Generalidades de la Laringe
Cartílagos Laríngeos
Ligamentos y Membranas Laríngeas
Articulaciones Laríngeas
Musculatura Laríngea
Relieves de la Cavidad Laríngea
Vascularización y Linfáticos de la Laringe
Inervación de la Laringe
Movimientos Laríngeos
Comenzamos el estudio de la laringe, el órgano de la fonación.
Es impar y está situada en la parte media y anterior del cuello (nivel C3-C6), por delante de la faringe y limitada entre el hioides y la lengua superiormente y la tráquea inferiormente.
En cuanto a su función, veremos que está implicada en la deglución de forma indirecta, en la respiración y en la fonación.
Para hablar de ella, la dividimos en supraglotis, glotis e infraglotis.
La laringe está compuesta por un esqueleto cartilaginoso muy importante. Así, tenemos 2 divisiones diferentes:
Según la localización y número:
Medios e impares: epiglotis, tiroides y cricoides.
Laterales y pares: aritenoides, corniculados y cuneiformes.
Según su tamaño:
Mayores: epiglotis, tiroides, cricoides y aritenoides.
Menores: corniculados, cuneiformes, tritíceos y cuneiformes.
Hay que destacar que tanto los sesamoideos como los tritíceos no está unidos directamente a la laringe, sino que son cartílagos anexos que se encuentran en el esqueleto ligamentoso.
Todos los cartílagos tienen una composición hialina; excepto la epiglotis, que está compuesta por cartílago elástico debido a que tiene que movilizarse mucho.
Comenzamos el estudio de este llamativo esqueleto de cartílago.
En cuanto a la epiglotis, debemos resaltar su forma de hoja. Su superficie anterior estará en contacto con el bolo alimenticio, y se podrá doblar para cerrar la entrada a la laringe gracias al ligamento tiroepiglótico. En su cara posterior, encontramos una cresta medial denominada tubérculo epiglótico.
Seguimos con el tiroides, el cartílago más grande de la laringe. Está compuesto por dos láminas que se abren hacia los laterales. Posteriormente, encontramos las astas tiroideas superior e inferior, que sirven para la inserción de los ligamentos tirohioideos laterales y para la articulación tirocricoidea, respectivamente. Anterior a las astas, observamos los tubérculos tiroideos superior e inferior, unidos a través de la línea oblicua. Hacia anterior, las láminas forman las escotaduras tiroideas superior e inferior. De estas, la superior forma la prominencia laríngea, un ángulo saliente más pronunciado en el varón y que se conoce comúnmente como nuez o manzana de Adán.
Inferior al tiroides, encontramos al cartílago cricoides. Presenta dos carillas articulares superiores para los aritenoides y dos posterolaterales para el tiroides. La cara posterior es la más vistosa, ya que encontramos dos depresiones que delimitan una rugosidad que contienen a la cresta vertical. El conjunto de estos elementos forman la lámina del cricoides, que se une anteriormente con el arco.
Por último, debemos hablar de los cartílagos aritenoides. Presentan una cara articular para los corniculados en su cúspide, y una inferior para el cricoides. La cara medial es más bien lisa; mientras que la anterolateral presenta dos depresiones, una para el ligamento vestibular y otra para el ligamento vocal, separadas por una rugosidad; y dos apófisis, una vocal anterior y una muscular posterior.
Como comentamos, los cartílagos cuneiformes y tritíceos se encuentran separados del restos, dentro de los ligamentos tirohioideos laterales y en la mucosa que tapiza la laringe, respectivamente.
En cuanto a las articulaciones, seguimos la misma metodología que con los ligamentos.
Extrínsecas:
Cartílago tiroides con hueso hioides
Cartílago cricoides con la tráquea
Intrínsecas:
Cartílago cricoides y cartílago tiroides
Cartílago aritenoides con cartílago cricoides
Cartílagos corniculados con cartílagos aritenoides
Para hablar de los ligamentos de la laringe, como no, los dividimos en dos grandes grupos:
Extrínsecos. Se insertan en elementos que no pertenecen a la laringe propiamente dicha:
Membrana tirohioidea. Une al hueso hioides al cartílago tiroides, y presenta una apertura para la rama interna del n. laríngeo superior y la a. laríngea superior.
Ligamentos tirohioideos laterales. Se originan en las astas mayores del cartílago tiroides y se insertan en el vértice de las astas mayores del hioides. En su interior encontramos a los cartílagos tritíceos.
Ligamento tirohioideo medio. Se origina en el borde superior del cartílago tiroides y se inserta en el borde posterior del cuerpo del hioides y en sus astas mayores.
Ligamento hioepiglótico. Se origina en la línea media de la epiglotis y se inserta en la cara anterosuperior del cuerpo del hioides.
Ligamento cricotraqueal. Se origina en el borde inferior del cricoides y se inserta en el borde superior del primer cartílago traqueal.
Intrínsecos. Se insertan en la propia laringe.
Ligamento tiroepiglótico. Se origina en el vértice de la epiglotis y se inserta en el ángulo entrante del cartílago tiroides.
Ligamento aritenoepiglótico. Se origina en los bordes laterales de la epiglotis y se extiende hacia posterior hasta insertarse en la cara anterolateral de los cartílagos aritenoides.
Membrana fibroelástica de la laringe. Constituida por la membrana cuadrangular, que comprende desde el borde lateral de la epiglotis hasta la superficie anterolateral de los aritenoides y los corniculados; ligamentos vestibulares, ventriculares o tiroaritenoideos superiores, que se disponen desde la fosita superior de los aritenoides hasta el ángulo tiroideo.
Membrana cricovocal o cono elástico. Está compuesta por los ligamentos cricotiroideos medial y lateral, que comprenden desde el brode superior del arco del cricoides al borde inferior del tiroides y desde el borde superior del cricoides hasta los ligamentos vocales, respectivamente; y los ligamentos vocales o tiroaritenoideos inferiores, que comprenden desde las apófisis vocales de los aritenoides hasta el ángulo tiroideo.
Como dato curioso, el ligamento cricotiroideo medial es el que se usa para poder liberar en una emergencia la vía aérea. No suele producir problemas graves ya que la punción no afecta a las cuerdas vocales, aunque hay que tener cuidado si el paciente resulta tener un lóbulo piramidal en la glándula tiroides.
OJO: A veces, el músculo aritenoideo oblicuo se extiende dentro del pliegue aritenoepiglótico hacia superior como músculo aritenoepiglótico. Algunas fibras del tiroaritenoideo también se continúan en el pliegue aritenoepiglótico en el borde lateral de la epiglotis.
Una vez más, debemos usar la misma clasificación para estudiar la musculatura de la laringe.
Extrínsecos:
M. esternotiroideo.
M. tirohioideo.
M. constrictor inferior de la faringe; y en especial, el m. cricofaríngeo.
M. estilofaríngeo.
M. palatofaríngeo.
Intrínsecos:
M. cricotiroideo. Comprende desde la cara anterolateral del arco del cricoides hasta el borde inferior y el asta inferior del tiroides.
Mm. cricoaritenoideos posterior y lateral. Se disponen desde la depresión en la cara posterior del cricoides hasta la cara posterior de la apófisis muscular del aritenoides; y desde la superficie superior del arco del cricoides a la cara anterior de la apófisis muscular del aritenoides, respectivamente.
M. interaritenoideo o ariaritenoideo (impar):
M. aritenoideo transverso. Se origina en el borde lateral de la cara posterior del aritenoides y se dirige al borde lateral de la cara posterior del otro aritenoides.
M. aritenoideo oblicuo. Recorre desde la superficie posterior de la apófisis muscular del aritenoides hasta la cara posterior del vértice del otro aritenoides
M. tiroaritenoideo. Se forma a partir del ángulo tiroideo y ligamento cricotiroideo y se dirige hacia la superficie anterolateral del aritenoides.
M. vocales. Se forman en la superficie lateral de la apófisis vocal del aritenoides y se insertan en el ligamento vocal y en el ángulo tiroideo.
Hay que destacar que muchos de los elementos mencionados anteriormente forman unos relieves visibles en la mucosa de la cavidad laríngea.
El pliegue faringoepiglótico constituye el borde posterior de las valléculas glosoepiglóticas. Conforme nos dirigimos hacia posterior, siguiendo el pliegue aritenoepiglótico, encontramos las tuberosidades cuneiformes y corniculadas. Las últimas se conectan entre sí mediante la escotadura interaritenoidea.
A ambos lados de estas estructuras, encontramos los senos piriformes, que forman parte de los canales alimenticios que facilitan el paso del bolo de tal forma que no se introduzca en la laringe. Estos senos se producen debido a la oquedad que deja el cartílago tiroides por la forma que tiene.
Es importante destacar los dos pliegues que encontramos dentro de la propia laringe, que son el vestibular y el vocal, superior e inferior, respectivamente. Estos no son, ni más ni menos, que las cuerdas vocales falsas y las cuerdas vocales verdaderas. Entre ellos, se forma una cavidad denominada ventrículo laríngeo de Morgagni, que se abre a una pequeña oquedad llamada sáculo laríngeo, que se extiende hacia anterior.
También debemos definir muy bien la hendidura vestibular, que es el espacio entre los pliegues vestibulares; y la hendidura glótica, rima glottidis o glotis, que es el espacio más estrecho de toda la laringe. Se trata del espacio que hay entre los bordes libres de las cuerdas vocales verdaderas, y es de gran importancia clínica, ya que cualquier inflamación puede producir el cierre de la vía aérea.
Los linfáticos más importantes a nivel de la supraglotis son los ganglios cervicales profundos; mientras que a nivel de la infraglotis son los pretraqueales.
En cuanto a la vascularización arterial, la laringe esta irrigada por las arterias laríngeas superiores, que proceden de la a. tiroidea superior, una rama de la carótida externa; y por las arterias laríngeas inferiores, procedentes de la a. tiroidea inferior, una rama del tronco tirobicervicoescapular que sale de la arteria subclavia.
El drenaje venoso es satélite de las arterias, y se lleva a cabo a través de las venas laríngeas superiores, que desembocan en la tiroidea superior, que es tributaria de la yugular interna; e inferiores, que dan a las tiroideas inferiores, que tributan en los troncos braquiocefálicos.
En cuanto a la inervación, debemos destacar al nervio laríngeo externo, que es una rama del laríngeo superior, que procede del ganglio vago inferior. El n. laríngeo superior se encarga de la inervación motora del músculo constrictor inferior de la faringe y del músculo cricotiroideo.
El nervio laríngeo inferior, también conocido como nervio recurrente, es una rama del nervio vago que se encarga de la inervación motora del resto de la musculatura intrínseca de la laringe.
La inervación simpática se consigue gracias a fibras del ganglio cervical superior presentes en los nervios laríngeos; y la parasimpática debido a que los propios nervios laríngeos proceden del vago.
El nervio laríngeo superior, además de la rama externa que ya comentamos, presenta una rama laríngea interna, que se encarga de la inervación sensitiva en la zona vestibular
Para concluir, vamos a mencionar los movimientos principales de la laringe:
Los extrínsecos, en relación al resto de estructuras:
Transversal. Es una movilidad pasiva sin valor funcional. Se puede agarrar la laringe y moverla de lado a lado, aunque esta arrastra a la glándula tiroides y a la tráquea.
Vertical. Tiene una amplitud de 2 a 3 cm. Ocurre cuando hiperextendemos la cabeza. Al elevarse el hueso hioides, arrastra consigo a la laringe, que asciende en dirección al macizo facial. Por el contrario, si hiperflexionamos la cabeza, apretamos la laringe contra el manubrio esternal y desciende.
Los intrínsecos, que se dan entre las articulaciones ya vistas:
Epiglóticos. Son movimientos de amplitud anteroposterior. El movimiento hacia delante es pasivo, gracias al movimiento de la base de la lengua y el descenso de la laringe. El movimiento hacia atrás se da por empuje del bolo alimenticio y/o por las fibras del músculo aritenoepiglótico.
Tirocricoaritenoideos. Se trata del balanceo del cartílago cricoides gracias al m. cricotiroideo, la rotación de los aritenoides gracias a los mm. cricoaritenoideos y el desplazamiento de ambos por el m. aritenoideo transverso.
Cricotiroideos. El cartílago tiroides se mueve hacia delante y se incline hacia abajo sobre el cartílago cricoides (tensa los ligamentos vocales).
Cricoaritenoideos. Se tratan de movimientos verticales, aunque verdaderamente es una rotación en un plano oblicuo. Cuando la apófisis vocal se dirige a lateral, los cartílagos se elevan, y viceversa. También pueden rotar de tal forma que la apófisis muscular queda medial respecto a la apófisis vocal, aproximando o alejando las cuerdas vocales verdaderas.