La vivencia en el ámbito educativo de la INSTITUCIÓN JOSÉ ANTONIO AGUILERA, ubicada en la sede San Judas Tadeo, ha dejado una impronta significativa en mi trayectoria educativa y profesional. A lo largo de mi experiencia, he adquirido bases fundamentales que han incidido de manera considerable en mi formación y que proyectan su influencia positiva hacia mi futuro.
Durante el desarrollo de mi práctica, he construido conocimientos valiosos a partir de las interacciones con los docentes y estudiantes de la institución. Estos encuentros se han visto enriquecidos por la participación activa en el programa VIVA LA ESCUELA, el cual no solo ha permitido el intercambio de saberes sino también la comprensión profunda del fomento del aprendizaje en entornos rurales.
La construcción de este espacio educativo ha sido reveladora al poner de manifiesto las brechas que amenazan la calidad del proceso educativo. Este conocimiento no solo ha contribuido a mi propio crecimiento académico y profesional, sino que también me ha facultado para influir positivamente en el bienestar académico y emocional de los niños y niñas de la sede San Judas Tadeo.