Turismo industrial
La Revolución Industrial en la Península Ibérica empezó en Cataluña, que se convirtió en uno de los territorios europeos con mayor dinamismo industrial. La nueva industria vinculada al vapor comportó cambios en los procesos de fabricación, en los sistemas de transporte e, incluso, en la forma de vivir de los trabajadores. Estos cambios se pueden apreciar en el numeroso patrimonio industrial que todavía conserva Cataluña, situado en los alrededores de los ríos Llobregat y el Ter.
En Cataluña, el Modernismo artístico está estrechamente vinculado a la Revolución Industrial. La huella modernista se puede comprobar en fábricas como la del Vapor Vell de Sants en Barcelona (una de las primeras de Cataluña); la Fábrica de Anís del Mono en Badalona, o las Cavas Freixenet en Sant Sadurní d’Anoia.
Uno de los elementos más característicos del patrimonio industrial catalán es la colonia textil, situada en zonas rurales al lado del río. Algunos ejemplos los hallamos en la Colonia Güell en Santa Coloma de Cervelló, las colonias Viladomiu en Gironella, o la colonia Borgonyà, en Sant Vicenç de Torelló. Estas pequeñas poblaciones tienen todos los servicios necesarios para los trabajadores, dedicados totalmente a la fábrica y sus familias.
A lo largo del territorio catalán encontramos muestras de este patrimonio industrial, así como de fábricas todavía en activo, tanto en el ramo de la alimentación, como del diseño, automovilísticos, vinícolas, etc. Se puede encontrar más información a través de la Xarxa de Turisme Industrial de Catalunya o en el Museu de la Ciència i de la Tècnica de Terrassa.
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