La metodología dentro de las ciencias sociales y humanísticas, le ha otorgado la prioridad a los grandes prejuicios creados desde un discurso y narrativas modernas, impuestas desde un poder institucionalizado y coercitivo que se impone de muchas maneras. Nos parece necesario asumir la metodología con una profunda revisión de eso que somos y acercarnos lo más desnudos y comprometidos posibles con toda creación de conocimiento, además del compromiso que adoptamos (sobre todo cuando realizamos investigaciones situadas) en los espacios y gente con quienes realizamos investigación. Este llamado convoca a los intelectuales del Sur, pero también a todos los que deseen confrontar las epistemes y controles y disciplinamientos venidos desde ese poder institucionalizado que ejerce control en todos los espacios posibles, incluyendo el propio cuerpo y las subjetividades que nos determinan como personas. Abogamos por una nueva manera de crear conocimiento, donde la actividad investigadora es a su vez, una práctica política, académica y de compromiso social. Esto nos lleva necesariamente a una disputa epistémica, y absolutamente política.