Por Oriol Pérez Moreno
Introducción
A lo largo de los siglos, el ser humano ha realizado diferentes expediciones con el fin de encontrar la principal fuente del Nilo, la mayoría, viéndose frustradas por los diferentes accidentes geográficos a lo largo del curso del Nilo.
En este dibujo esquemático se puede observar la expedición romana hacia las fuentes del Nilo
Richard Francis Burton y John Hanning Speke la batalla por encontrar las fuentes del Nilo.
Tras siglos de búsquedas fallidas, en el año 1857 la Royal Geographical Society financió una expedición hacia las fuentes del Nilo para dos oficiales británicos: Richard Francis Burton y John Hanning Speke, ambos, tenían una mala relación y ya se habían encontrado en una anterior expedición a Somalia.
Una de las principales diferencias que impusieron es que no se seguirían las rutas tradicionales si no que partirían desde la costa oriental africana, una ruta dura y complicada donde los 130 hombres de la expedición padecieron de enfermedades y peligros hasta que, en febrero de 1858 llegaron al lago Tanganika. Mientras que Burton aseguraba que ese era la fuente del Nilo, Speke, excéptico decidió bordear el lago en canoa para comprobarlo pero, debido a las condiciones de salud en las que se encontraban, no pudieron completar su cometido y decidieron realizar el viaje de vuelta. Cuando pararon para reponer fuerzas en Tabora, Speke tuvo noticias por parte de los indígenas de la existencia de otro gran lago más al Norte y partió por su cuenta para corroborarlo. Tras llegar a dicho lago y comprobar que aquellas eran las verdaderas fuentes del Nilo. Speke se aseguró de recibir todos los méritos y así fue.