Lavar la ropa, cocinar, lavar, cuidado de las hermanas enfermas,...
Para cultivar el espíritu y la mente
El trabajo es participación en la obra creadora de Dios y nos pone en relación con todos los que trabajan para vivir del fruto de sus manos. Nos solidarizamos con los pobres, ya que aún trabajando necesitamos de la ayuda Providencial de Dios a través de los hombres y mujeres de buena voluntad.
Nuestra Regla nos recuerda una cita de san Pablo: "El que no quiera trabajar, tampoco coma", por esto nos exhorta a trabajar en silencio para que el Maligno no se infiltre en nuestras almas al encontrarlas ociosas.
Cada una en su trabajo se considera enviada de la comunidad. Cuando nos preguntan quién ha hecho tal o cual cosa, nos gusta decir que todas, ya que si se ha podido hacer es porque otra hermana ha realizado algún otro trabajo.
El trabajo no sólo es una forma de poner a disposición los talentos conocidos por una misma, sino sacar a la luz los talentos ocultos y desconocidos.
Le dedicamos a este trabajo aprox. 5 horas al día, según las circunstancias.
Todo lo intentamos realizar con el mismo espíritu que la Virgen María cuidaría de su casa y de todas las necesidades que tuvieran San José, su esposo y Jesús, su Hijo.
Lo realizamos siempre en el nombre de Jesús y dando gracias a Dios .
Para poder cantar y tocar en las diversas celebraciones con la dignidad que Dios se merece.