z12.El proceso de transición a la democracia y la Constitución de 1978. Los gobiernos democráticos (1979-2000)

Comunicado del Presidente del Gobierno Adolfo Suárez sobre el proyecto de Ley para la Reforma

Política (10 de septiembre de 1976):

“Buenas noches. Me presento ante todos ustedes para darles cuenta del Proyecto de la Ley para la

Reforma Política, para decirles sencillamente cómo propone el gobierno que sea nuestro futuro y para

convocar a todo el pueblo español a una tarea de protagonismo y solidaridad. Reconocido en la

declaración programática del gobierno el principio de que la soberanía nacional reside en el pueblo, hay

que conseguir que el pueblo hable cuanto antes. Esto es lo que el Consejo de Ministros acaba de

aprobar: el Proyecto de la Ley para la Reforma Política. Es un proyecto sencillo y realista que trata de

servir de cauce formal para que el pueblo pueda desempeñar el protagonismo que le corresponde y dar

paso a la legitimidad real de los grupos y partidos por medio del voto”.

En Victoria Prego: Así se hizo la transición. Barcelona, Plaza & Janés, 1995.

23 de febrero de 1981. Tejero en el Parlamento

“El Gobierno cumplirá y hará cumplir la ley. No permitiremos ninguna actuación al margen de la Constitución, y los que piensen que pueden violentarla encontrarán una respuesta rigurosa por nuestra parte [...] Ni el terror, ni el chantaje, ni los intentos involucionistas desviarán la decisión del Gobierno de hacer cumplir la Constitución [...] El 28 de octubre supone la más importante derrota moral para los que desean suplantar la voluntad de los ciudadanos [...]

Trabajaremos con tesón para allanar los obstáculos que aún se oponen a nuestra plena integración en las Comunidades Europeas y creemos que no será pretencioso conseguir la adhesión, dentro del horizonte dado por la presente legislatura [...]

Examinaremos también con toda atención los términos de nuestra relación defensiva y de cooperación con los Estados Unidos de América y reestudiaremos, con el rigor necesario para la defensa de nuestros intereses y de nuestra dignidad, la decisión adoptada por el anterior Gobierno español en relación con el Tratado del Atlántico Norte, manteniendo nuestros compromisos con el pueblo español”.

Discurso de investidura de Felipe González en 1982. ABC, 1 de diciembre de 1982.

En la España de 1976 el pueblo español mostraba ansiedad y temor ante el recuerdo de la Guerra Civil y el tránsito que se avecinaba. Yo era consciente de ese temor, como también lo era de la nueva conciencia del pueblo español y de la mentalidad de nuestro Rey. Era necesaria una acción política audaz y sincera que transformara las estructuras del régimen anterior, conectando con la realidad española, sin violencia, sin traumas, sin vacíos de poder. Y había que hacerlo desde la legalidad vigente, y con serenidad y rapidez, para evitar las reacciones de los sectores más continuistas que detentaban enormes parcelas de poder. Aquel cambio político desde un sistema autoritario a un sistema democrático, sin traumas, elegido libre y auténticamente, era algo sobre lo que no existían precedentes. Lo cierto es que constituimos un precedente y la inmensa mayoría del pueblo español ratificó nuestro proyecto político, alcanzando el Estado democrático que hoy disfrutamos sin ajustes de cuentas y sin traumas.

Adolfo Suárez, “10 años sin Franco. Desatado y bien desatado“. 1985

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Don Juan Carlos I, rey de España. A todos los que la presente vieren y entendieren. Sabed: Que las Cortes han aprobado y el Pueblo Español ratificado la siguiente Constitución:

PREÁMBULO

La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:

Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo.

Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular.

Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.

Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.

Establecer una sociedad democrática avanzada, y Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.

Constitución española de 1978

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Comisión redactora del Proyecto de Constitución de 1978

Comisión redactora del Proyecto de Constitución de 1978

“Cuando España dio ejemplo

[...] Franco se murió en la cama, atesorando las arcas de poder que nadie se atrevió a quitarle en vida. Cuando las lagrimas de Arias Navarro salpicaron las pantallas de televisión de los hogares españoles, el champán fue la bebida más demandada por los que habrían deseado adelantar unos cuantos años el entierro.

(…) Un espíritu nuevo se dejó entrever desde el primer discurso del Rey Juan Carlos I, que, pese al testigo recogido de Franco, pasó por alto los dogmas anteriores de la Guerra Civil y el Movimiento. Como no estaba dispuesto a aceptar el papel de continuador, alzó hasta la presidencia del gobierno a un desconocido Adolfo Suárez, un burócrata del antiguo régimen que le ayudaría a que el franquismo cerrase los ojos mientras sentía la espada de sus propias leyes internándose por sus venas. De este modo, las viejas Cortes franquistas autorizaron la transición a la democracia, que muchos españoles querían hacer llegar sin las violencias que los agoreros franquistas habían vaticinado”.

Fernando García de Cortázar. Álbum de la Historia de España. 1995.

Constitución española de 1978

Artículo 97

El Gobierno dirige la política interior y exterior, la Administración civil y militar y la defensa del Estado. Ejerce la función ejecutiva y la potestad reglamentaria de acuerdo con la Constitución y las leyes.

Artículo 98

1. El Gobierno se compone del Presidente, de los Vicepresidentes, en su caso, de los Ministros y de los demás miembros que establezca la ley.

2. El Presidente dirige la acción del Gobierno y coordina las funciones de los demás miembros del mismo, sin perjuicio de la competencia y responsabilidad directa de éstos en su gestión.

3. Los miembros del Gobierno no podrán ejercer otras funciones representativas que las propias del mandato parlamentario, ni cualquier otra función pública que no derive de su cargo, ni actividad profesional o mercantil alguna.

Artículo 101

1. El Gobierno cesa tras la celebración de elecciones generales, en los casos de pérdida de la confianza parlamentaria previstos en la Constitución, o por dimisión o fallecimiento de su Presidente.

2. El Gobierno cesante continuará en funciones hasta la toma de posesión del nuevo Gobierno.

Los comunistas celebran la legalización de su partido en abril de 1977

Los comunistas celebran la legalización de su partido en abril de 1977

pau2008-06
pau2007-08
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Apertura por Su Majestad Juan Carlos I de las Cortes Legislativas. Mayo de 1979

Constitución Española de 1978

Art. 1.1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico, la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.

1.2. La soberanía nacional reside en el pueblo español del que emanan los poderes del Estado.

1.3. La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.

Art. 2. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

Art. 3.1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.

3.2. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.

3.3. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.

Artículo 1. 1. España se constituye en un Estado social y democrático de derechos, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. 2. La soberanía nacional reside en el pueblo, del que emanan los poderes del Estado. 3. La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria. Artículo 2. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

Artículo 3. 1. El castellano es la lengua española oficial del Estado […]. 2. Las demás lenguas españolas también serán oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas […]. 3. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.

Artículo 6. Los partidos políticos expresan el pluralismo político […].

Artículo 7. Los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales contribuyen a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios […].

Fragmentos de la Constitución española de 1978.

Chiste de Máximo aparecido en El País, febrero de 1976

Chiste de Máximo aparecido en El País, febrero de 1976

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Composición del Congreso de los Diputados tras las Elecciones de 1977

“Cuando España dio ejemplo

Algunos fueron a ver el féretro para comprobar si su inquilino estaba realmente muerto, pero los más se acercaron compungidos con animo de despedirle. El viejo general dormía en su interior mientras sus desobedientes hijos hacían por fin lo que les daba la gana. Hasta en los últimos años, su consumida figura y su hilo de voz habían sido un estorbo para la llegada de la ansiada democracia. A pesar de las manifestaciones ciudadanas, de la cada vez más nutrida oposición política, de los consejos al oído que hablaban de una jubilación tardía, Franco se murió en la cama, atesorando las arcas de poder que nadie se atrevió a quitarle en vida. Cuando las lagrimas de Arias Navarro salpicaron las pantallas de televisión de los hogares españoles, el champán fue la bebida más demandada por los que habrían deseado adelantar unos cuantos años el entierro.

[…] Un espíritu nuevo se dejó entrever desde el primer discurso del Rey Juan Carlos I, que, pese al testigo recogido de Franco, pasó por alto los dogmas anteriores de la Guerra Civil y el Movimiento. Como no estaba dispuesto a aceptar el papel de continuador, alzó hasta la presidencia del gobierno a un desconocido Adolfo Suárez, un burócrata del antiguo régimen que le ayudaría a que el franquismo cerrase los ojos mientras sentía la espada de sus propias leyes internándose por sus venas. De este modo, las viejas Cortes franquistas autorizaron la transición a la democracia, que muchos españoles querían hacer llegar sin las violencias que los agoreros franquistas habían vaticinado”.

Fernando García de Cortázar. Álbum de la Historia de España. 1995.

“De 1982 a 1985 se mantuvo el consenso entre las fuerzas parlamentarias españolas en cuanto a la necesidad de adherirse a la CEE. Las críticas de la oposición se dirigen a supuestas prisas del Gobierno parea apuntarse el tanto de la adhesión durante aquella legislatura y a acusaciones de no negociar mejor. Pero eran críticas menores y casi rituales. Había mucho apoyo parlamentario incluida la oposición al Gobierno en su tarea negociadora, incluso muy explícitas a la tarea del ministro de Exteriores en este período.

Cuando el Gobierno solicita en el Congreso autorización para firmar el Acta de Adhesión y los Tratados se obtiene una unanimidad que no tiene precedentes en los otros países miembros; lo mismo ocurrió en el Senado.

La impresión general, y así lo recogieron los medios de información, fue que con la integración en Europa la democracia española estaba consolidada”.

(Artículo de Fernando Morán, ministro de Asuntos Exteriores en el gobierno socialista; en Historia de la democracia. Madrid, 1995)

pau2001-10

“Hoy comienza una nueva etapa de la Historia de España. Esta etapa, que hemos de recorrer juntos, se inicia en la paz, el trabajo y la prosperidad fruto del esfuerzo común y de la decidida voluntad colectiva.

La institución que personifico integra a todos los españoles y hoy, en esta hora tan trascendental, os convoco porque a todos nos incumbe por igual el deber de servir a España. [...]

La Patria es una empresa colectiva que a todos nos compete. Su fortaleza y su grandeza deben de apoyarse por ello en la voluntad manifiesta de cuantos la integramos. [...]

Insistamos en la construcción de un orden justo. Un orden justo, igual para todos, permite reconocer dentro de la unidad del Reino y del Estado las peculiaridades regionales, como expresión de la diversidad de pueblos que constituyen la sagrada realidad de España. El Rey quiere serlo de todos a un tiempo y de cada uno en su cultura, en su historia y en su tradición. [...]

La Corona entiende, también, como deber fundamental el reconocimiento de los derechos sociales y económicos, cuyo fin es asegurar a todos los españoles las condiciones de carácter material que les permitan el efectivo ejercicio de todas sus libertades.[...]

Una sociedad libre y moderna requiere la participación de todos en los foros de decisión, en los medios de información, en los diversos niveles educativos y en el control de la riqueza nacional. Hacer cada día más cierta y eficaz esa participación debe ser una empresa comunitaria y una tarea de Gobierno. [...]

Europa deberá contar con España y los españoles somos europeos. Que ambas partes así lo entiendan y que todos extraigamos las consecuencias que se derivan es una necesidad del momento.”

Primer mensaje del rey Juan Carlos en las Cortes; 22 de noviembre de 1975

“La Junta Democrática propugna:

1. La formación de un Gobierno provisional que sustituya al actual, para devolver al hombre y a la mujer españoles, mayores de dieciocho años, su plena ciudadanía mediante el reconocimiento legal de todas las

libertades, derechos y deberes democráticos.

2. La amnistía absoluta de todas las responsabilidades por hechos de naturaleza política y la liberación inmediata de todos los detenidos por razones políticas o sindicales.

3. La legalización de los partidos políticos sin exclusiones.

4. La libertad sindical y la restitución al movimiento obrero del patrimonio del Sindicato Vertical.

5. Los derechos de huelga, de reunión y de manifestación pacífica.

6. La libertad de prensa, de radio, de opinión y de información objetiva [...].

7. La independencia y la unidad jurisdiccional de la función judicial.

9. El reconocimiento, bajo la unidad del Estado español, de la personalidad política de los pueblos catalán, vasco, gallego y de las comunidades regionales que lo decidan democráticamente.

10. La separación de la Iglesia y el Estado [...].”

Resoluciones de la Junta Democrática. (Julio de 1974).