Cordillera de la Costa

PROPÓSITO

Fortalecer a los gestores de las Áreas Conservadas en la región central de la Cordillera de La Costa Venezolana, a través del intercambio de experiencias y conocimiento en acción, para alcanzar la consolidación de alianzas estratégicas entre los múltiples actores presentes en las áreas, que permitan la construcción de redes de trabajo como aliados locales que se afiancen en la comunicación, interacción y seguimiento de las diversas coyunturas suscitadas, apegados a la normativa ambiental nacional e internacional.

Contexto

La Región central de la Cordillera de La Costa, es el área más densamente poblada de Venezuela. Posee importantes endemismos, sus bosques están compuestos por especies de fauna y flora caribeña, andina e incluso guayanesa, todos representativos de la rica diversidad de nuestro país. La presión de la crisis humanitaria compleja que atraviesa Venezuela ha acelerado los procesos de tala para obtener madera y poder cocinar, ocupar tierras para siembras de rubros de rápido crecimiento para venta y consumo personal, engorde ganado, minería, construcción desordenada de viviendas, entre otras actividades que contribuyen a al fragmentación y degradación de los bosques y áreas naturales no protegidas, así como a aislar aquellos protegidos. Por consiguiente, reconocer, fortalecer y replicar los esfuerzos voluntarios de conservación que existen actualmente, liderados por comunidades, universidades, empresas y particulares, es necesario. Estos esfuerzos son la muestra de la diversificación y gobernanza del manejo que tanto necesitan las áreas naturales para garantizar en el tiempo su objetivo. Estos protagonistas deben tener acceso a fondos, entrenamiento y ser incluidos en los procesos de planificación y ordenación del territorio como actores claves. La articulación y posicionamiento de estos ciudadanos ambientalmente responsables, es garantía de la preservación del área y la expansión de este tipo de iniciativas.


Alcance

Venezuela es un país megadiverso. Las áreas protegidas manejadas por el gobierno central son el único mecanismo de conservación de la biodiversidad reconocido legalmente. Pero esto no es suficiente. Los esfuerzos de las comunidades, ONGs, universidades e instituciones privadas deben ser reconocidos como parte de las estrategias de conservación basadas en áreas, de esta forma se fortalece y asegura su contribución. Una de las formas de promover el apoyo político y legal para la certificación de estas actividades es a través del levantamiento de una base de datos de las iniciativas existentes y el establecimiento de una red entre ellas. Los actores locales y sus iniciativas son el foco de este proyecto, y serán involucrados de diferentes maneras: (a) junto a los dueños/responsables de las áreas conservadas identificadas se llevará a cabo una Evaluación Rápida de la Efectividad de Manejo del Área. (b) Sistematización de la evaluación y presentación de los resultados a través de talleres para incentivar alianzas y el intercambio de experiencias y conocimiento entre los propietarios/responsables, con el proposito de establecer y consolidar una red de áreas conservadas (c) Después de la consolidación de la red, se desarrollaran talleres entre los propietarios/responsables y las autoridades ambientales locales y otros actores locales claves para el reconocimiento del papel de las áreas conservadas, así como para definir canales que permitan ejecutar y mantener una Red de Alerta Temprana de Ilícitos Ambientales.

Sostenibilidad del proyecto

El reconocimiento y fortalecimiento de las Áreas Conservadas que formarán parte de la red, puede servir de ejemplo para un uso más sostenible de los bosques, convertirse en referencia de mejores prácticas agrícolas, y servir de apoyo a la comunidad vecina. Además, durante los talleres el objetivo es configurar una estructura autónoma, descentralizada y motorizada por los mismos dueños y responsables de las áreas conservadas, de esta forma se motiva y promueven sus propias prácticas de conservación. Esta articulación se logrará al detectar las capacidades y experiencias positivas que sirvan para desarrollar lazos locales e internacionales, y permitan ir más allá, a la búsqueda de nuevas oportunidades y espacios para visibilizar la red y aprender a través de otras iniciativas.