La Educación Física, se viene considerando desde diversos enfoques, en los últimos tiempos desde los avances sociales, científicos y tecnológicos en el mundo. Estamos asumiendo nuevos retos y perspectivas para su desarrollo.
El CNEB nos dice que está propicia la formación de hábitos relacionados con el logro del bienestar físico, psicológico y emocional. Por ello, la Educación Física proporciona herramientas para el desarrollo la persona desde una conciencia crítica hacia el cuidado de la salud personal y social, la búsqueda de la autonomía, y capacidades propias que le permitan a cada estudiante mejorar su calidad de vida.
Desde el ámbito de la corporeidad, la educación física se relaciona con la percepción del cuerpo, el movimiento y coordinación motriz, asumiendo que estos son medios para el desarrollo individual y social. Así mismo, proporciona herramientas de reflexión desde las percepciones y relaciones sobre las que se basa la interacción humana.
Los beneficios que genera esta área curricular son específicamente: la adquisición de una buena condición física, la incorporación de estilos de vida saludables y la prevención de riesgos para la salud.
Según Prieto, (19) “El desarrollo de hábitos dirigidos al movimiento corporal, proporcionan a la persona y a los colectivos la posibilidad de habitar puesto que se afianza en ellos el reconocerse, relacionarse y transformarse. Busca que los estudiantes desarrollen en su dimensión corporal, la autonomía motriz, ello implica un comportamiento armónico desde el uso de su cuerpo y el movimiento así como la adquisición de una comprensión y conciencia de sí mismos, que les permite interiorizar y mejorar la calidad de sus movimientos en un espacio y tiempo determinados, así como expresarse y comunicarse corporalmente. Asuman un estilo de vida activo, saludable y placentero a través de la realización de prácticas que contribuyen a comprender cómo impacta en su bienestar social, emocional, mental y física. Muestran una actitud crítica hacia el cuidado de su salud. Interactúan social y asertivamente en juegos, deportes y otras actividades de la vida cotidiana. En ellos, muestran habilidades socio -motrices como la resolución de conflictos, pensamiento estratégico, respeto al género y a la diversidad, trabajo en equipo, entre otros.