Umberto Eco publica El nombre de la rosa en 1980. En la novela se mezclan los hechos históricos, las discusiones eruditas y la búsqueda de una solución a los misteriosos asesinatos que se cometen en una recóndita abadía situada en los montes Apeninos.
En esta obra (y en la película homónima rodada por Jean Jaques Annaud en 1986) se trata extensamente el tema de los libros cuya lectura debe prohibirse, del conocimiento reservado para unos pocos, de los vicios del espíritu. De hecho, la biblioteca más completa de toda la Edad Media se consume bajo las llamas de un pavoroso incendio que, aunque fortuito, no deja de conseguir el fin de acabar con el conocimiento que se considera poco encaminado hacia la alabanza de Dios.