Ondorengo azalpena nik egindako lan baten pasarte bat da. Lan osoa ikusi nahi baduzue artxibategi erantsietan dago.
La teoría de las metas de logro sostiene que existen dos perspectivas de meta que actúan en las actividades de logro, o dicho de otra manera, la actitud del deportista ante el deporte puede orientase desde dos perspectivas diferentes:
- En la perspectiva de “ego”, el deportista tiende a considerar que el éxito se produce cuando demuestra que es superior a los demás; en esta situacion el éxito depende de un referente externo y en consecuencia está fuera del control del propio deportista. Los deportistas orientados hacia esta meta tienen tendencia a no valorar la calidad de su rendimiento personal, ganar suele ser equivalente de éxito y perder sinónimo de fracaso (Peiró, 1996) e incompetencia (Cervelló, 1996).
- La segunda perspectiva, o meta motivacional, es la orientada a la tarea. Los deportistas con este tipo de orientación motivacional centran su atención en el proceso de aprendizaje y consideran que el éxito deriva de la mejora de sus habilidades personales, de la manera de ejecutar la tarea por él mismo. En este caso la consecución del dominio de la tarea está asociada al aumento de los sentimientos de competencia y la dificultad de la tarea y la capacidad son juzgados de forma autorreferencial (Cervelló, 1996) Trabajar y mejorar está en manos del deportista, ganar o perder no (Duda, Fox, Biddle y Armstrong, 1992; Duda y Nicholls, 1992).
Un campo de estudio muy cercano al análisis de las diferencias individuales en la orientación motivacional es aquél que estudia las diferencias que existen en el clima de participación, o clima motivacional; concepto formulado por Ames (1984) y que hace referencia a las características del ambiente creado por los adultos significativos como pueden ser los profesores, los padres o los entrenadores (Brustad y Arruza, 2002).
Ames, de forma paralela a la orientación motivacional personal ego/tarea define dos climas motivacionales que aparecen en los contextos de logro (Ames, 1984; Ames y Archer, 1988):
- La orientación hacia el rendimiento, que se caracteriza por poner énfasis en el resultado obtenido por el equipo en competición contra otro equipo. El acento se pone en la comparación con otros que caracteriza también a la orientación motivacional personal hacia el ego. En este clima, la atención se centra más en los deportistas más hábiles, ya que se supone que contribuyen más a obtener el resultado deseado; este hecho provoca una gran comparación entre los miembros del grupo y una gran competitividad dentro del mismo grupo que puede derivar en rechazos y en actitudes poco solidarias entre los compañeros (Adler, Kless y Adler, 1992; Evans y Roberts, 1987; Weiss y Duncan, 1992; Harter, 1988, 1999; Smith, 1999)..
- La orientación hacia la maestría en cambio, se centra en el proceso y en mejorar las habilidades personales y colectivas, y el éxito se define en función de la mejora de esas capacidades. Como en la orientación individual hacia la tarea, el éxito estará marcado por la autocomparación.