Es una alteración bioquímica cerebral caracterizada por una acumulación excesiva de grasa corporal.
Está muy mal entendida por la sociedad y en ocasiones por parte de los profesionales de la salud.
En más de una ocasión he escuchado frases del tipo:
Come demasiado y no se mueve nada.
Solo tiene que dejar de comer y moverse más.
Tiene falta de voluntad, si está gordx es porque quiere.
No se quiere nada, no tiene autoestima.
La respuesta es NO, no es una cuestión de comer menos y hacer más ejercicio y voilá: MAGIA.
A nuestro sistema nervioso no le gusta perder peso, y cuando eso ocurre nuestro organismo hace una serie de neuroadaptaciones para “protegernos”, para que esa pérdida de peso no vaya a más y ponernos a salvo.
Hay una serie de factores que intervienen:
Nivel genético/epigenética: todos tenemos una serie de genes que heredamos, sin embargo, que esos genes se activen depende del ambiente en el que nos rodeemos.
Nivel biopsicosocial (células-personas-sociedad).
Neurológico.
Neuropsicológico: impulsividad, mecanismos de recompensa...
Psicológico: hacernos responsables de lo que nos pasa o hacer responsable al otro.
Metabólico, hormonas, nutrición.
Por lo tanto, la obesidad es un tema mucho más complejo que perder peso simplemente con un déficit calórico.
Es importante abordar las CAUSAS que llevan a esa obesidad.
Es muy fácil juzgar y hablar desde fuera; no sabes qué batalla está librando esa persona o la situación que está viviendo.
Si te sientes que no te entienden y que te juzgan constantemente, déjame decirte que si necesitas desahogarte o ayuda, aquí me tienes.