Datos curiosos sobre la vida en SJS


Crónica colectiva recopilada por Matteo de Marsily

Amamos las galletas

En SJS tenemos todos los días, durante la merienda y el almuerzo, una venta de galletas “chocolate chips”.  Sobra decir que, nuestras amadas galletas, conocidas por todos en la escuela, son uno de los productos más vendidos, junto a las secundonas braunis.

Las galletas siempre están a la derecha de la comida,  al fondo de la cafetería, empacadas en bolsas individuales y metidas en cajas transparentes  donde todos los estudiantes las puedan ver inmediatamente que se acercan a la entrada. Las cajas casi siempre están vacías.

Generalmente, cuando están suaves y calientes y el chocolate se derrite en las ávidas bocas de los come galletas, se venden como pan caliente y  duran lo que un dulce en la entrada de un colegio. Para satisfacción de  la fanaticada, durante los pasados tres días, las galletas han estado consistentemente calientes y suaves. Día tras día, los estudiantes se acercan a la cafetería ávidos por comprobar si las galletas están verdaderamente deliciosas.

¡Qué sensación tan triste cuando se acaba!

Nicolás McDowall, fanático de las galletas

Nicolás McDowall, un gran fanático de las galletas, nos ayudó a describir la relación de los estudiantes con este delicioso "treat": 

“Las galletas son buenísimas. Hay días en que son mejores que otros, pero siempre disfruto la experienca de sentarme tranquilamente a comerme una buena galleta”.

El estudiante dijo que algunos días las galletas son más suaves y calientes mientras que, en ocasiones, están más duras y tibias. Este cambio de día a día crea una fluctuación en las compras. 

Las reuniones en los baños

Una fuente, cuyo nombre no podemos revelar, nos ha informado de un caso un tanto irregular, pero muy común en SJS. Nos referimos a las reuniones en los baños. Algunos estudiantes, durante el tiempo libre, van al baño y conversan durante largos periodos de tiempo, lo que suele generar una congestión no deseada y tardanzas en las clasesEsto ocurre tanto con las jóvenes como con los varones.

Decidimos entrevistar a la Prof. Sandra Acevedo, editora de este periódico y gran conocedora de la situación en los baños del tercer piso. En su opinión, desde que se instaló una cámara en la entrada del baño, su labor como vigilante es mucho menos estresante. No obstante, la profesora Acevedo extraña los grupos que se reunían frente al baño con quienes ella solía tener amables conversaciones para persuadirlos de que se fueran a conversar en la cafetería. La profesora no entiende este extraño caso.

Nuestros baños tienen nombres propios.

"Senior Lounge" al aire libre

El "senior lounge" de la escuela está localizado al lado de la cafetería, al aire libre. Esto es diferente a los "senior lounges" previos,  los que ocupaban un espacio dentro del edificio, con aire acondicionado y juegos.  Ahora se encuentra parcialmente bajo la sombra de un árbol con mesas y sofás con algunas sombrillas para  aliviar a los estudiantes de los estragos que produce, en sus juveniles pieles, el candente  sol del Caribe. Pero esto es temporero porque pronto se instalará una carpa y abanicos. Queda pendiente trabajar con el asunto de los días de lluvia. Aunque no sea un “senior lounge” típico de una escuela, es único en Saint John's y los estudiantes de cuarto año lo usan a diario.

Biblioteca como salón de juegos

La biblioteca de Saint John 's, como cualquiera, es una que los estudiantes usan para trabajar. Pero aparte de esto, la biblioteca sirve como salón de juegos y espacio fresco para pasar las horas de mayor calor, dígase la hora del almuerzo y los periodos de la tarde. 

Los juegos se encuentran en el área posterior de la biblioteca. Allí puedes encontrar a estudiantes jugando al “nintendo switch”, el juego de mesa "Clue" o hasta haciendo un rompecabezas.  Aunque es una ocurrencia poco común, no interrumpe a los estudiantes que están tratando de estudiar. Al mismo tiempo, proporciona diversión y relajación para todos.

Salir durante el almuerzo

Víctor Bonmatí disfrutando de un helado en la galería de Ponte Fresco

En Saint John’s, los estudiantes de las clases "junior" y "senior" tienen la oportunidad de salir de la escuela durante el almuerzo. Esta es una experiencia  maravillosa,  la más deseada y esperada por todos (casi desde kindergarten) ya que les permite elegir libremente su menú diario. Más aún, los que viven en Condado, pueden ir a sus casas y disfrutar de una rica comida casera y, tal vez, de una siesta.  

En un mundo perfecto, los estudiantes se atreverían a pedir que el periodo de almuerzo fuera un poco más largo. Actualmente, son solo 45 minutos que en ocasiones se consumen en las largas filas que generan los estudiantes en Ponte Fresco, Marco's Pizza y el Burger Social.

Hay maestras de undécimo grado que pierden la respiración cuando algunos estudiantes entran a sus salones con bolsas de comida. Los más listillos, incluso, han logrado esquivar la férrea vigilancia de algunas (No: no estamos hablando de ninguna maestra de Español.) y se han devorado hamburguesas y papitas mientras escuchan hablar sobre las oscuras golondrinas de Bécquer.

Algunos inconvenientes

El único problema que puede traernos devorar hamburguesas y papitas del Burger Social en los salones es la posibilidad de invasiones de hormigas y cucarachas, esos molestosos bichitos (así le llaman en la vieja España) que un día violaron la impecable limpieza del tercer piso y se pasearon orondos entre los salones de las profesoras Benito y Acevedo. Los gritos de algunas estudiantes se escucharon en el segundo piso.

Fantasma en el tercer piso


Desde que están en la escuela primaria, los estudiantes de SJS han escuchado  muchas y diferentes historias sobre la secundaria. Algunas, verdaderamente aterrradoras;  no nos referimos a la carga académica ni a las pruebas de comprobación de lectura, investigaciones y otros gajes del oficio estudiantil. 

Nos referimos a las incontables leyendas sobre el misterioso fantasma del maestro desconocido.  El mito del fantasma es casi tan viejo como la escuela misma. Entre las anécdotas que cuentan alumnos y exalumnos, destacan las del tercer piso. Por ejemplo, la puerta del salón de la profesora Acevedo se cierra sola, sin que nadie la toque. En ocasiones, se cierra de golpe, produciendo un gran estrépito en los momentos de mayor silencio.

No podemos olvidar la brisa fría que entra a los baños que, como todos sabemos NO tienen acondicionador de aire. Algunas profesoras, que trabajan hasta tarde, dicen que el fantasma es un atrevido y aparece en los momentos menos indicados. Existe un rumor de que hay una profesora en este piso que quema sábila todos los días. La sábila se utiliza para alejar a los espíritus malignos y las malas energías. Por lo tanto, les surgerimos que estén atentos y vean si logran capturar al fantasma del tercer piso durante este mes de octubre.