Censura y quema de libros
La quema de libros se vincula normalmente a actitudes intransigentes y totalitarias, que achacan a la libertad de expresión determinados males de la sociedad, especialmente en sus aspectos religiosos (herejías) y políticos (radicalismos).
A lo largo de la historia de la humanidad se ha magnificado la importancia de manuscritos y libros impresos en la difusión de las ideas y se han quemado bibliotecas enteras y títulos significativos y, en muchos casos, también a sus autores.
La quema de libros a lo largo de la historia
La primera quema de libros de que se tiene noticia se produjo en China en el año 212 a. C., pero las más conocidas son las siguientes:
El incendio de la Biblioteca de Alejandría del año 292 por el emperador Diocleciano.
La llamada "Hoguera de las vanidades", en la que los florentinos de finales del siglo XV quemaron multitud de libros y obras de valor considerados inmorales, animados por el predicador Savonarola
El Índice de Libros Prohibidos, instaurado por la Inquisición española en 1551 y posteriormente promulgado para toda la cristiandad por el papa Pío IV (1564). ¡¡Ha estado en vigor hasta 1966!!
La quema de libros de autores judíos durante el régimen nazi, desde 1930 hasta 1945 en Alemania. La más conocida de ellas fue la que se llevó a cabo en la Bebelplatz de Berlín el 10 de mayo de 1933.
Las quemas de libros durante el franquismo en España, tanto en la Guerra Civil como en la posguerra
Las dictaduras sudamericanas (especialmente Chile y Argentina) requisaron y quemaron cientos de miles de libros de tema político.
En la actualidad, el Estado Islámico sigue quemando libros y destruyendo restos arqueológicos considerados heréticos.