Reconociendo los esfuerzos voluntarios para la conservación de áreas para la biodiversidad hechos por la ciudadanía y el sector no-gubernamental
Las áreas conservadas son espacios geográficamente delimitados caracterizados por una buena gobernanza (relación entre actores que atiende la inclusión, igualdad y participación) y gestión efectiva (seguimiento momento a momento de las acciones) para garantizar la conservación de la biodiversidad (variedad de vida en el planeta) a largo plazo, en las que pueden incluirse diversos usos de los recursos (elementos de la naturaleza para el bienestar) mientras sean sostenibles y no forman parte de los sistemas nacionales de áreas protegidas, aunque si contribuyen a ampliar la superficie protegida del país.
En un primer diagnóstico hemos identificado más de 50 Áreas Conservadas en manos de personas privadas, comunidades locales, universidades, instituciones públicas no gubernamentales y comunidades indígenas, en donde el objetivo de preservar la naturaleza es parte importante o esencial de sus prioridades, dentro de lo que puede caber el aprovechamiento sostenible de sus recursos o la recreación. Aproximadamente 1/3 de estas son manejadas por ONGs o Universidades.
Con algunas excepciones, no siguen un plan de manejo formal por lo que no es posible categorizarlas siguiendo estándares internacionales, lo cual permitiría avanzar en su reconocimiento. Es necesario impulsar a través de buenas prácticas un manejo en dichas áreas, dirigido a la capacitación, fortalecimiento y empoderamiento de los responsables de su gestión, así como la consolidación de una red de información, cooperación y trabajo conjunto entre dichas áreas .