La matemática como actividad humana se desarrolla en el marco de un contexto socio-cultural determinado, que proporciona un conjunto de conocimientos y experiencias necesarias para entender y comprender el mundo en que vivimos.
El uso de las capacidades matemáticas en diversas situaciones que se presentan en la cotidianidad permitirá que se desarrollen las competencias matemáticas de manera progresiva.
La matemática está presente en el proceso educativo de las personas adolescentes, jóvenes y adultas para contribuir en su formación ciudadana, con el objeto de aumentar sus perspectivas de afrontar con éxito los diversos retos que enfrenta cotidianamente, asumiendo un rol transformador de su contexto desde la interpretación de la realidad y toma decisiones consciente y responsable haciendo uso de conocimientos matemáticos. Asimismo, brinda las herramientas necesarias que les permita continuar con su proceso de aprendizaje a lo largo de toda la vida.
La matemática es parte integrante de la cultura de la humanidad, no solo por su función instrumental sino también porque incentiva el pensamiento crítico, reflexivo y la creatividad, necesarias para afrontar diferentes situaciones de la cotidianidad; tornándose así en una herramienta que le otorga sentido formal y formativo a sus saberes matemáticos adquiridos a través de su experiencia de vida.