En la Edad Media la sociedad estaba organizada en tres grandes grupos llamados estamentos, de ahí que reciba el nombre de sociedad estamental.
Cada estamento tenía una función:
Nobleza: eran los bellatores (los que guerrean) porque su función era defender militarmente a toda la población. Eran una minoría, con poder político y económico. Dentro de ella se puede distinguir la alta nobleza, compuesta por el rey, duques, marqueses, condes…; y la baja nobleza, formada por los caballeros que tenían armas y un caballo.
Clero: eran los oratores (los que oran) porque su función era rezar para conseguir la salvación de todos. También fueron los depositarios de la cultura. En este estamento se diferenciaban el alto clero y el bajo clero. El alto clero estaba integrado por el papa, los cardenales, los obispos (que dirigían un diócesis o territorio eclesiástico) y los abades (que dirigían un monasterio). Solían pertenecer a la nobleza: generalmente el primogénito de las familias nobles heredaba los territorios de la familia y el segundo hijo dedicaba su vida a la Iglesia, ocupando alguno de estos cargos. El bajo clero eran los sacerdotes (curas de las parroquias) y los monjes, que provenían de familias humildes.
Campesinos y otros trabajadores: eran los laboratores (los que trabajan), pues producían todo lo que la sociedad necesitaba. La mayoría eran campesinos, pero también había artesanos y comerciantes. Unos eran libres y otros, siervos de los señores feudales. Los campesinos libres vivían en aldeas y trabajaban las tierras de su propiedad o los mansos de los señores feudales, a cambio de una renta y de realizar trabajos en la reserva señorial. Podían decidir sus actos personales (por ej. casarse) y abandonar el feudo. Los siervos estaban sometidos a la autoridad del señor y trabajaban para él en la reserva señorial o en trabajos domésticos, a cambio de alimento y manutención. No podían casarse ni abandonar el feudo sin permiso del señor. Por eso se dice que estaban sujetos a la tierra. La servidumbre se heredaba de padres a hijos.
Al estamento se pertenecía por nacimiento (salvo en el caso del clero).
Los tres estamentos se agrupaban en dos categorías:
Estamentos privilegiados: eran la nobleza y el clero que disfrutaban de privilegios. Así, no pagaban impuestos y recaudaban los que les pagaban los campesinos; no realizaban trabajos manuales; se les aplicaban leyes diferentes que al resto de la población y podían impartir justicia en sus dominios; controlaban los cargos de la administración; e iban a la guerra a caballo (caballería).
Los no privilegiados: eran el resto de la población, más del 90% del total. Trabajaban en el campo o en la ciudad; debían pagar impuestos a los estamentos privilegiados y al rey; estaban sometidos a leyes más duras que los privilegiados; y eran reclutados para servir en la guerra como soldados a pie (infantería).