MI TEATRO

Una de las dificultades con que nos encontramos cuando queremos representar una obra de teatro en la que participen todos los alumnos de la clase está en que las obras están diseñadas para un número de actores que no suele superar los diez, con la consiguiente frustración para el resto. Esta fue la primera razón por la que empecé a escribir obritas en las que pudieran participar los 25 alumnos. Más adelante llegaron efemérides, como el cuarto centenario de la primera parte del Quijote, que me sirvieron de excusa para volver a escribir.

Estas actividades de dramatización tienen un gran valor didáctico y formativo. Por una parte se desarrolla la memoria, la dicción, la expresión corporal...; y por otro, no menos importante, se potencia el trabajo en equipo, la convicción de que el éxito o el fracaso depende de todos.

Yo lo he utilizado como recurso didáctico en actividades de Historia, como colofón a visitas a museos, como actividad participativa.