Fabricación de prismáticos en España entre 1939 y 1960
Por Rafael Chamón Cobos, Ingeniero Superior de Telecomunicación
Madrid, octubre 2021
Fabricación de prismáticos en España entre 1939 y 1960
Por Rafael Chamón Cobos, Ingeniero Superior de Telecomunicación
Madrid, octubre 2021
La primera mitad del siglo XX ha sido fundamental en cuanto a la fabricación de instrumentos ópticos en España, en particular para la construcción de prismáticos de calidad. Esta actividad ha sido impulsada, entre otras muchas actividades, por el ingeniero de la Armada José María Otero de Navascués después de la guerra civil, es decir en una España empobrecida y aislada pero con voluntad de crecer y mejorar.
Otero Navascués ingresó en 1922 en la Escuela de Armas Navales a los 15 años y en 1929 fue enviado a como comisionado español a importantes centros de desarrollos ópticos de Zurich, Jena y Berlín hasta 1934. Durante este período formativo en Suiza y Alemania aprendió que el progreso de un país debe basarse en la investigación, que será la raíz de su propia industria. Pasada la guerra, en 1939 fue enviado de nuevo a Alemania donde visitó importantes centros ópticos en Jena y compañías como Zeiss, y a su regreso a España comenzó a participar e impulsar los desarrollos ópticos de varios centros: el Instituto de Óptica Daza de Valdés, el Laboratorio y Taller de Investigación del Estado Mayor de la Armada (LTIEMA) y la Empresa Nacional de Óptica (ENOSA) en las cuales dirigió los trabajos. Su personalidad abierta y comunicativa unida a una gran inteligencia e intuición, sus dotes para la dirección y su dominio de idiomas le convirtieron en el impulsor de estas empresas donde se realizaron muchos proyectos y trabajos de investigación. Colaboradores ilustres de esta época fueron, entre otros, Piedad de la Cierva, Pedro Jiménez Landi y Maruja Egües. Uno de los descubrimientos más famosos de Otero Navascués fue el de la miopía nocturna, según la cual, a muy baja iluminación el cristalino queda relajado totalmente y produce una miopía de 0,5 dioptrías. Esto tiene su importancia en un aspecto bélico, pues una excelente agudeza visual es necesaria para un soldado encargado de una misión nocturna si el éxito de su misión depende de aquella.
Así como en el mundo civil los prismáticos suelen ser instrumentos destinados al ocio como el turismo o la caza, o a ciertas actividades científicas como la Astronomía o la Ornitología, los prismáticos militares son instrumentos indispensables en operaciones del ejército, y todos los ejércitos disponen de prismáticos robustos y fiables que pueden resistir un trato duro.
Durante la estancia de Otero Navascués como director del LTIEMA y de ENOSA se diseñaron y crearon muchos instrumentos ópticos, básicamente destinados a la Marina. Entre ellos destacan excelentes prismáticos, algunos de los cuales también pasaron al comercio civil. LTIEMA realizaba los diseños y construía pequeñas series de prototipos, y ENOSA los fabricaba en mayor escala con licencia de LTIEMA. Entre los prismáticos más importantes producidos por ENOSA están los siguientes:
· ENOSA Minar 4x15
· ENOSA Medimar 6x30
· ENOSA Medigon 8x30
· ENOSA Alhambra 8x30
· ENOSA Luremar 7x50
· ENOSA Luminar 7x50
Todos ellos de una calidad similar a la que ofrecía la empresa Carl Zeiss de Jena u otras empresas alemanas en la misma época para prismáticos similares.
Hoy día, los prismáticos de ENOSA son difíciles de encontrar y son muy buscados por los coleccionistas de prismáticos. Sólo pueden conseguirse a través de portales de compraventa en Internet, y también en ferias militares. En mi colección tengo un Minar 4x15, un Alhambra 8x30 y un Luremar 7x50, los tres de excelente calidad óptica y mecánica. Véanse a continuación fotos de los seis prismáticos de ENOSA mencionados más arriba.
· ENOSA Minar 4x15. Un prismático pequeño para uso civil (teatro, espectáculos deportivos, viajes, etc.) con su caja, estuche y folleto explicativo.
· ENOSA Medimar 6x30. Un prismático militar robusto, con enfoque individual, para uso general. (Fotografía por cortesía de Rui Aballe Vieira)
· ENOSA Medigon 8x30. Un prismático civil con enfoque central, para uso general. (Fotografía por cortesía de Antonio Rodríguez García)
· ENOSA Alhambra 8x30. Un prismático civil con enfoque central, más ligero que el Medigon. Este ejemplar pertenece a una serie fabricada para la Guardia Civil (véase el marcaje sobre la tapa derecha).
· ENOSA Luremar 7x50. Un prismático militar robusto, con enfoque individual, para uso en condiciones de baja iluminación.
· ENOSA Luminar 7x50. Un prismático militar de altas prestaciones para uso en la Marina. De diseño largo y robusto, con enfoque individual. Nótese la forma extraña de la carcasa, que indica un sistema de inversión de imagen del tipo Porro II.
Todos estos prismáticos pueden constar de más de 60 piezas diferentes, incluyendo lentes, prismas, y piezas metálicas. La fabricación de todas estas piezas debe cumplir con un alto nivel de precisión y también de montaje para formar un conjunto de dos telescopios terrestres ópticamente idénticos y mecánicamente simétricos, acoplados mediante una bisagra. El diseño óptico debe haber conseguido eliminar las aberraciones ópticas necesarias para una visión nítida y cómoda. Además, los dos ejes ópticos deben ajustarse para quedar paralelos al eje mecánico de la bisagra para que ambos telescopios se mantengan alineados en cualquier posición de la bisagra. Todo este exige un alto grado de conocimiento y precisión en todas las fases de la producción. Para realizar estas funciones es necesario disponer de un personal cualificado para el diseño, del equipamiento y materiales específicos para la fabricación, y de unos operarios capaces de usar los equipos. En este sentido el personal recibía formación, tanto en cursos que se impartían en los mismos centros como en Alemania. LTIEMA se inspiraba en diseños de prismáticos alemanes, y en cierto sentido copiaba los diseños, con ciertas modificaciones y a veces mejoras. En definitiva, el trabajo y la dirección de Otero Navascués logró lo impensable: una industria óptica española a la altura de otros países europeos.
También existió en España otro organismo militar que produjo prismáticos de calidad para el Ejército de Tierra. Se trata del Taller de Precisión de Artillería. Fue creado en 1898 y su sede estaba en Madrid, en la calle Raimundo Fernández Villaverde número 50. Más tarde pasó a llamarse “Taller de Precisión y Centro Electrotécnico de Artillería” (TPYCEA). El responsable de la reconstrucción de ese centro en la inmediata posguerra fue el general Pedro Méndez Parada. Además de haber sido un gran impulsor de la fabricación de instrumentos ópticos en España, ejerció de profesor de cursos de óptica donde tuvo como alumno a José María Otero de Navascués. Méndez Parada, entonces con el rango de capitán de artillería, fue destinado al TPYCEA en 1929. En 1939, ya con el empleo de teniente coronel de artillería, le nombraron director del TPYCEA, donde permaneció hasta 1954 (con el rango de coronel del Cuerpo de Ingenieros de Armamento y Construcción). Durante la Guerra Civil, el utillaje y los equipos del Taller de Precisión fueron trasladados a Almacera, Valencia, donde se siguieron fabricando prismáticos de tipo clásico y de trinchera, para el ejército republicano. En los años 40 el Taller de Precisión, ya en Madird, tenía los conocimientos y medios para diseñar y fabricar prismáticos de calidad, y de hecho fabricó los siguientes modelos para su uso en el Ejército de Tierra:
· TPYCEA 6x30
· TPYCEA 8x30
· TPYCEA 7x50
Estas 3 combinaciones de datos eran las más frecuentemente usadas en el Ejército. Los 6x30, de sólo seis aumentos se destinaban a soldados, los 8x30 eran usados por oficiales. Ambos eran ligeros para un uso cómodo en el campo. Los 7x50, más pesados, tienen ventaja en el crepúsculo o con baja iluminación.
La calidad óptica de los prismáticos TPYCEA es similar a la de ENOSA, si bien el acabado exterior es más modesto, por ejemplo la superficie exterior de la carcasa consiste en pintura rugosa, mientras que los modelos de ENOSA tienen recubrimiento de piel. Algunos modelos de TPYCEA más antiguos no llevan tratamiento anti-reflectante en sus lentes, lo que produce imágenes algo menos contrastadas.
Véanse a continuación fotos de estos tres modelos de TPYCEA.
TPYCEA 6X30. Un prismático militar robusto pero ligero, de enfoque individual, para uso general en el servicio.
· TPYCEA 8X30. Un prismático militar robusto, de enfoque individual, para uso general, dotado de un aumento mayor que el anterior.
· TPYCEA 7X50. Un prismático militar robusto, de enfoque individual, para uso en condiciones de baja iluminación.
Además de la robustez, otra característica de los prismáticos militares es la presencia de una retícula en uno de los oculares. Esta retícula permite al usuario estimar la distancia a que se encuentra un objeto si se conoce su tamaño, o bien estimar el tamaño de un objeto si se conoce a qué distancia se encuentra. La retícula es una escala lineal graduada en “milésimas” que se ve nítida y superpuesta al objeto observado. La “milésima” es una unidad angular para la medida y es el ángulo con que se ve un objeto de anchura 1m situado a 1Km. Según esto, si un objeto de anchura A [metros] situado a la distancia D [metros] se ve con los prismáticos ocupando N “milésimas” en la retícula, su distancia es D = A x 1000 / N [metros]. O bien, como regla mnemotécnica: “mil veces la anchura dividida por el número de marcas nos da la distancia”.
Reconocimientos
Especial agradecimiento a Rui Aballe Vieira por sus fructíferos comentarios sobre prismáticos, y por revisar el artículo y aportar datos adicionales sobre el TPYCEA.
Referencias
Blog de un antiguo empleado del LYTIEMA: http://lytiema.blogspot.com.es/
Juan Ramón de Andrés Martín. "José María Otero de Navascués Enriquez de la Sota, Marqués de Hermosilla. La baza nuclear y científica del mundo hispánico durante la guerra fría". Editorial Plaza y Valdés, S. A. de C. V.
Amelia Muñoz, Ciencia en Defensa: historias de los centros integrados en el Instituto Tecnológico “La Marañosa” (Madrid: Ministerio de Defensa/INTA, 2015)
Madrid, octubre 2021.