Debate final
¿Cómo se transmite la experiencia de una generación a otra?
Planteamiento.
¿Criar o educar?
La crianza y la educación de una hija o un hijo se ha transformado profundamente por la emancipación de las mujeres, por la reinvención del rol materno y, en cada vez más casos, el paterno.
- ¿De qué manera transmitir una memoria distinta, que choca diametralmente con el sentido conservador de las tradiciones y, concretamente, la subordinación de la mujer/madre o la obediencia de los padres a los dictados patriarcales, "como los señores mandan"?
- Entre la impresión de que no ha cambiado nada o ha cambiado todo, ¿cuál es la vivencia más real para vosotras y vosotros?
- ¿Os han contado o cantado vuestros padres y vuestras madres sobre lo que han hecho para mejorar nuestro mundo o sobre sus experiencias de aprendizaje personal?
- ¿Qué queda por cambiar para que el mundo sea vivible por todas y todos?
¿Hay una brecha generacional?
La revolución tecnológica y sus consecuencias, a causa de la desigualdad impuesta por el sistema económico, parece que ha reabierto una brecha entre las generaciones y entre distintas clases sociales. ¿Hay alguna diferencia en la actitud de los hombres y de las mujeres, tanto en las madres y los padres como en las hijas y los hijos, amigas o hermanos?
- ¿Sirve la literatura para transmitir lo que pocas veces se habla, a pesar de la interactividad y la viralidad de las redes sociales: la experiencia de la generación anterior y la de las mujeres contemporáneas, en particular?
- ¿Podría hacerlo una máquina o un dispositivo no humano?
Lectura de un poema.
Mi abuela se sentaba al sol
esperando la muerte,
al sol vestida de luto con sesenta
años la sentaban
en la silla de anea
cada día a esperar
la muerte.
Siete hijos mi abuela pero
no conoció varón.
Cuando quise
preguntarle a mi madre mil pedazos
autistas me miraban sin verme.
Madre y virgen mi autista
rasgándose en el frío,
estudia hija estudia,
la mano el libro el chocolate
el cuerpo
el cuerpo las estrellas el bosque
las palabras el cuerpo
la película el vino la carne
del melón rajando mi garganta
relámpagos el zumo la sandía,
no se hace eso no se hace,
las siestas y las sábanas
mi secreto
pecado solitario.
La vela que en mi mesa
se agota y se deshace
también llega a su fin.
Pero el cuerpo, esta savia
venida de mi madre de mi abuela
me explota aquí en las sienes
en el sol y en la sangre
la granada
que es una y mil granadas
licuándose
calidoscopio azul mis dientes
el clítoris la luna la vagina
los limones candelas
ese tronco de encina quemándose
mi cuerpo
que no se apaga nunca
que no se acaba nunca
mi brindis
ese brindis de autista para siempre.
De aquellas.
Por aquellas que en mi vientre se estrenan
y en el cielo
rieron y reirán.
Juana Castro, Cartas de enero (2010).