El
cónclave reunido en la Capilla Sixtina se inició el
31 de agosto. Desde el comienzo de éste, estaba claro que sólo había tres posibles ganadores.
Domenico Serafini, un
benedictino y asesor en el
Santo Oficio que se ganó el apoyo de la
Curia por su propuesta de continuar la campaña anti-
modernista de
Pío X como su principal prioridad. Sin embargo, muchos otros cardenales creían que se necesitaba un
Papa con un enfoque diferente como era el
arzobispo de Pisa Pietro Maffi, que era considerado muy
liberal, pero estaba con la marca de estar muy cerca de la
Casa de Saboya.
Giacomo della Chiesa,
arzobispo de Bolonia, era el punto intermedio entre Maffi y Serafini, pero en las votaciones preliminares que estaba igualado con Maffi y parecía estar ganando algo de apoyo de las facciones
conservadoras. Della Chiesa obtuvo una ventaja de cinco votos después del cuarto escrutinio, y esta vez se dilucidaba que Maffi no tenía esperanza alguna de obtener los dos tercios necesarios de votos, convirtiéndose Serafini en el principal oponente de Della Chiesa. El
3 de septiembre de
1914, en la décima votación, todos los partidarios de Maffi dieron sus votos a Della Chiesa, siendo elegido
Papa. Tomó el nombre de
Benedicto XV.