El Crecimiento y Las Dudas

Andanzas y Peripecias en Iturbide

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1850, Año de Elecciones Presidenciales

En el México de 1850 no sólo había caos político sino también una severa crisis económica, en ese ambiente se llevaron a cabo las elecciones presidenciales y quien resultó triunfador fue Mariano Arista, que era el Secretario de Guerra, y asumió el cargo el 15 de enero de 1851.


Villa de San Pedro de Iturbide: La Puerta del Sur

Los ayuntamientos municipales de Iturbide desde hace algunos años celebran la “Fundación del Municipio” el 9 de marzo, pero en realidad no se sabe cuando haya sido ésta, si es que la hubo. Como ya se vio, para cuando se estableció la Hacienda de San Pedro ya había colonos tanto por esta región como por la de Camarones.


Lo que sí consta es que el 9 de marzo de 1850 el Congreso del Estado de Nuevo León decretó la segregación de la Congregación de San Pedro del Municipio de Galeana, dándole el nombre de Villa de San Pedro de Iturbide (Roel, pp. 154-5). Se acreditan como primeros vecinos de la nueva Villa a Don Joaquín de la Peña y Fuentes, Don Pedro Martínez de la Peña, al Alférez (Teniente) Francisco Martínez Salazar, Don Manuel Escobedo y a múltiples familias, entre ellas las de los Villanuevas, Barrientos y Martínez (Gómez Danés, Monografías … I, pp. 17 y 40).


Don Ramón de la Peña fungió como apoderado y representante “del vecindario” en la segregación de la Villa, según consta en recibo por 416 pesos y 3 reales, de la liquidación que hizo al Agrimensor el 30 de agosto de 1850 (Alvarado S., Repaso ..., p. 35), por delimitar las cuatro leguas cuadradas especificadas en el decreto No. 70 del H. Congreso del Estado, del 9 de marzo de 1850 (Gómez Danés, Monografías … I, p. 16).


Ya entonces aparecen oficialmente en la Historia de Iturbide los primeros aprendices de caciques o canallas, que sólo pretenden proteger sus intereses personales o enriquecerse a costa del bien común: el 22 de julio de ese año (1850) el Alcalde Primero de San Pedro, Juan Alvarado, mandó a seis hombres armados a arrestar a Don Ramón en su casa de El Saucillo y lo multó con treinta pesos “por el sólo hecho de haber señalado la línea divisoria tazada, mandando destruir de autoridad propia una de las mohoneras que se mandaron levantar” (Alvarado S., Repaso ..., p. 17).


También por entonces se detectó que existía “el tráfico ilegal de drogas” por la región. El Comandante del Resguardo del Tabaco, con sede en Monterrey, aprendió y multó a un contrabandista que transportaba 33 libras de tabaco Virginia y ocho cajas de cigarrillos (Alvarado S., Repaso …, p. 22).


Aunque la vida independiente de la Villa de San Pedro de Iturbide (región norte) principia en 1850, en el Ayuntamiento actual no existen documentos históricos de los primeros años de esa parte geográfica del Municipio, pues el archivo fue quemado o destruido en tres ocasiones: durante el Segundo Imperio, la Revolución Mexicana y en la Guerra Civil que le siguió.


Insistimos en que la Villa sólo fue una de las dos partes de lo que es hoy el Municipio, pues La Comarca de Camarones se integró a éste hasta años después, cuando Santiago Vidaurri ya era Gobernador.


Vidaurri ordenó al Ing. Nigra de San Martín levantar el trazo del mapa en 1853, y los límites entre Iturbide y sus vecinos (Linares y Galeana) se fijaron hasta el 26 de junio de 1862, sin que sepamos cuando aprobó el Congreso la anexión. ¿Será ésta la “verdadera” fecha de “La Fundación” de Iturbide?.


En el AGENL existe oficio en el que el Ayuntamiento de San Pedro solicita extensión de Jurisdicción al H. Congreso, y le informa que cuarenta y dos individuos, la mayoría de ellos jefes de familia, vecinos de Tunamanza, Camarones y Las Cuevas, se presentaron para solicitar la integración de su territorio al nuevo Distrito. Los solicitantes manifestaron las siguientes razones: Aunque la distancia que los separa del Valle de Río Blanco (Aramberri) es más corta (cinco leguas), el camino que tienen que atravesar es de serranía muy fragosa. La distancia a San Pedro será “a lo más de 10 leguas”, pero por la diferencia en las condiciones del camino con facilidad se les podrá proporcionar los auxilios de que carecen. También se hace referencia a las colindancias de la Comarca de Camarones con la Villa de San Pedro y, por su parte, el Ayuntamiento expresa “el deseo que tiene la naciente Villa del aumento y progreso por los medios legítimos” (Alvarado S., Repaso …, pp. 19-20).

Primer Informe del Ayuntamiento de San Pedro

Alvarado Segovia reporta que, en los documentos existentes en el AGENL que él revisó, es hasta 1853 que se informa por primera vez de los integrantes del Ayuntamiento de San Pedro, ese año lo presidió Antonio Meléndez (Repaso ... , p. 7). En el informe se presentan listados de individuos “muertos, juzgados, e indigentes” (pp. 9-11): diez muertos, 17 juzgados, 43 indigentes y seis que “juraron domicilio” (nuevos avecindados).


Es de notar que en la nueva Villa, de acuerdo a los nombres mencionados en estas listas, sólo se juzgaba y morían varones, ni una sola mujer (¿arrieros?).

Por el Informe de Ingresos y Egresos de ese mismo Ayuntamiento nos enteramos de que se liquidó la suma de 39 pesos, dos reales y seis granos por pago al preceptor, o profesor de primeras letras, y demás gastos del establecimiento (p. 12).


También se menciona la dificultad que tenían para la recaudación de impuestos debido a la miseria en que se encontraba la población, a causa de la escasez de semilla para la siembra, a enfermedades y epidemias que causaron la muerte “de más de cuarenta almas” (p. 14).


La epidemia de Tifo que hubo ese año se presentó con los mismos síntomas de la que afectó a Galeana en 1837: “comienza con dolor de cabeza, fuerte deposición, torsón con gruñimiento de tripas, poniéndolos inútiles de la ejecución del cuerpo por algunos instantes”; y las medicinas recomendadas eran: sangría y hierbabuena hervida, con una cucharada de aguardiente y endulzada con azúcar (p. 18).


Se castigó a Juan José Barrientos y a dos de sus hijos, haciéndolos trabajar en obras públicas, por negarse a cumplir con el servicio de posta o correo con el pretexto de que eran sirvientes de Leandro Martínez (Alvarado S, “Repaso ... ”, pp. 11-2).


Una carta fechada en 1854 y dirigida al Alcalde de la Villa por Don José María Moreno, uno de los anteriores propietarios de la Hacienda, “felicita por la nueva creación, y recuerda los hostiles días, cuando las comunicaciones por el territorio eran peligrosas, gracias a hordas de indios que, aún belicosos, merodeaban por estos lares” (Gómez Danés, Monografías … I, p. 39).


En el reporte de expedientes existentes en el archivo de la Villa el año de 1854, con copia en el AGENL, se mencionan escrituras de venta de propiedades de Mariano Escobedo a favor de Don Francisco de Avila (No. 6), Doña Gertrudis Bernal (No. 7), y Don Antonio Meléndez (No. 8).


Entre los “Enseres y útiles” que incluye el inventario se mencionan: una mesa que sirve a la escuela y cinco asientos colocados en grada para el mismo establecimiento -$8 pesos-. Nueve ejemplares de escribir, uno de aritmética, uno de gramática y dos libros tercero, para uso de los niños -$22 pesos- (Alvarado S., Repaso ... , pp. 31-3).

Se enumeran los edificios públicos aclarando que todos fueron construidos a expensas del vecindario, a excepción de la iglesia, que ya para entonces tenía sus dos campanas, la cual costearon José Antonio Meléndez, José María Meléndez y Ramón de la Peña.


Las fincas eran: Un local que servía de juzgado, otro para la instrucción primaria, sala utilizada como cuartel por el Comandante de Presidio que conducía los presos de Linares a San Luis Potosí, prisión, un calabozo en soleras y panteón (pp. 34-5).


El Juez de San Pedro, Manuel M. Morales, se inconformó el 26 de mayo de 1854 porque los Gonzáles de Las Anacuas se negaban a recibir el correo transportado por los cordilleros, a pesar de que éstos tenían que hacer el “servicio (cuatro leguas) pie a tierra, por lo escaso de remuda en esta Villa” (Alvarado S., Repaso … , p. 29).


Por entonces (1854) había en la Villa tres tenerías, las que no representaban riesgos para la salud, según se decía (Alvaraso S., Repaso … , pp. 30-1).

En 1855 Antonio Meléndez reportó haber formado el Jurado de la Villa para sentenciar a los desertores, integrado por un sargento, un cabo y tres soldados, según lo previsto en la circular No. 39 de ese año.


En los decretos de "Su Alteza Serenísima" se utilizaba la expresión: "el Supremo Gobierno", la que en Iturbide se empleo por casi un siglo, en el papeleo oficial, como el "Superior Gobierno".


Allí mismo aclaraba que el pago de los 150 pesos asignados como impuesto a “este pequeño pueblo”, por el gobierno de “Su Alteza Serenísima”, no incluía a las rancherías de Tunamanza, Camarones y Las Cuevas, “puntos en cuestión con el juzgado (o Municipio) de Villagrán” (Alvarado S., Repaso …, pp. 26-7).


Plan Restaurador de la Libertad en México

En mayo de 1855 Santiago Vidaurri proclamó en Lampasos su plan de apoyo a la Revolución de Ayutla. El 22 de mayo atacó Monterrey y al siguiente día la plaza cayó en su poder (Roel, S., N:L: …, p. 157).


Las autoridades de San Pedro reportaron que al enterarse de la toma de Saltillo por los liberales fue “general el regocijo de éste vecindario celebrando tan grande suceso con repiques, música, descargas y vivas a los valientes defensores de nuestro ejército Libertador y a su digno jefe...” (Alvarado S., Repaso … , P. 27).


Participación en la Revolución de Ayutla

En el mes de septiembre de 1856 pasó por la Villa el Comandante Mariano Escobedo y solicitó 30 hombres de la Guardia Nacional, los que salieron al mando del Teniente Valentín Meléndez (Alvarado S., Repaso ..., p. 22).