) en los que hay varios espacios en blanco, vacios.
La verdad es que estos cinco minutos sin hacer nada se me han hecho largos. Durante unos minutos he intentado mantener los ojos cerrados pero al final los he abierto y solo he durado 2 minutos sin abrir los ojos. No he podido dejar la mente en blanco porque he estado pensando en todo lo que tenia e iba a hacer después. Creo que me ha costado tanto porque lo he hecho a primera hora de la mañana, el momento en que trabajo más y estoy más activa.
En la sociedad en la que vivimos estamos acostumbrados a estar siempre activos y constantemente haciendo cosas. Siempre estamos buscando estímulos para sentirnos ocupados y realizados. Parece que tengamos miedo al aburrimiento y a la inactividad, quizás, porque no nos sentimos productivos o tal vez porque creemos que estamos perdiendo el tiempo. Sin embargo ese momento es tan importante como muchos otros del día ya que nos puede aportar tantos beneficios, o más, como estar leyendo, en clase, o haciendo cosas “productivas”.
El aburrimiento da fruto a la creatividad y a la inspiración. Expertos afirman que las mejores ideas surgen cuando tienes la mente despejada. Grandes genios han encontrado respuestas en estos momentos. Si Einstein y Newton han logrado la inspiración en los momentos menos pensados, nosotros también podemos ser capaces. También es un momento de reflexión para conocernos mejor a nosotros mismos y estar con nuestro mundo interior. El psicólogo Jose Carrión, como muchos otros, dice:«Es como si estuviéramos todo el tiempo huyendo de nuestros pensamientos y buscando con cierta ansiedad cualquier estímulo que nos atrape,sin espacio para pensar dónde queda la introspección”. Tiene razón, quizás le tenemos temor a estar solos y poder reflexionar sobre la vida y sobre nosotros mismos. En la vida constantemente tenemos que tomar decisiones, el poder parar y poder reflexionar nos puede ayudar a elegir y evitar equivocarnos. Vivimos en una sociedad en la que va todo muy deprisa y el poder tener tiempo ayuda a afrontar mejor lo que la vida nos ofrece.
El aburrimiento y la inactividad nos permite reflexionar, da paso a la creatividad y a la inspiración y nos permite desconectar. Es cierto que la inactividad a largo plazo puede ser perjudicial pero también es verdad que la necesitamos de vez en cuando ya que nos aporta múltiples beneficios.