Ginger Fernández
La educación convencional considera a los padres y a la comunidad de una manera periférica, es decir no los integra al trabajo en aulas y esto provoca que las mismas familias se auto perciban como incapaces de colaborar en la educación de sus niños. Por el contrario, en la educación no convencional, sí se fomenta la participación oportuna de familias al interior de los espacios preparados. Ellos asumen su rol y mejoran sus prácticas de crianza generando interacciones de calidad que brindan mayores beneficios en el desarrollo cognitivo y socioemocional de los niños. Por tal razón, considero que la calidad de estas experiencias implica añadir la participación de otros agentes educativos a través de docentes capacitados. Además, se requiere valorar el contexto sociocultural con espacios y materiales pertinentes a la identidad de los niños. Sin olvidar que para lograr un trabajo coherente es necesario compartir las metas planteadas. De lo contrario, la educación será solo mecánica y homogénea, lo que evitará que alcancen su máximo potencial y en el futuro las brechas socioeconómicas sean más grandes.
Carla Zamudio:
Los programas convencionales están dirigidos por docentes que se centran en el estudiante y que crean barreras simbólicas que excluyen la participación familiar. Por el contrario, los programas no convencionales toman en cuenta el contexto de los niños y sus prácticas culturales e integran a sus familias, así como a la comunidad en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Esto permite que los estudiantes se sientan seguros, tengan un mejor desarrollo cognitivo y socio-emocional y que las familias mejoren sus conocimientos y actitudes en la crianza de sus hijos. Para lograr estos beneficios, considero que es importante evaluar la calidad de los programas, teniendo en cuenta la pertinencia en los materiales y espacios físicos. Asimismo, que cuenten con docentes capacitados, que inciten la participación activa de las familias y socialicen las metas y objetivos con toda la comunidad educativa. Si es que los programas no son de calidad, no se reducirán las brechas, ni la pobreza; puesto que, los estudiantes no podrán desarrollarse de manera integral y adquirir aprendizajes que les servirán para desenvolverse a lo largo de su vida.
Nathaly Castro:
Después de la lectura del documento puedo decir que los programas convencionales se enfocan en el estudiante, sin considerar que la familia y la comunidad son factores importantes para su desarrollo integral. En cambio, los programas no convencionales, hacen referencia a la participación de la familias, la comunidad y todo el contexto; este programa se basa en respeto a las prácticas de crianza y mejorarlas con la finalidad de alcanzar su máximo potencial del desarrollo cognitivo y socioemocional de los niños. Para que exista calidad en los programas, es importante que el espacio sea seguro físicamente y emocionalmente; que sean materiales de acuerdo al contexto y cultura; también que el personal esté capacitado, comprometido y consciente de la importancia del desarrollo de las habilidades de los niños y que facilite momentos en el que las familias se involucren. Sin embargo, si estas condiciones mencionadas anteriormente no se proporcionan, los niños no podrán alcanzar las habilidades necesarias para que ingresen a los primeros años de su vida escolar, todo ello conlleva que en el futuro sea poco probable obtener un trabajo digno.