Necesidades y Motivaciones profundas de los niños

NECESIDADES Y MOTIVACIONES PROFUNDAS DE LOS NIÑOS

Los sentimientos y acciones de los niños son motivados y dirigidos por corrientes muy oscuras y profundas, inherentes al ser humano. Estas fuerzas motivadoras son llamadas necesidades.

Las necesidades básicas de los niños se pueden clasificar como biológicas, psicobiológicas y psicológicas. Entre las necesidades básicas psicológicas los niños muestran las de: afecto, expansión, juego, maduración, crecimiento, compañía, seguridad, defensa y agresión, afirmación de sí, valoración, reconocimiento, conocimiento, cumplimiento de imperativos de orden moral.

Los matices, el acento, la intensidad y el tipo de situación que origina los sentimientos o actos que expresan y permiten identificar la necesidad, sea por su demostración directa o por las conductas que provoca su falta de satisfacción, varían de edad a edad, y de individuo a individuo.

Un niño de tres años fue dejado al cuidado de una niñera mientras sus padres estaban fuera cenando. Cuando volvían a casa desde el restaurante, los padres del niño murieron trágicamente en un accidente automovilístico.

El niño, sin más, fue sacado de su casa por el Departamento de Servicios Sociales e ingresado en una casa-cuna. Nunca más volvió a ver a sus queridos padres y, además, era demasiado pequeño para tener conciencia de lo que había sucedido.

Su comportamiento en la casa-cuna dejaba mucho que desear. Mojaba la cama, gritaba, se peleaba con los otros niños y se convirtió en un serio problema para el establecimiento. Esto dio lugar a que fuese de casa-cuna en casa-cuna. Y sucedió algo notable: el niño dejó de crecer.

En los cuatro años que siguieron continuó dando guerra en todos los establecimientos que los que estuvo y, a sus siete años, presentaba la misma estatura que tenía a los tres.

Entonces sucedió algo maravilloso. Una entrañable pareja conoció al niño en una de las casas-cuna y decidieron adoptarlo. Se lo llevaron a casa y comenzaron a dispensarle multitud de cuidados y a llenarlo de calor y afecto.

Lo cogían en brazos, le hablaban, lo sacaban a pasear y le expresaban un cariño y una aceptación incondicionales. Lo abrazaban, lo besaban y lo cogían de la mano.

A las pocas semanas, el niño comenzó a crecer de nuevo. No habían transcurridos nueve meses, cuando ya tenía la estatura y el peso propios de un niño de cuatro años. Y cuando se cumplía un año de estar con sus nuevos padres, tenía el peso y la estatura normales de su edad.

Grupo Paidós

Para llegar a criar niños de bien hay que otorgar una gran consideración a la cantidad de cariño que estos niños reciben. Los niños necesitan cariño como las flores el agua. Nunca se le da demasiado cariño a un niño. La línea vital de la salud física y espiritual del niño pasa por una corriente continua de amor y apoyo por parte de sus padres.

Casi todos los problemas de los niños pueden achacarse a la percepción que éstos tienen de no ser queridos y aceptados por uno o ambos padres. La falta de afecto, ya sea real o imaginaria, tiene serias consecuencias.

Los adultos con problemas psíquicos suelen ser personas que de niños no recibieron suficiente cariño de sus padres. La privación de cariño es seguramente el más serio revés que un niño pueda tener en sus años de formación.

La clave para criar niños de bien es proporcionarles una incesante corriente de amor y aceptación incondicionales. Procurad que vuestro hijo tenga claro que nada de lo que él haga será suficiente motivo para que dejéis un ápice de quererlo. El más valioso regalo que puedes darle a tu hijo es la absoluta seguridad de que le quieres sin reservas por encima de lo que él haga o de lo que suceda.

Cada vez que tenga que reprender o corregir a uno de sus hijos, puede empezar diciéndole que lo quiere mucho, pero que tiene que dejar de hacer esto o lo otro o de comportarse de tal o cual manera. Siempre procure poner muy en claro que lo que le desagrada es la conducta, no el niño, y entrenar a sus hijos para que comprendan esto perfectamente.

Cuanto más grandes y más maduros se vayan haciendo los niños, más sutiles serán las formas que tengan de preguntar si los quieren. La respuesta siempre tiene que ser la misma. Los buenos padres son aquellos que siempre contestan a esta pregunta asegurándole al hijo de todas las maneras posibles que efectivamente si le quieren.

Si quieres criar adecuadamente a tus hijos, diles que les quieres todos los días de tu vida. Nunca te excederás en decirle a un niño que le quieres incluso aunque él pretenda darte a entender que no necesita escucharlo.

Cada vez que un niño escucha un «te quiero» de sus padres, se siente más seguro y confiado. Su autoestima aumenta. Y cuanto más comprueban que tú les quieres, más predispuestos están a quererse a sí mismos.

Di a tu hijo que le quieres por medio del contacto ocular; ellos tienen depósitos sentimentales y los llenan destilando amor de la mirada de sus padres.

Di a tu hijo que le quieres mediante el contacto físico. Los niños que no son abrazados y besados por sus padres llegar a creer que no son dignos de ser abrazados y besados. Se sienten inseguros. Su autoestima sufre.

Di a tu hijo que le quieres dándole una atención personalizada. Pasa periodos completos de tiempo con tu hijo, ellos tienen necesidad de estar con sus progenitores. Mientras crecen, necesitan hablar con sus padres, relacionarse con ellos y estar a su alrededor.

Este tiempo es tan necesario para los niños como el alimento que toman; ellos necesitan comunicar sus pensamientos y sus sentimientos a personas que sean importantes para ellos y los padres deberían ser esas personas.

Cuando tu hijo tiene un inmejorable concepto de sí mismo puede ver con más claridad qué es lo que a largo plazo es bueno para él. Desarrolla el buen criterio de renunciar a las satisfacciones más o menos inmediatas en orden a conseguir una mayor recompensa en el futuro.

Los niños siempre se fijan en sus padres para encontrar modos de comportamiento y, si eres un buen modelo a imitar, puedes ejercer con esto una influencia mucho mayor que cualquier otra cosa que hicieses para educar a tus hijos.

Tal vez lo más grande que un hombre pueda hacer por sus hijos sea querer a la madre de estos. Y probablemente lo más grande que una madre pueda hacer por sus hijos es querer al padre de estos.

Los niños toman contacto con el amor creciendo en el seno de una familia en la que el cariño se exprese sin cortapisas y sea ampliamente compartido. Se convierten en adultos cariñosos observando el amor que existe entre sus padres.

La relación más perdurable de todas la tienes con tus hijos. Esta relación durará toda tu vida. Si tratas a tus hijos con cariño, paciencia y comprensión, tendrás recompensas todos los días de tu vida.

Brian Tracy

Que un ser humano ame a otro ser humano, es tal vez la tarea más difícil de cuantas nos han sido encomendadas, el objetivo principal, el examen final, la obra para la cual todo empeño es mera preparación.

Rainer Maria Rilke

Abrazar es un instinto, una respuesta natural a los sentimientos de afecto, compasión, necesidad y alegría. Abrazar es también una ciencia, un simple método de apoyo, curación y desarrollo, de resultados mensurables y notables. El contacto físico no es sólo agradable. Es algo necesario; la estimulación por el contacto es absolutamente necesaria para nuestro bienestar físico y emocional. El contacto físico nos hace ver con mejores ojos nuestra propia persona y nuestro ambiente. El abrazo es agradable, ahuyenta la soledad, aquieta los miedos, abre la puerta de los sentimientos, fortalece la autoestima, hace más felices los días felices, hace soportables los días insoportables, imparte sentimientos de arraigo, llena los vacíos de la vida, continúa ejerciendo efectos benéficos aún después de la separación. El que abraza está abierto al niño que lleva dentro, necesitado de amor, seguridad, apoyo cariño y juegos, en tanto se ofrece a las mismas necesidades por parte de otra persona. El que abraza no juzga ni culpa pero sabe reconocer que muchos de nosotros, en nuestra poco amable sociedad, no hemos aprendido a pedir el apoyo emocional que necesitamos. Si desde la infancia han escaseado el amor, el apoyo o los juegos tal vez nos sintamos heridos. Si los vericuetos del crecimiento nos han dejado una autoestima deficiente, podemos sentirnos indignos de amor, indignos de un abrazo. Abrazar no es sólo para los solitarios y los doloridos. Da mayor salud al saludable, más felicidad al feliz; y el más seguro entre nosotros se sentirá aún más seguro. El abrazo es para todos. Tocar a alguien encierra un poder tremendo. Crea un vínculo entre las personas y rompe las barreras de una manera que ninguna otra cosa consigue; y todos respondemos a ello. El roce contiene una energía que produce milagros. El contacto físico, los abrazos y cogerle la mano a una persona son muy importantes si deseamos dar y recibir amor. Nos cambia física, mental y emocionalmente. Si deseamos recibir amor en abundancia es esencial que establezcamos contacto físico, de esta manera experimentarás la energía del amor encendida por el poder del contacto.

Kathleen Keating y Adam Jackson

El contacto humano es vital para el equilibrio emocional. Necesitamos contacto humano para percatarnos de todos nuestro potencial humano. El contacto físico es tan importante como la intimidad emocional; y el tacto desempeña un papel fundamental en la labor de mantenernos sanos. Un abrazo es un buen medio de hacerte sentir mejor. No aguardes a las ocasiones especiales para abrazar a las personas que amas.

Arthur Rowshan

Quiero un mundo donde las personas sean respetadas por la facilidad y la calidez con que se funden y no por la fortaleza de sus murallas.

Clint Weyand

Necesidad de Afecto:Los niños con edades comprendidas entre los dos y los seis años la falta de afecto aparece con mayor frecuencia cuando la manifestación del afecto de los padres hacia los hermanos del niño ocasiona un desplazamiento del afecto de los padres o es sentido así por el niño. Cuando el niño experimenta esta necesidad de afecto, esta insatisfacción la demuestra a través de una conducta altamente agresiva contra los que lo frustran. Cuando el niño está seguro del afecto que se le brinda y su problema nace de otras circunstancias, la agresión a padres o hermanos está ausente.

El niño necesita no sólo gozar de afecto sino también igualarse en el afecto dispensado a otros. Otra necesidad es el afecto total de una familia unida.

En los niños con edades comprendidas entre los 7 y 11 años, la expresión de la necesidad de afecto además de que se origina parcialmente en causas parecidas a las de las edades anteriores, también se origina parcialmente en otras distintas como: castigos, desconsideración, reproches, exigencias, amenazas, limitaciones, faltas de contacto y comunicación. Con menor frecuencia la agresión tiene los caracteres de violencia y ensañamiento inauditos con que se muestra en los más pequeños. La necesidad de afecto de la madre aparece como prevalente. Con frecuencia parece sentida la necesidad del afecto de una familia unida, el de amigos y a veces el de los hermanos, expresada todos ellos en forma directa como realidad vivida o anhelada. También aparece un elemento de orden moral en la necesidad de afecto: no ser considerado malo, ser querido.

De los 12 a los 15 años persiste la necesidad de afecto de los padres, pero sólo en jóvenes privados realmente de afecto por uno o ambos progenitores.

Pese a la apariencia contraria, a esa edad aparece un implícito reconocimiento del afecto de los padres, si realmente existe. La necesidad actual de afecto en el seno familiar parece más unida a la necesidad de consideración y reconocimiento. Otros aspectos son: necesidad profunda de dar y recibir afecto en especial en relación con el otro sexo y con los padres; necesidad de ser querido incondicionalmente, pese a los defectos que se tengan.

Necesidad de expansión y juego:

Esta necesidad está vinculada con el goce en la actividad presente, el placer funcional de cualquier índole. En tanto, que la necesidad de maduración tienen sentido prospectivo y abarca todos los sectores de la personalidad. Esta necesidad es visible de los 2 a los 11 años. De los 11 a los 15 aparece incorporada a otras necesidades, o está implícitamente satisfecha, o es reconocida cuando no lo está, en el nivel consciente de la conducta manifiesta.

La importancia del juego

1. Introducción

2. Que es jugar

3. Características del Juego

4. Importancia del juego

5. El desarrollo del niño a través del juego

6. Beneficios del juego

7. La psicomotricidad y el juego

8. Estimulación temprana

9. Estimulación temprana según la edad (tablas)

1. Introducción

El juego constituye la ocupación principal del niño, así como un papel muy importante, pues a través de éste puede estimularse y adquirir mayor desarrollo en sus diferentes áreas como son psicomotriz, cognitiva y afectivo-social. Además el juego en los niños tiene propósitos educativos y también contribuye en el incremento de sus capacidades creadoras, por lo que es considerado un medio eficaz para el entendimiento de la realidad.

Por medio del juego los pequeños experimentan, aprenden, reflejan y transforman activamente la realidad. Los niños crecen a través el juego, por eso no de debe limitar al niño en esta actividad lúdica.

2. ¿Que es jugar?

Es el primer acto creativo del ser humano. Comienza cuando el niño es bebé, a través del vinculo que se establece con la realidad exterior y las fantasías, necesidades y deseos que va adquiriendo. Cuando un niño toma un objeto cualquiera y lo hace volar, está creando un momento único e irrepetible que es absolutamente suyo. Porque ese jugar no sabe de pautas preestablecidas, no entiende de exigencias del medio, no hay un "hacerlo bien". ¿Todos los juguetes conducen a un juego? El juguete es el medio que se utiliza para jugar: incluye desde una sabanita, hasta una muñeca, una pelota, una hormiga, o una computadora. Todos estos elementos pueden también ser utilizados con fines educativos. Pero si se vuelven una herramienta didáctica, pierden su entidad de juego. Muchos papás, cuando se sientan a jugar con su hijo, confunden el jugar con el enseñar. Y el niño que quería jugar de igual a igual, sin exigencias, sin aprender nada, se frustra. Se puede aprender con gusto, creando un vinculo de sabiduría y afecto, entre el que enseña y el que aprende. Esto es muy bueno y necesario. Pero debe quedar en claro que el juego de reglas es una herramienta por la cual se está intentando llegar a una meta. Uno sabe y el otro no. A medida que uno se va volviendo adulto, el juego propiamente dicho se pierde.

3. Características Del Juego

Es una actividad espontánea y libre, además de que el juego es el cambio para construir libremente su espíritu creador.

El juego se orienta sobre la misma practica.

El jugador se preocupa por el resultado de su actividad.

La interacción de juego es la recreación de las escenas e imágenes del mundo real con el fantástico, de lo cual participan

los roles de los personajes, donde el pequeño lo asigna.

El juego es que el niño tenga una actitud espontánea y de libertad y cuando el niño juega hace una recreación de escenas

he imágenes del mundo real o fantástico.

El niño expresa una actitud lúdica qué tiene necesidades psicobiologícas lo que le permiten prepararse para el futuro.

Otra cosa interesante es el grado hasta donde el niño es capaz de fantasear para llegar a la realidad a tomando en cuenta

que los niños juegan a los héroes, villanos, papá, mamá y ellos imitan lo que observan.

El juego es evolutivo ya que empieza por el dominio del cuerpo y posteriormente maneja las relaciones sociales y su medio.

Por medio del juego el niño se socializa, es divertido, placentero, voluntario y lo mas importante no es obligatorio.

4. La Importancia Del Juego

La infancia, el juego y el juguete guardan entre sí una estrecha relación, y en el desarrollo histórico-social del hombre tienen una misma ontogénesis, de ahí que sea imposible separar unos de otros.

En un principio, cuando la horda primitiva subsistía de la recolección de los que eventualmente encontraban los hombres en su deambular nómada, los niños participaban, desde que les era posible tener una marcha independiente, en la tarea común de la subsistencia, por lo que la infancia, entendida como tal, no existía. Aún cuando progresivamente el hombre va asentándose y abandona su vida trashumante, y surge la agricultura como forma de vida que obliga al ser humano a aposentarse en lugares definidos, los niños también tenían que incorporarse al proceso productivo, y para ello se les daban instrumentos apropiadas para su tamaño para que cooperaran, en la medida de sus posibilidades físicas, al trabajo en correspondencia con sus destrezas motoras, no constituían aún juguetes, sino herramientas de trabajo a escala reducida: el cuchillo cortaba, la azada hendía, la masa golpeaba, por lo que solamente eran reproducciones a menor escala del instrumento real.

En la medida que se da el desarrollo del hombre, la actividad laboral comienza a volverse más compleja, a la vez que se empiezan a dar excedentes de la producción que permiten tener un mejor nivel de vida, sin la necesidad perentoria de la subsistencia diaria. Esto va a tener una repercusión muy importante en el desarrollo de la especie humana, que puede entonces dedicar tiempo a actividades que ya no están directamente ligadas al proceso productivo, y la atención a cuestiones que antes le eran prácticamente imposible de dedicar un tiempo, ya va a constituir paulatinamente un proceso de socialización netamente relacionado con su desarrollo psíquico cada vez más avanzado. ¿Y qué pasaba entonces con los niños? Les era imposible participar directamente en la labor productiva por su progresiva complejidad, el hombre crea objetos que, aunque reflejan el instrumento de la vida real, no son ya una réplica más pequeña de aquel, sino un nuevo tipo de cosa que ya no sirve para hace la acción verdadera sino para "practicarla", y que habrían de realizar en la vida adulta. Surge el juguete, que no es más que una reproducción del instrumento, en el que está impresa su función más no su estructura verdadera, reflejando de manera más o menos aproximada su diseño y objetivo.

Esto va a plantear decididamente la necesidad, en el desarrollo del individuo, de una etapa preparatoria, en el cual los niños se encuentren y ejerciten para su vida futura, surge la infancia como período de dicha preparación.

A su vez, en ese lapso los niños, utilizando los juguetes especialmente creados para ellos, van a reflejar en su entretenimiento con los mismos, las aciones y roles que han de desempeñar como adultos, aparece el juego como vía y medio de hacer, al nivel de sus posibilidades físicas, motoras y psíquica, una reproducción de la vida real.

De esta manera, la infancia, el juego y el juguete surgen al unísono en el devenir evolutivo del hombre, y van a caracterizar la primera fase de preparación para la acción productiva que los niños han de tener cuando alcancen la edad adulta.

5. El desarrollo del niño a través del juego

Se dice que para conseguir campeones hay que trabajar desde edades muy tempranas y de hecho esto se puede aplicar incluso a antes del nacimiento del niño. A parte del condicionante genético heredado, es de suma importancia que la madre lleve una vida sana.

El niño nada en el líquido amniótico y de hecho un niño de veinticuatro horas puede nadar, pasado este tiempo el niño comienza a experimentar el miedo por lo que se hunde perdiendo su capacidad natatoria. Por lo tanto la natación es el ejercicio potencial primero del niño.

A los seis meses: El niño es capaz de mantenerse sentado y posteriormente podrá levantarse, este es un ejercicio que tonifica las estructuras musculares. Con un año y gracias al proceso de crecimiento de la masa encefálica y de la mielinización de sus fibras nerviosas adquiere tres nuevas actividades, andar, hablar y masticar.

A los dos años: aparece el juego espontáneo. El cual, cuando se produce en el marco familiar suele ser individual, pero no deja de ser vital. El niño juega con lo que tiene a su alcance y donde esté. Pese a la espontaneidad de estos juegos pueden tener una finalidad dirigida para favorecer el desarrollo de la inteligencia y de la adaptación. En este año se perfecciona el hablar y andar.

A los tres años: se produce una importante actividad física la cual se debe dejar interrumpir de forma voluntaria. El niño tiende a repetir lo aprendido hasta conseguir su dominio. Más tarde y tras incorporar el nuevo aprendizaje al sistema psicomotor, lo emplea en nuevas combinaciones más complejas.

6. Beneficios del juego

  • Satisface las necesidades básicas de ejercicio físico

  • Es una vía excelente para expresar y realizar sus deseos

  • La imaginación del juego facilita el posicionamiento moral y maduración de ideas

  • Es un canal de expresión y descarga de sentimientos, positivos y negativos, ayudando al equilibrio emocional

  • Con los juegos de imitación está ensayando y ejercitándose para la vida de adulto

  • Cuando juega con otros niños y niñas se socializa y gesta sus futuras habilidades sociales

  • El juego es un canal para conocer los comportamientos del niño y así poder encauzar o premiar hábitos.

  • Es muy importante participar en el juego con ellos

La psicomotricidad es un elemento muy importante en el desarrollo de los niños ya que sienta las bases para la adquisición de posteriores aprendizajes.

7. La psicomotricidad y el juego

La psicomotricidad se puede desarrollar a través de juegos al aire libre o en lugares cerrados. Es necesaria para la adquisición de habilidades básicas como: lectura, escritura y cálculo. Muchas actividades cotidianas en los juegos de los niños como moverse, correr, saltar,... desarrollan la psicomotricidad. Además mediante este tipo de juegos los niños van conociendo tanto su cuerpo como el mundo que le rodea.

Mediante los juegos de movimiento, los niños, además de desarrollarse físicamente, aprenden ciertos conceptos como derecha, izquierda, delante, detrás, arriba, abajo, cercas, lejos, que les ayudarán a orientarse en el espacio y a ajustar más sus movimientos.

Juegos que favorecen el desarrollo de la psicomotricidad

Montar en correpasillos, triciclos, bicicletas, patinar, o andar con monopatines, saltar a la comba, jugar a la goma, realizar marchas, carreras, saltos, pisar una línea en el suelo, juegos con balones, pelotas, raquetas, aros, juegos de hacer puntería: meter goles, encestar, bolos y jugar a la carretilla, volteretas, piruetas, zancos, etc...

Los juegos de movimiento, pueden ser utilizados como una preparación importante para el aprendizaje ya que favorecen la psicomotricidad, coordinación, equilibrio, orientación en el espacio y tiempo, aspectos claves para todo el aprendizaje posterior.

8. Estimulación Temprana

La estimulación es un proceso natural, por la cual el infante sentirá satisfacción al descubrir que puede hacer las cosas por sí mismo. Mediante la repetición de diferentes eventos sensoriales, se aumentara el control emocional del infante desarrollando destrezas para estimularse a sí mismo a través del juego libre, de la exploración y de la imaginación.

Durante la estimulación se ayudara al infante a adquirir y a desarrollar habilidades motoras, cognoscitivas y socio-afectivas; observando al mismo tiempo, cambios en el desarrollo. La estimulación temprana permitirá también incrementar día a día la relación amorosa y positiva entre los padres y el bebe.

9. Estimulación temprana según la edad

De 0 a 6 meses

Estimulando los sentidos

En los primeros días el bebé observa aisladamente todo aquello que le llama la atención. A partir de las diez o doce semanas el bebé empieza a captar imágenes de conjunto.

Los colores vivos, el movimiento y los sonidos lo atraen iniciando una exploración del entorno inmediato, además de la exploración de sí mismo.

Los recién nacidos pueden ver objetos que se ubican a 25 centímetros de la nariz. Si bien es cierto que un bebé tiene más interés en mirar un rostro que cualquier otro objeto ofrecerle cosas interesantes para mirar es una buena forma de estimulación.

Elija cosas que tengan colores brillantes (una foto, un vaso de plástico con dibujos); que tengan texturas (una esponja, un pedacito de alfombra); que emitan reflejo (un espejo, algo de acero inoxidable) o que tengan un diseño que se repita (una toalla, un suéter). También puede ser: muñecos blandos pequeños al tacto suave y agradable, juguetes para fijar en la cuna, pelotas blandas, móviles, sonajeros, cajitas músicales, etc.

Las habilidades motoras básicas son las actividades motoras, las habilidades generales, que asientan las bases de actividades motoras más avanzadas y especificas, como son las deportivas. Correr, saltar, lanzar, coger, dar patadas a un balón, escalar, saltar a la cuerda y correr a gran velocidad son ejemplos típicos de las consideradas actividades motoras generales, incluidas en la categoría de habilidades básicas. El patrón motor maduro de una habilidad básica no se relaciona con la edad, error en el que se podría caer fácilmente debido al término "maduro" (que dentro del contexto del desarrollo de patrones motores quiere decir completamente desarrollado), sino con la habilidad. Por otra parte también se podría hablar de patrón motor evolutivo que se define como todo patrón de movimiento utilizado en la ejecución de una habilidad básica que cumple los requisitos mínimos de dicha habilidad, pero que, en cambio, no llega a ser un patrón maduro. Por tanto los patrones evolutivos son relativamente inmaduros y no alcanzan la forma perfecta. Los cambios en la eficacia de los movimientos y la sincronización de patrones evolutivos sucesivos simbolizan el progreso hacia la adquisición de patrones maduros. Así pues, cada vez es más evidente que el desarrollo de las habilidades motoras es un proceso largo y complicado. Al nacer, la capacidad estructural y funcional que el niño posee sólo le permite movimientos rudimentarios, carece de patrones motores generales demostrables, uniendo varios movimientos simples para formar combinaciones sencillas. El ritmo de progreso en el desarrollo motor viene dado por la influencia conjunta de los procesos de maduración, de aprendizaje y las influencias externas. Por tanto, hay que estudiar dichos procesos e influencias para explicar cómo se producen cambios observables en la conducta motora, y además hay que prestar más atención, si cabe, a la investigación de los mecanismos subyacentes de la misma. De todas formas, si no añadimos al interés por la descripción de lo que tiene lugar en el desarrollo de habilidades la visión del descubrimiento de cómo ocurre, el proceso continuará siendo incompleto y desequilibrado. Más tarde, se tratará cómo ha ido evolucionando el movimiento en el niño desde el mismo momento de nacer hasta una edad en la que el niño ya va dominando el movimiento a su antojo (aunque aún se pueden desarrollar más las habilidades motrices básicas hasta llegar a la "madurez" de la que hemos hablado anteriormente).

El movimiento es algo intrínseco a la vida desde que ésta aparece. Desde que el niño nace aparece el movimiento en él. Como señala Schilling : "El movimiento es la primera forma, y la más básica, de comunicación humana con el medio". La ciencia que estudia y examina las fuerzas internas y externas que actúan sobre el cuerpo humano, y los efectos que producen es la biomecánica, en otras palabras, es la mecánica (rama de la física que estudia el movimiento y el efecto de las fuerzas en los cuerpos) aplicada al estudio del movimiento humano. Es comprensible que el estudio biomecánico se haya vuelto imprescindible para el estudio del desarrollo motor, ya que las leyes de la mecánica proporcionan una base firme y lógica para analizar y evaluar el movimiento. Además, sirven como norma para medir la validez del movimiento humano y permiten la comprensión del desarrollo motor por encima de un nivel puramente descriptivo. Los patrones motores se suelen evaluar por su calidad biomecánica ; el paso de un estadio evolutivo al siguiente se caracteriza por movimientos que son mas eficaces desde ese punto de vista biomecánico. Otra de las utilidades del enfoque biomecánico se encuentra a la hora de aclarar la importancia de la fuerza muscular en el desarrollo de patrones motores. Todos sabemos que para que se produzca movimiento es necesario aplicar una fuerza, cuya fuente en el cuerpo humano es la fuerza muscular. Por eso las adquisiciones motóricas del niño se producen gradualmente, o sea, en un proceso continuo a medida de que el niño vaya adquiriendo la fuerza muscular mínima para poder realizar un movimiento determinado. Así podríamos decir que el desarrollo motor que se produce en la infancia es la base de lo que sería un proceso abierto. Conocer lo que ocurre en este primer periodo es esencial para comprender el concepto de desarrollo motor a lo largo de la vida. El desarrollo motor tiene una gran influencia en el desarrollo general del niño sobre todo en este periodo inicial de su vida. Durante "la edad bebé", o sea, durante su primer año y medio de vida, aproximadamente, los movimientos del bebé, en su origen, son masivos y globales ; pueden ser activados o inhibidos por las diferentes estimulaciones externas. Estos movimientos son incoordinados. El proceso de la adquisición de la coordinación y de la combinación de los diferentes movimientos se realizará progresivamente durante su primer año de vida : boca-ojos, cabeza-cuello-hombros, tronco-brazos-manos, extremidades-lengua-dedos-piernas-pies. Hacia los cuatro meses todo lo que la mano coge es llevado a la boca y chupado por ser el lugar por el que él siente. Además como se ha apuntado anteriormente la boca y los ojos son los primeros órganos que adquieren en el niño una coordinación. Hacia los cinco meses todo lo visto se coge, y todo lo que se coge es mirado. Cuando, más o menos, a los doce meses el niño puede mantenerse en pie sin ayuda, aunque su equilibrio no sea perfecto, se produce una ampliación del campo visual : El niño busca objetos, se mueve, empieza a ser propiamente activo. Así pues, al principio serán movimientos reflejos, incoordinados, inconscientes. Poco a poco el niño a través de las experiencias, sobre todo por imitación, tiende a hacer suyas dichas experiencias, tiende hacia una conciencia y coordinación de sus actos. Mas tarde , se podría hablar de un periodo de expansión subjetiva. En este periodo se podría delimitar la edad del niño en de uno a tres años La adquisición de la marcha asegura al niño una movilidad que le libera del parasitismo motor inicial y le confiere un principio de independencia . Con esa movilidad cada vez amplia mas su campo de experiencias, el mundo concreto que conocía se le hace cada vez mas grande. Así el niño se caracteriza por una continua exploración del mundo que le rodea y que esta empezando a conocer realmente. Más o menos a los dieciocho meses el niño comienza a corretear : los pasos se alargan y la separación de los pies se reduce ; pero las vueltas son aún muy torpes. A esta edad ya empieza a subir una escalera, aunque sostenido, y a encaramarse a "cualquier" objeto. A los veinte meses adquiere regularidad en los pasos y estabilidad en la marcha. La actitud emprendedora del niño le hace marcase retos personales : "Ya que sé andar..." En esta edad el reto que se marca es la carrera. A los dos años el niño camina con total soltura, incluso en las escaleras. De los dos a los tres años progresa el automatismo de la marcha. Debido a la actitud emprendedora del niño, que ya he citado antes, éste tiende a intentar proezas superiores a sus posibilidades : transporte de objetos pesados o voluminosos, una gran evolución en el "dominio" de la escalera, y el correr. Entre los tres y los cuatro años tanto la marcha como la carrera están perfectamente controladas. Entonces aparecen la marcha de puntillas y el salto, que señalan los progresos obvios del equilibrio.

Durante todo este periodo también son destacables los progresos de la prensión y de la manipulación. Los movimientos se afinan, se diferencian, se coordinan y se lateralizan. El niño esta constantemente en movimiento : inventa, descubre, imita, repite, mejora sus gestos...De ahí surgen infinidad de juegos motores de muy diversa índole : salta, corre, abre y cierra cosas, lleva, tira, empuja, lanza ,juega a la pelota.... La actividad motórica de los niños de tres a seis años aproximadamente se caracteriza por la libertad, la soltura, y espontaneidad de la movilidad infantil, que pierde ese carácter brusco e incoordinados y gana una extraordinaria armonía. El niño observa los movimientos de los demás y es capaz de imitarlos, sin análisis previo, con una total desenvoltura. A los tres años el niño sabe correr, girar, montar en triciclo, echar el balón. A los cuatro años salta a la pata coja, trepa, se puede vestir y desnudarse solo, atarse los zapatos , abotonarse por delante...Los avances "manuales" también son destacables : uso de tijeras, mayor habilidad en el dibujo... A los cinco años gana más aún en soltura :patina, escala, salta desde alturas, salta a la comba... Entre los cinco y los seis años se puede decir que el niño puede hacer físicamente lo que quiere, dentro siempre de sus fuerzas y posibilidades. Hacia los seis años esa espontaneidad, de la que ha hecho gala el niño hasta esta edad, se desvanece. Ahora lo que pretende es demostrar sus habilidades, medirse, hacerse valer, en resumen, afirmarse. Se podría decir que en este punto el proceso de adquisición o formación de las habilidades motrices básicas tocaría su fin pues como se ha dicho las habilidades motrices básicas ponen las bases a los movimientos más complejos y complementados (ahí estaríamos hablando ya de habilidades deportivas). Pero de todos modos parece interesante tratar brevemente cómo continúa evolucionando éste aspecto en el niño para así hacerse una idea más amplia sobre dicha evolución motórica en el niño. Para este fin se va a citar el estadio siguiente, que comprende las edades entre seis y nueve años aproximadamente y que se caracteriza , motóricamente hablando, por una actividad desbordante, por una intensa expansión motriz, por un movimiento continuo, siempre más fino, más diferenciado, más orientado y controlado que en las etapas precedentes. En esta etapa la fuerza y la coordinación crecen de un modo regular. Después, el desarrollo proseguirá en el sentido de la precisión y de la resistencia. Los juegos de equipo y las competiciones organizadas son las prácticas más comunes entre los niños a partir de esta etapa.

Este proceso continuo de desarrollo de las habilidades motoras como hemos visto, parecen producirse en diversos grados. El progreso, que se produce a lo largo de los meses y años, se puede explicar por el aumento de capacidad que acompaña al crecimiento y al desarrollo y en parte por ese proceso natural, no dirigido, que se produce por imitación, ensayo y error y libertad de movimiento. Ese progreso es más o menos independiente a la actitud, facilitadora o de impedimento. De todas formas una actitud facilitadora , según demuestran gran cantidad de pruebas, que, se supone, proporciona de aprender la oportunidad de aprender habilidades motoras antes de lo habitual en condiciones suficientemente estimulantes, suele dar un resultado óptimo, o sea, suele responder desarrollando un nivel de habilidad motora superior a la normal con respecto a su edad. Así pues, es muy importante un apoyo a este proceso natural porque si no se corre el peligro de perder la oportunidad de progresos de orden superior al no haberse realizado un desarrollo óptimo de habilidades motrices. Esa manipulación y control de las circunstancias que influyen en el desarrollo motor y en la adquisición de las habilidades motoras es lo que se puede llamar "intervención". El objetivo principal es evitar el retraso de dichas habilidades motoras intentando ajustar el progreso al momento justo en el que el niño es capaz de mejorar, basándose en su desarrollo (que aunque se "marquen" unas etapas o estadios dentro del desarrollo del niño varían según cada niño en concreto). El problema principal de la intervención y el enriquecimiento consiste en determinar qué estímulos, en qué proporción y qué momento de sería el propicio para ofrecerlos con el objetivo de un desarrollo motor óptimo. El concepto de desarrollo óptimo de habilidades es amplio y depende del enfoque que cada uno utilice al estudiar el movimiento.

El desarrollo motor, concepto que hemos estado citando desde el comienzo de la exposición, son los cambios producidos con el tiempo en la conducta motora que reflejan la interacción del organismo humano con el medio. Éste forma parte del proceso total del desarrollo humano., que no ha acabado aún al llegar a la madurez. Y es que desde la infancia el niño va experimentando y descubriendo, progresivamente, habilidades sencillas e individuales. Con el paso de las diferentes etapas por la que atraviesa un niño, éste tiende a mecanizarlas, a combinarlas y a modificarlas hasta llegar a un punto en el que ya no deberíamos hablar de habilidades motrices básicas sino de una habilidades deportivas. La mayoría de las habilidades que se dan en el deporte , por no decir todas, tienen su origen y fundamento en las habilidades físicas básicas, como son : andar, correr, saltar, equilibrio, volteos, balanceos, lanzar, patear, etc...

Aula de Psicomotricidad:

El aula de psicomotricidad es de su exclusivo uso. En ella disponen del material necesario para el desarrollo de diversas actividades, además dispone de equipos audiovisuales, tanto de sonido como de vídeo.

ACTIVIADES

Actividad: Coordinación Fonética

Por cada equipo se darán palabras y algunas frases las cuales tendrán que deletrear letra por letras, y una más pero por silabas, cada equipo ira acumulando puntos por cada palabra o frase deletreada correctamente.

La finalidad de esta actividad es ver que tanto dominio se tiene del aparato fonador de cada uno de nosotros y ver la importancia que tiene el enfocarnos en el para obtener un buen desarrollo y aprendizaje.

Actividad Coordinación Viso Manual

Deberán unir los puntos para que para formar la figura y posteriormente la adornaran con el material que se les proporcione.

Actividad facial y gestual

Se les dará la instrucción deque creen una historia y la represente solamente con mímica, pero solamente como mimos con expresiones en el rostro e imaginando tocar los objetos.

Que sea una historia corta.

Al final de su representación se les calificara para ver cual de los equipos lo hizo mejor.

Actividad de integración

Esta actividad se llama el cartero consiste en que se pondrán todos en un circulo y a continuación dirá: “traigo una carta para quien tenga hermanos pequeños”; y las personas que los tengan tendrán que cambiarse de lugar y así se ira diciendo dependiendo de lo que se quiera saber.

¿Qué es la Motricidad Fina?

La motricidad fina comprende todas aquellas actividades del niño que necesitan de una precisión y un elevado nivel de coordinación.

Esta motricidad se refiere a los movimientos realizados por una o varias partes del cuerpo, que no tienen una amplitud sino que son movimientos de mas precisión.

Se cree que la motricidad fina se inicia hacia el año y medio, cuando el niño, sin ningún aprendizaje, empieza a emborronar y pone bolas o cualquier objeto pequeño en algún bote, botella o agujero.

La motricidad fina implica un nivel elevado de maduración y un aprendizaje largo para la adquisición plena de cada uno de sus aspectos, ya que hay diferentes niveles de dificultad y precisión.

Para conseguirlo se ha de seguir un proceso cíclico: iniciar el trabajo desde que el niño es capaz, partiendo de un nivel muy simple y continuar a lo largo de los años con metas más complejas y bien delimitadas en las que se exigirán diferentes objetivos según las edades.

Los aspectos de la motricidad fina que se pueden trabajar más tanto a nivel escolar como educativo en general, son:

¨ Coordinación viso-manual;

¨ Motricidad facial;

¨ Motricidad fonética;

¨ Motricidad gestual.

Desarrollo de la Motricidad Fina

EI desarrollo de la motricidad fina es decisivo para la habilidad de experimentación y aprendizaje sobre su entorno, consecuentemente, juega un papel central en el aumento de la inteligencia. Así como la motricidad gruesa, las habilidades de motricidad fina se desarrollan en un orden progresivo, pero a un paso desigual que se caracteriza por progresos acelerados y en otras ocasiones, frustrantes retrasos que son inofensivos.

Infancia (0- 12 meses)

Las manos de un infante recién nacido están cerradas la mayor parte del tiempo y, como el resto de su cuerpo, tienen poco control sobre ellas. Si se toca su palma, cerrara su puño muy apretado, pero esto es una acción de reflejo inconsciente llamado el reflejo Darwinista, y desaparece en un plazo de dos a tres meses. Así mismo, el infante agarrara un objeto puesto en su mano, pero sin ningún conocimiento de lo que esta haciendo.

Aproximadamente a las ocho semanas, comienzan a descubrir y jugar con sus manos, al principio solamente involucrando las sensaciones del tacto, pero después, cerca de los tres meses, involucran la vista también.

La coordinación ojo-mano comienza a desarrollarse entre los 2 y 4 meses, comenzando así un periodo de práctica llamado ensayo y error al ver los objetos y tratar de tomarlos.

A los cuatro o cinco meses, la mayoría de los infantes pueden tomar un objeto que este dentro de su alcance, mirando solamente el objeto y no sus manos. Llamado "máximo nivel de alcance.” Este logro se considera un importante cimiento en el desarrollo de la motricidad fina.

A la edad de seis meses, los infantes pueden tomar un pequeño objeto con facilidad por un corto periodo, y muchos comienzan a golpear objetos. Aunque su habilidad para sujetarlos sigue siendo torpe, adquieren fascinación por tomar objetos pequeños e intentar ponerlos en sus bocas.

Durante la última mitad del primer año, comienzan a explorar y probar objetos antes de tomarlos, tocándolos con la mano entera y eventualmente, empujarlos con su dedo índice.

Uno de los logros motrices finos mas significativos es el tomar cosas usando los dedos como tenazas (pellizcado), lo cual aparece típicamente entre las edades de 12 y 15 meses.

Gateo (1-3 años)

Desarrollan la capacidad de manipular objetos cada vez de manera mas compleja, incluyendo la posibilidad de marcar el teléfono, tirar de cuerdas, empujar palancas, darle vuelta a las paginas de un libro, y utilizar crayones para hacer garabatos.

En vez de hacer solo garabatos, sus dibujos incluyen patrones, tales como círculos. Su juego con los cubos es más elaborado y útil que el de los infantes, ya que pueden hacer torres de hasta 6 cubos.

Preescolar (3-4 años)

Las tareas mas delicadas que enfrentan los niños de preescolar, tales como el manejo de los cubiertos o atar las cintas de los zapatos, representan un mayor reto al que tienen con las actividades de motricidad gruesa aprendidas durante este periodo de desarrollo.

Para cuando los niños tienen tres años, muchos ya tienen control sobre el lápiz. Pueden también dibujar un círculo, aunque al tratar de dibujar una persona sus trazos son aun muy simples.

Es común que los niños de cuatro años puedan ya utilizar las tijeras, copiar formas geométricas y letras, abrocharse botones grandes, hacer objetos con plastilina de dos o tres partes. Algunos pueden escribir sus propios nombres utilizando las mayúsculas

Edad Escolar (5 años)

Para la edad de cinco años, la mayoría de los niños han avanzado claramente mas allá del desarrollo que lograron en la edad de preescolar en sus habilidades motoras finas.

Además del dibujo, niños de cinco anos también pueden cortar, pegar, y trazar formas. Pueden abrochar botones visibles.

Coordinación Viso-Manual

La coordinación manual conducirá al niño al dominio de la mano. Los elementos más afectados, que intervienen directamente son:

-la mano

-la muñeca

-el antebrazo

-el brazo

es muy importante tenerlo en cuenta ya que antes de exigir al niño una agilidad y ductilidad de la muñeca y la mano en un espacio reducido como una hoja de papel, será necesario que pueda trabajar y dominar este gesto mas ampliamente en el suelo, pizarra y con elementos de poca precisión como la puntuara de dedos.

Actividades que ayudan a desarrollo la coordinación viso-manual:

- pintar

- punzar

- enhebrar

- recortar

- moldear

- dibujar

- colorear

- laberintos copias en forma

Coordinación Facial

Este es un aspecto de suma importancia ya que tiene dos adquisiciones:

1.- El del dominio muscular

2.- La posibilidad de comunicación y relación que tenemos con la gente que nos rodea a través de nuestro cuerpo y especialmente de nuestros gestos voluntarios e involuntarios de la cara.

Debemos de facilitar que el niño a través de su infancia domine esta parte del cuerpo, para que pueda disponer de ella para su comunicación

El poder dominarlos músculos de la cara y que respondan a nuestra voluntad nos permite acentuar unos movimientos que nos llevaran a poder exteriorizar unos sentimientos, emociones y manera de relacionarnos, es decir actitudes respecto al mundo que nos rodea.

Coordinacion fonética

dinación Fonética Es un aspecto dentro de la motricidad muy importante a estimular y a seguir de cerca para garantizar un buen dominio de la misma.

El niño en los primeros meses de vida:

Descubre las posibilidades de emitir sonidos.

-No tiene sin embargo la madurez necesaria que le permita una emisión sistemática de cualquier sonido ni tan siquiera la capacidad de realizarlos todos.

Ha iniciado ya en este momento el aprendizaje que le ha de permitir llegar a la emisión correcta de palabras.

Este método llamará la atención la atención del niño hacia la zona de fonación y hacia los movimientos que se hacen lentamente ante él, posibilitando la imitación como en tantas otras áreas; el medio de aprender será imitar su entorno.

Poco a poco ira emitiendo sílabas y palabras que tendrán igualmente una respuesta, especialmente cuando no se trate de una conversación sino de un juego de decir cosas y aprender nuevas palabras, hacer sonidos de animales u objetos.

Hacia el año y medio el niño:

-Puede tener la madurez para iniciar un lenguaje.

-No contendrá demasiadas palabras y las frases serán simples.

Y ya habrá iniciado el proceso del lenguaje oral en el mejor de los casos podrá hacerlo bastante rápidamente.

Estos juegos motrices tendrán que continuar sobre todo para que el niño vaya adquiriendo un nivel de conciencia más elevado.

Entre los 2-3 años el niño:

-Tiene posibilidades para sistematizar su lenguaje, para perfeccionar la emisión de sonidos.

-Y para concienciar la estructuración de las frases y hacerlas cada vez mas complejas.

Al final del tercer año quedarán algunos sonidos para perfeccionar y unas irregularidades gramaticales y sintácticas a consolidar.

Todo el proceso de consolidación básica se realizará entre los tres y cuatro años, cuando el niño puede y tendrá que hablar con una perfecta emisión de sonidos y por consiguiente con un verdadero dominio del aparato fonador.

El resto del proceso de maduración lingüística y de estilo se hará a la larga en el transcurso de la escolarización y la maduración del niño.

Coordinación Gestual

Las manos: Diadococinesias

Para la mayoría de las tareas además del dominio global de la mano también se necesita también un dominio de cada una de las partes: cada uno de los dedos, el conjunto de todos ellos.

Se pueden proponer muchos trabajos para alcanzar estos niveles de dominio, pero tenemos que considerar que no lo podrán tener de una manera segura hasta hacia los 10 años.

Dentro del preescolar una mano ayudara a otra para poder trabajar cuando se necesite algo de precisión. Hacia los tres años podrán empezar a intentarlo y serán consientes de que necesitan solamente una parte de la mano. Alrededor de los 5 años podrán intentar mas acciones y un poco mas de precisión.

consideramos adecuado definir bajo que concepto empleamos los términos.

Basado en una visión global de la persona, definiremos:

A) término "psicomotricidad" integra las interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensoriomotrices en la capacidad de ser y de expresarse en un contexto psicosocial.

La psicomotricidad, así definida, desempeña un papel fundamental en el desarrollo armónico de la personalidad.

Partiendo de esta concepción se desarrollan distintas formas de intervención psicomotriz que encuentran su aplicación, cualquiera que sea la edad, en los ámbitos preventivo, educativo, reeducativo y terapéutico. Así mismo la psicomotricidad es un enfoque de la intervención educativa cuyo objetivo es el desarrollo de las posibilidades motrices, expresivas y creativas a partir del cuerpo, lo que le lleva a centrar su actividad e interés en el movimiento y el acto, incluyendo todo lo que se deriva de ello: disfunciones, patologías, estimulación, aprendizaje, etc (Berruelo, 1995).

B) La motricidad, es definida como el conjunto de funciones nerviosas y musculares que permiten la movilidad y coordinación de los miembros, el movimiento y la locomoción. Los movimientos se efectúan gracias a la contracción y relajación de diversos grupos de músculos. Para ello entran en funcionamiento los receptores sensoriales situados en la piel y los receptores propioceptivos de los músculos y los tendones. Estos receptores informan a los centros nerviosos de la buena marcha del movimiento o de la necesidad de modificarlo. (Jiménez, Juan, 1982)

Los principales centros nerviosos que intervienen en la motricidad son el cerebelo, los cuerpos estriados (pallidum y putamen) y diversos núcleos talámicos y subtalámicos. El córtex motor, situado por delante de la cisura de Rolando, desempeña también un papel esencial en el control de la motricidad fina.

La Motricidad puede clasificarse en Motricidad Fina y Motricidad Gruesa.

C) Motricidad gruesa o global: se refiere al control de los movimientos musculares generales del cuerpo o también llamados en masa, éstas llevan al niño desde la dependencia absoluta a desplazarse solos. (Control de cabeza, Sentarse, Girar sobre sí mismo, Gatear, Mantenerse de pie, Caminar, Saltar, Lanzar una pelota.) El control motor grueso es un hito en el desarrollo de un bebé, el cual puede refinar los movimientos descontrolados, aleatorios e involuntarios a medida que su sistema neurológico madura.

Y de tener un control motor grueso pasa a desarrollar un control motor fino perfeccionando los movimientos pequeños y precisos. (Garza Fernández, Fco. 1978)

D) Motricidad fina, este término se refiere al control fino, es el proceso de refinamiento del control de la motricidad gruesa, se desarrolla después de ésta y es una destreza que resulta de la maduración del sistema neurológico. El control de las destrezas motoras finas en el niño es un proceso de desarrollo y se toma como un acontecimiento importante para evaluar su edad de desarrollo. Las destrezas de la motricidad fina se desarrollan a través del tiempo, de la experiencia y del conocimiento y requieren inteligencia normal (de manera tal que se pueda planear y ejecutar una tarea), fuerza muscular, coordinación y sensibilidad normal. (Berruelo, 1990).

E) Ahora enfocándonos específicamente en la motricidad fina en la escritura, se describe así: La movilidad de los dedos es muy similar a la natural, por ello es posible que la persona realice actividades que requieren motricidad fina, incluyendo la escritura, ya que el movimiento para realizar trazos precisos parte del movimiento del hombro

La escritura manuscrita constituye una modalidad de lenguaje que debe ser laboriosamente aprendida en sus etapas iniciales y que, una vez automatizada, pasa a constituir un medio de expresión y desarrollo personal. También constituye un eficiente mediador del aprendizaje que facilita al alumno la organización, retención y recuperación de la información.

Publicado por Psicomotricidad Infantil 1 comentario: en 01:44:00

EL DESARROLLO PSICOMOTOR SEGÚN PIAGET:

Las investigaciones de Piaget repercuten en los estudios de psicomotricidad desde el momento en que resalta el papel de las acciones motrices en el proceso del acceso al conocimiento.

Periodo sensoriomotor: relaciones topológicas y organización del esquema corporal (0-2 años).

Se caracteriza por un gran desarrollo mental y la conquista del universo que rodea al niño a partir de las operaciones y los movimientos.

Este periodo pasa por 6 estadios:

1º Estadio: actividad refleja (0-1 mes).

Aparición de los reflejos que marcan las funciones de asimilación por el organismo de las aportaciones externas, acomodación del organismo a las características externas y organización, que determinarán la formación de las estructuras intelectuales posteriores.

2º Estadio: reacciones circulares primarias (1º-4º mes).

Desde el punto de vista motor, tenemos un niño que el final de este estadio va a conseguir el control de la cabeza y los semivolteos, no se gira completamente pero gira hacia un lado y otro. Desde el punto de vista psicomotor tenemos un niño que coordina e integra las acciones. Estas acciones se repiten muchas veces y de la misma manera, por eso se llaman circulares. Tienen otra característica: la intencionalidad, muy relacionada con la causa-efecto. El niño empieza a manifestar indicios de pensamiento.

3º estadio: reacciones circulares secundarias (4-8 meses).

En el aspecto motor tenemos un niño que se sienta y gira completamente. En el aspecto psicomotor tenemos un perfeccionamiento de la causa-efecto que se manifiesta en conductas de tirar objetos o mover el sonajero (el niño se da cuenta que si lo mueve éste sonará).

Coordinación entre visión y prensión. Se sienta y es capaz de coger objetos que tiene alrededor.

En cuanto al conocimiento del esquema corporal, junta sus manos y se la lleva a la boca y a los 5 meses se chupa el pie. Se lo chupa porque está en la etapa oral, conoce los objetos a través de la boca.

4º Estadio: coordinación de esquemas secundarios (8-12 meses).

En el plano motor destaca la bipedestación. En este estadio el niño va a iniciar la marcha (puede aparecer en cualquier momento entre los 10-16 meses).

Una característica importante que se da en este estadio es la permanencia del objeto. Si al niño le escondes un objeto tiene conciencia de ello y lo busca (es un signo importante de inteligencia). Esto ocurre porque el niño se da cuenta de la separación de los objetos y de la gente con respecto a él.

La gran movilidad que alcanza el niño en este estadio le ofrece perspectivas nuevas del espacio. Con esto va a conseguir la relación “entre”.

Hay otra gran adquisición: la marcha. Ésta permite la orientación de su cuerpo en el espacio; la tomo de conciencia del eje vertical; es capaz de sortear obstáculos gracias al concepto de “entre”.

5º Estadio: reacciones circulares terciarias (12-18 meses).

A nivel motor: marcha y carrera (la carrera es torpe). La característica fundamental en este estadio es la “asimilación” y “acomodación”. Entre los 12-18 meses asimilación y acomodación están mezcladas, pero a partir de este estadio la acomodación pasa a dirigir la asimilación, lo que significa que el niño atenderá y se quedará con lo que más le interesa.

La mayor conquista se centra en la adquisición progresiva de las relaciones espaciales y de los movimientos del propio cuerpo llegando a descubrir las diferentes posiciones de los brazos.

El interés por la posición y desplazamiento de los objetos entre si, le conduce a la relación de continente-contenido que hará que coloque unos objetos dentro de otros, los invierta y los vacíe. A nivel espacial, estas acciones nos indican que intuye la relación de contorno o envoltura.

En cuanto al esquema corporal, adquiere el conocimiento del rostro en su totalidad hacia el año y 4 meses.

6º Estadio: invenciones de medios nuevos a través de combinaciones mentales (18-24 meses).

En este estadio, en lugar de estar controladas en cada una de sus etapas y a posteriori por los hechos mismos, su búsqueda está controlada a priori: el niño prevé, antes de ensayarlas, qué maniobras fallarán y cuáles tendrán éxito.

Con respecto al esquema corporal, va diferenciando mejor las partes del cuerpo y de la cara y las relaciones que guardan entre si. Aparece la imitación generalizada inmediata, por la que el niño busca el equivalente de las partes de su cuerpo sobre otra persona.

La invención de medios nuevos se produce por el grado de conciencia de las relaciones lo suficientemente profundo como para permitirle hacer previsiones razonadas e invenciones por mera combinación mental. Tras adquirirla, los esquemas de acción son mayores y no se limitan al descubrimiento.

Aparece también la representación como consecuencia de la interiorización de las conductas, superándose el tanteo sensoriomotor.

Periodo preoperativo: desarrollo del pensamiento simbólico y preconceptual (2-7 años).

Por la aparición de la función simbólica y de la interiorización de los esquemas de acción en representaciones, el niño empieza a traducir la percepción del objeto a una imagen mental. Pero la noción de cuerpo todavía está muy subordinada a la percepción.

Este periodo se divide en dos estadios:

1º Estadio: la aparición de la función simbólica.

Esta función desarrolla la capacidad de que una palabra o un objeto reemplaza lo que no está presente. La adquisición de esta capacidad permite que el niño opere sobre niveles nuevos y no solo actúe sobre las cosas que están a su alcance. Hace posible el juego simbólico, el lenguaje y la representación gráfica.

La imitación y la aparición de símbolos mentales: la imagen mental nace en la actividad sensoriomotriz y la imitación es el acto por el que se reproduce un modelo.

El uso de los símbolos mentales exige una imitación diferida en la que el niño no se limitará a copiar un modelo, sino que deberá usar un símbolo mental a partir del cual será capaz de reproducir la acción.

La reproducción correcta y total de la imitación es difícil por el carácter precategorial del pensamiento del niño.

El juego simbólico: el juego simbólico, en contraste con el ejercicio, permite al niño de este periodo representar mediante gestos diferentes formas, direcciones y acciones cada vez más complejas de su cuerpo.

Es una necesidad para recuperar su estabilidad emocional y para su ajuste a la realidad.

El lenguaje: es el tercer aspecto de la función simbólica y viene determinado por el uso de las palabras.

En el estadio sensoriomotor las palabras estaban relacionadas con las acciones y los deseos del niño. Con la aparición de la función simbólica, el niño empieza a utilizar palabras que representan cosas o acontecimientos ausentes.

El lenguaje del niño del periodo sensoriomotor estaba ligado a la acción tiempo y espacio próximo. El del periodo preoperativo permite introducir al pensamiento relaciones espacio-temporales más amplias, librándose de la pura acción inmediata. A los 3 años, el niño puede además de percibir, representar las partes de su cuerpo.

El dibujo: la primera forma del dibujo aparece entre los 2 y los 2 años y medio. Es la época del grafismo en la que el dibujo no es imitativo, sino un juego de ejercicio. El dibujo permite que el niño represente todo lo que sabe de su esquema corporal y de las relaciones espaciales.

2º Estadio: Organizaciones representativas.

Una característica importante de este periodo es el egocentrismo. Es una tendencia a centrar la atención en un solo rasgo llamativo de su razonamiento, lo que produce que no pueda proyectar las relaciones espaciales ni aceptar el punto de vista de los demás. Aparece en el lenguaje, razonamiento, juicios y explicaciones del niño, porque es esencialmente de orden intelectual y sirve para ordenar la actividad psíquica del niño.

Durante el periodo preoperatorio se desarrolla en el niño la lateralidad, que consiste en el conocimiento del lado derecho e izquierdo del cuerpo. Este conocimiento hace posible la orientación del cuerpo en el espacio.

Las nociones de derecha e izquierda no son más que el nombre de una mano o una pierna para el niño, porque no puede instrumentarlas como relaciones espaciales.

Las referencias en su orientación espacial serán las de su cuerpo: arriba-abajo, delante-detrás, derecha-izquierda. Estas relaciones las posee a nivel perceptivo (no representativo) y por eso las establece como ejes referenciales.

Periodo de operaciones concretas (7-11 años).

Es el momento de la adquisición de conceptos tales como conservación y reversibilidad, realización de operaciones lógicas elementales y agrupamientos elementales de clases y relaciones. Esto es posible gracias a la descentración (ponerse en el lugar del otro, tener diferentes perspectivas además de la tuya propia).

A lo largo de este periodo llegan a la estructuración o representación mental de las relaciones espaciales y del esquema corporal.

El sujeto ya no considera su cuerpo punto absoluto de referencia. Accede a estructurar el esquema corporal, que supone la representación mental de las medidas, distancia, orden ....., por la combinación que se produce entre todos los elementos de su cuerpo y sus relaciones espaciales consideradas como un todo, desde su perspectiva y desde otras.

La relación espacial de orden tiene gran importancia en la adquisición del espacio proyectivo porque supone el logro de la noción de eje que referirá a su cuerpo. A partir de esta nación se estructuran los movimientos, direcciones, desplazamientos, orientaciones...

El niño ya es capaz de hacer actividades deportivas regladas, aparecen los “deportes”.

LA IMPORTANCIA DEL JUEGO EN EL DESARROLLO DE LOS NIÑOS

Los niños necesitan jugar. Esta afirmación puede parecer obvia, pero los padres dan a menudo a los juegos mucha menor importancia de la que merecen. Se sienten más inclinados a enseñar a los niños a ser responsables y educarlos para ser competentes.

Los niños han jugado en todas las épocas

A veces resulta difícil a los padres entender por qué juegan sus hijos. Los juegos no siempre tienen un objetivo claramente definido, como sí ocurre con las actividades de los adultos. Pero jugar es muy importante para los niños, y los padres deben tomárselo en serio. Los juegos les ayudan a desarrollar los conocimientos que necesitarán cuando sean mayores. Es un método, al parecer interiorizado en la conciencia del niño, para aprender a ser responsable y dominar una amplia gana de actividades. Los padres que limitan los juegos corren el grave riesgo de entorpecer el desarrollo del niño.

Los padres no deben entrometerse demasiado en los juegos en grupo o en solitario de los niños, excepto para garantizar su higiene y seguridad. Sin embargo, jugar con los niños es necesario para mantener los lazos familiares, mejorar la comunicación, valorar la importancia del juego y proporcionar al niño parámetros de cómo juegan los adultos. También les ayuda a ampliar su gama de juegos y pasa a formar parte de sus actividades creativas.

Jugar con los hijos

Jugar con los niños es una manera de practicar la creatividad de los adultos e inspirar la de los pequeños. Cuando los niños ven que sus padres juegan, son creativos, imaginativos y dan rienda suelta a su fantasía, ellos también se ven impulsados a hacer lo mismo. Ser creativos no significa inventar juegos muy complicados. Fomentar la creatividad del niño incluye ponerle en contacto con personas creativas para que éstas les sirvan de ejemplo. Al jugar con ellos, los padres se convierten en la fuente principal de inspiración creativa.

Niños Jugando

A algunos adultos no les gusta demasiado jugar, y otros simplemente no tienen tiempo. Me temo que las necesidades económicas de la vida familiar impiden que los padres jueguen con sus hijos. El aumento de las familias uniparentales y de aquellas en que el padre y la madre trabajan, así como el mayor estrés existente en nuestra sociedad, han reducido el tiempo que los padres pueden dedicar a jugar con sus hijos. Muchos niños desarrollarían su creatividad hasta niveles más altos si sus padres jugaran más a menudo con ellos.

Los adultos que tienen la suerte de trabajar en lo que les gusta, a menudo tienen la sensación de que se trata de un juego. Los juegos no se definen tanto por la actividad desempeñada como por lo que se siente al desempeñarla. La misma actividad puede parecer el juego más frívolo en una determinada ocasión y la más ardua tarea en otra.

Cuando el trabajo es un juego

Por supuesto, los juegos suelen tener normas, estructura, expectativas y parámetros. Tal vez los niños se obsesionen con cumplir las normas en los juegos tradicionales. Pensemos en la cantidad de veces que habremos oído a un niño decirle a otro: “No puedes hacer eso”. “¿Por qué no?”, pregunta el otro niño. “Porque no”, responde el primero. Pero incluso los juegos con normas estrictas son realmente un juego si el niño lo realiza con la mente abierta, entusiasmo y libertad para no alcanzar cotas que no se haya fijado él mismo.

A veces, lo que parece ser un juego no lo es realmente. El juego se convierte en esfuerzo cuando el niño juega por obligación. Un niño puede incorporarse a un juego en grupo cuando tal vez prefiera la sosledad porque quiere complacer a los adultos o evitar las críticas de sus semejantes, por ejemplo. Niños que no sirven para un juego concreto pueden seguir practicándolo con obstinada determinación porque temen ser marginados o ridiculizados.

Hay que jugar porque toca

Cuando los padres juegan con sus hijos, el juego se convierte a menudo en esfuerzo. Un niño puede estar satisfecho con el resultado alcanzado y, sin embargo, no alcanzar las cotas de exigencia de sus padres, que dejan traslucir una sutil insatisfacción. Los conflictos surgen igualmente cuando los adultos no conceden tanta importancia a las normas como los niños y juegan haciendo pequeñas trampas, o viceversa. O se puede tener la sensación de estar presionado, por ejemplo, cuando el tiempo para jugar está limitado, o sólo se puede jugar con papá los sábados por la tarde. Las necesidades emocionales y los desacuerdos familiares pueden colarse en los juegos. ¡A veces me asombra que los adultos y los niños se diviertan alguna vez juntos!

PAUTAS PARA JUGAR CON LOS NIÑOS

Las siguientes pautas ayudarán a los padres a evitar algunos de los problemas que surgen en los juegos entre niños y adultos:

.- A qué juegan los padres con sus hijos es menos importante que lo que sienten al jugar con ellos. Recordemos que el juego se define por los sentimientos, no por el tipo de actividad. Es igual que se trate de un juego de mesa, una “pelea” en el salón de casa o una vuelta en tiovivo con tal de que niño y adulto estén contentos y satisfechos.

.- Cuanta más alegría y entusiasmo se demuestren a la hora de jugar con los niños, mucho mejor. Éstos serán alegres y entusiastas si los mayores también lo son. Los niños se guían por los estados emocionales de sus padres, así como por sus acciones. Es difícil que desarrollen un sentido de la diversión si casi nunca ven divertirse a sus padres.

Pasárselo bien y hacer un poco el tonto de vez en cuando no impide al niño ser serio y competente. Divertirse aporta equilibrio a la vida y es mejor que los niños vean este tipo de equilibrio en sus padres. Los terapeutas que estudian los conflictos emocionales basándose en la infancia de sus pacientes comprueban lo difícil que resulta que un adulto sea libre, extrovertido, entusiasta y amante de la diversión si sus padres no lo fueron.

.- Suprimir el control hasta donde sea posible. Los niños aprenden a controlar física y emotivamente por medio del juego. Experimentan lo que es estar al mando. Cuando los adultos permiten a los niños escoger la actividad, establecer las reglas, decidir cuándo empieza y cuándo termina el juego, etcétera, están enseñando al niño a ser responsable. Le están ayudando a tomar decisiones y a tener en cuenta a los demás. Si son los adultos los que cargan con toda la responsabilidad, los niños no aprenden.

.- Observar y reaccionar es tan importante como la participación activa en los juegos. A mi nieta le gusta coger objetos y ponerlos en la mano de alguien, luego quitárselos y volverlos a poner en su sitio; un juego que desarrolla un pequeño control motriz. La participación de un adulto sólo exige que abra la mano y diga “gracias” de vez en cuando. Incluso puede mantener conversaciones con otras personas mientras tanto. Para mi nieta eso es un juego. Los niños utilizan a los adultos como realce o ayuda en sus actividades lúdicas. Dejarse utilizar es un buen método para estimular su capacidad creativa. El adulto sólo tiene que seguirle la corriente al niño.

.- Hacer cosas creativas cuando se está jugando con los niños. Sentarse en la habitación con ellos y ponerse a dibujar o pintar, por ejemplo. Escribir poemas juntos. Construir algo con la ayuda de los niños. Incorporarse a sus proyectos utilizando los mismos materiales. Si les gusta dibujar, hay que dibujar con ellos. Si escriben, hay que llevar un diario. No importa si es el niño o el adulto el que toma la iniciativa en este tipo de actividades, pero hay que evitar las situaciones pedagógicas, porque éstas conllevan un juicio crítico y la necesidad de alcanzar unas cotas determinadas. Si se dejan materiales desperdigados por la casa para un uso creativo, siempre habrá algo a mano con lo que trabajar.

Se sabe cuándo se ha estado jugando y no sólo cumpliendo con la responsabilidad de ser padres cuando niños y adultos se sienten satisfechos al terminar la actividad. Ésta no tiene por qué durar mucho tiempo y puede haber sido planeada o espontánea, tener un significado concreto o ninguno en particular. Esta última modalidad es una de las más injustamente despreciadas.

Estar juntos es lo más importante. Siempre surge algo especial cuando se dedica tiempo a estar juntos. Crear una actividad a partir de los intereses compartidos por padres e hijos requiere imaginación.

Padres, Hijos y Amigos, de Excursión

Hay que dejar vagar la mente hasta que se descubre algo que necesita ser expresado o desarrollado con los materiales disponibles en casa. Hay que obligar a los niños a no planificar continuamente, aunque esto les resulte más incómodo. “No tengo nada que hacer. Todos mis amigos están fuera y me aburro”. La mayoría de los padres ha oído frases de este tipo, algunos con demasiada frecuencia. Cuando no sucede nada en el exterior, los niños que han aprendido a mirar lo que ocurre en su interior se mantienen abiertos a las posibilidades y recursos de la actividad creativa.

Los niños descubren su propia creatividad jugando con los mayores. Observando lo que hacen y cómo lo hacen, aprenden a divertirse en situaciones normales y corrientes y a disfrutar por ellos mismos. Estos niños sacarán provecho de estas enseñanzas durante toda su vida.

El juego es la principal actividad en la vida de los niños, los especialistas afirman que jugar es necesario y vital para lograr un equilibrio en su proceso de desarrollo. Es indispensable que los padres, la familia, la escuela y la sociedad sean conscientes de que el juego es una actividad propia e inherente a todo niño, tanto es así, que podemos ver que en sociedades primitivas y en sub-desarrollo, los niños aprenden jugando de manera natural; con su imaginación y creatividad, convierten los objetos que existen a su alrededor en

sus propios juguetes. Los juegos representan su vida, su relación con los adultos, aprenden valores y normas, es decir, a través del juego, el niño se convierte en un ser social y adaptado.

El juego es una necesidad para el niño, sus actividades diarias giran en torno al juego, a través de este medio, los niños se interrelacionan con su entorno y formarán las bases para el desarrollo de su personalidad.

A pesar del incalculable valor del juego, es innegable que en la actualidad se le resta importancia y es tomado por los adultos sólo como una actividad recreativa, se ignora sus propiedades educativas e incluso terapéuticas. Además sabemos que la vida moderna cada vez nos aleja más de los momentos de disfrute que podemos pasar jugando, el ritmo de trabajo de los padres, la dedicación hacia actividades escolares o aquellas que son consideradas muchas veces por los alumnos como “más productivas” hacen que se dificulte el espontáneo desarrollo de la actividad lúdica en la infancia.

En la actualidad los juegos están variando, pues el juego que veíamos en las calles y plazuelas con niños reunidos espontáneamente en grupo está siendo desplazado y afectado por los modernos juegos de video, internet, televisión y por el temor y la inseguridad que genera el peligro de las calles. Es por esta razón que los padres y la sociedad en general buscan espacios propicios y mejores condiciones para el juego de los niños, sin olvidar que el principal escenario para jugar debe ser el hogar mismo.

Espacios propicios para el juego:

  • En nuestro país, los centros de estimulación temprana y nidos, utilizan una metodología en base al juego como medio de aprendizaje y desarrollo emocional.

  • Actualmente los hospitales utilizan el juego para combatir la depresión en los niños y para canalizar las emociones producidas por la enfermedad, utilizan los juguetes como elementos terapéuticos ya que ayudan en la recuperación del paciente.

  • Por otro lado, se están implementando las ludotecas como lugares que ponen a disposición gran variedad de juguetes especialmente en zonas donde los recursos económicos de los padres son mínimos y existen pocas posibilidades de tener juguetes en casa, es un espacio que brinda toda la libertad y seguridad que el niño necesita para jugar, divertirse y encontrarse con otros niños de su edad.

Como nos podemos dar cuenta, se están creando más espacios destinados al juego, por ello no hay razón para que un niño no juegue, brindémosle la seguridad y libertad que necesita y no olvidemos que en esta etapa jugar es sinónimo de aprendizaje y diversión.

Necesidad de maduración y crecimiento:

Se revela desde temprano a través de los anhelos de independización, de adquisición de poder, de dominio, de "ser grande", procedentes de algunos niños de 2 a 6 años. De los 7 a los 11 años, además de acentuarse los aspectos anteriores, hay otros agregados: la adquisición de poder se transforma en adquisición de fuerza y capacidad; el reclamo de derechos, la identificación con el padre como hombre; en una niña de 11 años el anhelo de una relación masculina adecuada a su edad.

De los 12 a los 16 años, esta necesidad se expresa por la apetencia por la libertad de decisión de los mayores, la independencia, la rebelión y el desconocimiento de la autoridad, los proyectos para el futuro contrariando a los prefijados por los padres, la busca de pareja, la previsión de formar un hogar.

Necesidad de compañía:

Corre pareja con el desarrollo social. Los pequeños manifiestan sólo la necesidad de sus padres y las figuras protectoras. Después la de sus coetáneos. En la adolescencia la de los pares y la de los individuos del otro sexo.

Necesidad de seguridad:

Esta necesidad es constante en todas las edades, requiere para su satisfacción algunos elementos distintos, variables con los años y otros semejantes o iguales a lo largo del período evolutivo. La seguridad se finca en la existencia de ciertas condiciones físicas, psíquicas y sociales.

De los 2 a los 6 años, se presenta la necesidad de apoyo y protección frente a la agresión procedente de cualquier fuente, de cuidado, de no ser violentado en las propias apetencias, y en el ejercicio de las funciones fisiológicas, de defensa y salvación de ataque de poderes sobrenaturales, de eliminación de la "maldad", de revelación de culpa por actos prohibidos.

De los 6 a los 12 años, se añade la seguridad en el goce de la salud, capacidad en el trabajo escolar y el desempeño adecuado en la vida común; la felicidad, la paz y el alejamiento de los motivos de perturbación.

De los 12 a los 16 años, se agregan las que se asientan sobre situaciones y sentimientos relacionados con la sexualidad, capacidad para tener una conducta irreprochable, de dominar fuerzas instintivas, de no ser víctima de ataque sexual, de ser querido y lograr la formación de una pareja, de tener éxito con el sexo opuesto, de poder enfrentar la vida, de seguridad frente a amenazas implícitas a creencias religiosas.

Necesidad de defensa y agresión:

Se observa en los niños de2 a 11 años. En sus creaciones imaginarias en el daño o ataque de que han sido objeto, se defienden y atacan violentamente y matan o destruyen sin piedad ni medida. Cuando aparece, se encuentra en relación a las circunstancias de vida del sujeto. El componente "defensa" es comprobable en todos los niños, la agresión es parte de la conducta de algunos, para esto probablemente median rasgos ingénitos de la personalidad del sujeto o modelos singulares para que se explaye esta necesidad. Con elementos del ambiente está relacionada la defensa y agresión a agentes terroríficos. En la adolescencia subsiste la necesidad de defensa que se confunde con la expresión de otras necesidades, al igual que la agresión.

Necesidad de afirmación de sí:

Muestra la necesidad de poseer y confirmar un estatus propio frente al de los mayores. Aparece en niños que han experimentado mucha presión de parte de la madre.

De los 6 a los 11 años aparece tras las conductas que traslucen inteligencia, fuerza o astucia, que significan demostración de superioridad sobre los padres o poseen un estatus frente a ellos, en el enfrentamiento con la autoridad, en el vencimiento y sujeción de esta. En la adolescencia se expresa de manera parecida, con marcado acento en la superioridad sobre los padres o las figuras de autoridad y la realización con tono agresivo de acciones probatorias de su superioridad y la derrota de ellos.

Necesidad de valoración y reconocimiento:

Cuando esta necesidad no está satisfecha se enraíza en el sentimiento de no ser tenido en cuenta, ser subestimado, ser dejado de lado, ser mal conceptuado.

Aparece de los 6 años en adelante. Se relaciona con frecuencia con el fracaso escolar. En su fantasía realizan acciones que obligan a los otros a reconocer sum valimiento.

A veces, aparece circunscrita a la valoración frente a un individuo determinado que no parece advertir sus virtudes o merecimiento.

Necesidad de conocimiento:

Está vinculada directamente con el desarrollo de la esfera cognitiva.

A todas las edades la necesidad de conocimiento sexual es una constante casi universal.

En las primeras edades esta necesidad se limita al origen de los niños y las diferencias sexuales. La curiosidad no aparece en los niños que han recibido información adecuada sobre el tema.

En las edades siguientes los focos de curiosidad además de lo mencionado anteriormente es lo referente a la relación sexual.

La necesidad del conocimiento sexual aparece inicialmente en dependencia del desarrollo cognitivo, al igual que la necesidad de conocimiento sobre otros sectores de la realidad, o en aquellos que han pasado por experiencias que le han anexado un significado o carga afectiva especial.

Necesidad de cumplimiento de imperativos de orden moral:

Esta necesidad aparece vinculada con influencias externas.

De los 5 a los 6 años aparece como reparación del daño realizado. De modo implícito se encuentra el castigo por la falta realizada.

De los 7 a los 11 años esta necesidad adquiere diversas formas y matices: obtener la aprobación de los padres, justificarse, realizar hechos meritorios para gozar de buen concepto, esforzarse por mejorar y elevar el concepto de sí, aspirar al triunfo de los buenos sobre los malos, rehabilitarse moralmente. El castigo forma parte de esta constelación.

En la adolescencia, esta necesidad se confunde con el anhelo impersonal de justicia, la adhesión de valores, el respeto al derecho de los otros, el propósito de corregir defectos.