Según Freire, la lectura crítica otorga a las personas la capacidad de pensar críticamente y buscar la verdad desde una perspectiva pedagógica.

La estrategia de este autor brasileño se basa en una innovadora alfabetización campesina en Brasil, Chile y Guinea-Bissau con el objetivo de lograr la liberación de los oprimidos a través de una educación generadora de libertad, pasando del pensamiento a la acción social, con una metodología que incluía la interpretación del lugar del hombre en la universo (Remolina, 2013).

Giroux (con su postulado que se origina en la teoría crítica) plantea la necesidad de leer el contexto para determinar la realidad del sujeto para que el proceso educativo responda a los problemas sociales identificados, a partir de una pedagogía de la diferencia. Todo esto sugiere que los docentes asuman un rol consciente y responsable, desarrollando significados a partir de sus propias experiencias, teniendo en cuenta sus propias limitaciones sociales, políticas y culturales. Se alienta a los estudiantes a desarrollar una conciencia crítica de su sociedad y fortalecer su sentido de sí mismos a través de esta práctica. Para "leer" un texto, el lector debe involucrarse en tres niveles diferentes de lectura: leer las líneas (descodificación, comprensión literal), leer entre líneas (significado, inferir) y leer más allá de las líneas (comprensión del propósito) . Giroux cree que la educación debe favorecer la transformación social en beneficio de los más débiles y tener en cuenta las desigualdades sociales. Identificar conexiones entre los postulados del autor y los de otros autores (Cassany, 2003).

En la misma línea, Serrano de Moreno y Madrid de Forero (2007) definen la lectura crítica como la capacidad de extrapolar las intenciones y el significado contenido en los textos escritos por otros. Según estos educadores, la práctica de la lectura crítica requiere un proceso continuo de reflexión en el que el lector debe prestar mucha atención a las anotaciones y controversias citadas en el texto en comparación con otros textos hasta llegar a sus propias conclusiones. Un lector crítico lee con intención de análisis y reflexión. Tiene la capacidad de desafiar, cuestionar, objetar conscientemente y justificar sus propias opiniones. Los autores también ofrecen un plan para fomentar las habilidades de lectura crítica, poniendo especial énfasis en las habilidades fundamentales para desarrollar lectores críticos. Sin embargo, advierten que para fomentar lectores críticos, es esencial contar con educadores críticos que sean hábiles para fomentar habilidades argumentativas en los estudiantes a través del uso de una variedad de textos.

Según Jurado (2014), las diversas pruebas estandarizadas que utiliza el ICFES revelan que la lectura crítica es el nivel más alto de lectura evaluado por el Ministerio de Educación Nacional de Colombia. Estos modelos nacionales de evaluación vinculan la lectura crítica con la intertextualidad, o la capacidad del lector para identificar varios textos dentro del texto, describir sus intenciones e identificar las voces dialógicas entre el texto y otros textos.