Casa de la Cultura

La Casa de la Cultura o “Casona Antoniazzi”, se encuentra en Unquillo, en la esquina de Av. San Martín y calle Corrientes. Es uno de los 6 espacios culturales del municipio, sede de la Dirección de Cultura, donde se realizan numerosas actividades sociales y culturales. Esta casona, construida en 1908 como residencia para la familia rosarina Antoniazzi, es un valioso legado de una época de esplendor, en los inicios de nuestro Pueblo. 

A mediados de siglo XX, la familia de John Gay, propietario de la Minera al norte de Unquillo, alquilaba la vivienda para pasar sus vacaciones. Su hija, Daphne Gay, fue una excelente pintora, discípula de Antonio Pedone. Desde los balcones de la Casa, pintó el paisaje serrano, y en los veranos unquillenses, desarrolló un exquisito dibujo de caballos.

En 1964, Julio Ray, Intendente en aquel momento, en representación del Pueblo de Unquillo, adquiere el inmueble para transformarlo en sede del municipio. En el desarrollo de nuestro pueblo ya se observaban hitos culturales, como la creación del Museo Spilimbergo en 1970, la fundación del Coro Municipal en 1967 y destacados talleres, encuentros y festivales artísticos. En los años ‘90 se desarrolló un proyecto precursor de los actuales Talleres Culturales de Unquillo: el “Complejo Educacional” tuvo su sede en el edificio de la antigua Hostería Buenos Aires, ubicada en la esquina frente a nuestra Casa de la Cultura. Coordinado por Angélica de Morell, el “Complejo” brindaba  talleres de artes y oficios, y allí nacieron la Unquío Paradise Murga y la Banda Municipal.

En 1997, durante la intendencia de Jorge Fabrissin, se adquiere el ex Hotel Sierras, y el municipio muda sus oficinas administrativas allí. 

El 28 de junio de 1998, la antigua Casona Antoniazzi, se transforma en sede del flamante proyecto de la “Casa de la Cultura”.  Bajo la dirección de la Sra. Angélica de Morell, los talleres de arte y oficios son dictados por entusiastas profesores como el Sr. Pedro Mothe.

Desde entonces, es uno de los polos culturales más importantes de la ciudad. Lugar de encuentro de artistas, productores culturales, talleristas y expositores, en sus salas se desarrollan cursos de oficios, danzas, lenguas, música; también muestras de arte, conciertos y funciones teatrales. 

Con el transcurso de los años, la historia de la Casa de la Cultura reúne una nutrida actividad social forjando fuerte lazos con la comunidad. Actualmente es sede de la Dirección de Cultura y Turismo, desde donde se articulan políticas públicas para toda la ciudad y se coordinan los cuatro museos municipales, el cine y la oficina de Turismo.

Cabe destacar la permanencia del Coro Polifónico Municipal, la Banda Municipal y el Coro de Niños y el nacimiento de nuevos elencos de teatro, danzas y nuestra querida Murga “La Unquillense”!

Consultá aquí los Talleres Culturales

Su arquitectura

Este ícono de nuestro Patrimonio Histórico Arquitectónico, posee elementos de la tendencia “TUDOR”, de Inglaterra. Las casas Tudor se reconocen fácilmente por las llamadas “paredes entramadas”, con detalles de la armazón de madera a la vista.  Combinan materiales como la piedra, ladrillo, madera y estuco y se caracterizan por sus techos a dos o más aguas, con variadas inclinaciones, chimeneas y ventanas flotantes.  Tienen fachadas que reflejan la distribución interior asimétrica, emulando las casas medievales, edificadas por etapas con sucesivas adiciones. Las ventanas tienen arcos en su parte superior, generalmente coronadas con detalles ornamentales realizados en estuco.

El foco de esta arquitectura está puesto en los detalles y la artesanía, de ahí su aspecto tan pintoresco.  Posee 4 niveles: el subsuelo, la planta principal, un altillo y la torre mirador. El subsuelo tiene pequeñas habitaciones con robustos muros de piedra y pequeñas ventanas rectangulares. Se abre hacia el frente mediante un portón de madera y vidrio, rodeado por sendas escalinatas de acceso al nivel principal. Por estas escaleras de piedra, ladrillo y madera se asciende hasta una amplia galería, que es todo un balcón a las sierras. 

Por la gran puerta de madera ingresamos al zaguán y cruzando otra abertura vidriada nos encontramos con el hall central de la casa. Allí convergen los diferentes ambientes. Cuenta con una delicada lámpara de cristal y una gran chimenea, elemento infaltable en las casas Tudor. Su techo alto y de colores claros, mantienen las vigas a la vista como un elemento ornamental. La madera es protagonista en el interior, en elaborados dinteles y detalles de las aberturas. También recubre suelo de casi todos los ambientes y se destaca en los paneles rectangulares de las paredes de la Sala “Angélica de Morell”.  Esta sala se abre a los jardines de la casa y también se comunica con el Altillo y la Torre Mirador. Desde cada nivel se aprecian vistas privilegiadas de las sierras y el Pan de Azúcar, en especial desde la terraza de la fachada, a la que se accede desde el altillo. 

Al observar las vistas y el entorno de esta casa, podemos imaginar el disfrute de sus huéspedes, habitando un hogar cálido, con grandes comodidades, ubicado en el centro vital de nuestro pueblo.  

Nuestro árbol abuelo es un testigo privilegiado de la historia de Unquillo: 

Brotó allá por el s.XVII, en la época de las mercedes reales, cerca del arroyo Chiviquín, en un solar con vista al cerro Supaj Ñuñú. 

Ya en el s.XIX en su entorno se desarrolló la Estancia El Unquillo. 

En 1908 quedó enmarcado en los jardines de la residencia de verano de la familia Antoniazzi. 

Hacia 1964, su sombra se volvió descanso junto a la sede del municipio y en 1998 vió nacer el proyecto de la Casa de la Cultura.

El Algarrobo Abuelo

Declarado de Interés Patrimonial mediante la Ordenanza Municipal Nº 853/2014

Prosopis Alba Griseb, llamado Taku o Ibopé Morotí por los pueblos originarios y Algarrobo por los españoles que lo compararon con una especie de su país. Con sus frutos y semillas, conocidos como “algarroba”, se prepara harina, arrope e infusiones, ingredientes de productos típicos de nuestra región.

En 1996, el laboratorio Forestal de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC, estimó la antigüedad de este ejemplar en 330 años (aprox. 1666).

Junto a sus raíces se encuentra la Apacheta que guarda ofrendas a la Pachamama. Cada mes de agosto estudiantes y vecinos se reúnen aquí para celebrar la vida, la diversidad de culturas y el amor por nuestro Pueblo de Artistas.