La agresividad infantil

Conductas agresivas en la infancia

por

Dr. Eduardo Hernández

Pediatra y Psicoterapeuta Conductual Infantil

La familia constituye el lugar por excelencia en donde los niños aprenden a comportarse consigo mismos y con los demás, es decir es un agente de socialización infantil. Es la agresividad, una de las formas de conducta que se aprenden en el hogar, y en donde las relaciones intrafamiliares ejercen una influencia en su generación y mantenimiento. Cuando los niños exhiben conductas agresivas en su infancia y crecen con ellas formando parte de su repertorio conductual, se convierten en adolescentes y adultos con serios problemas de interrelación personal, que pueden generar conductas antisociales, alcoholismo, dificultades en la adaptación al trabajo y a la familia, y en el peor de los casos llegan a exhibir una conducta criminal y a sufrir afectación psiquiátrica grave.

¿Qué entendemos por Conducta? Podemos definirla como: modo de actuar de un individuo, observable, medible y modificable.

Por Conducta Agresiva entendemos, un modo de actuar de los niños caracterizada por:

1. Accesos de cólera.

2. Actos de desobediencia ante la autoridad y las normas del hogar.

3. Amenazas verbales.

4. Daños a cosas materiales.

5. Deterioros en la actividad social y académica por episodios de rabias.

6. Discusiones con los hermanos, con los padres y otros integrantes de la familia.

7. Gritos.

8. Molestar a otros integrantes de la familia.

9. Mostrarse iracundo o resentido.

10. Pleitos.

Todas estas características deben presentarse en una frecuencia, intensidad y duración adecuados para pensar se trate de un patrón conductual.

Algunas características casi universales del comportamiento agresivo son:

Altamente impulsivos.

Relativamente refractarios a los efectos de la experiencia para modificar su conducta problema.

Carencia de habilidad para demorar la gratificación.

Baja tolerancia a las frustraciones

Etiología de la conducta agresiva:

Las teorías sobre las causas de la agresión son múltiples, van desde:

1. Considerar la presencia de factores biológicos en el origen de estas conductas. Se apoyan en tres investigaciones: a) una disfunción de los mecanismos inhibitorios del sistema nervioso central; b) el surgimiento de una emocionalidad diferente; y c) efectos de los andrógenos sobre la conducta de los humanos.

2. Las teorías psicodinámicas, que consideran que existen factores innatos en el individuo que lo llevan a presentar una conducta agresiva. Es una búsqueda de placer, es un instinto primario (destrucción o muerte).

3. Las teorías del aprendizaje, que son las que abordaremos en este tema.

Numerosas teorías psicológicas plantean que la agresión, es un patrón de respuestas adquiridas en función de determinados estímulos ambientales (familiares) según una variedad de procedimientos; algunos de ellos son:

a) La agresión adquirida por condicionamiento clásico por el uso de los premios y castigos como moldeadores de la conducta. Ellis (1986).

b) La agresión adquirida por aprendizaje social a través de la observación. Bandura (1986)

c) La teoría de Aprendizaje de Skiner (1952), que evidencia que la agresión es adquirida por condicionamiento operante.

d) Maslow (1964) da a la agresión un origen cultural y dice que surge como "una reacción ante la frustración de las necesidades biológicas o ante la incapacidad de satisfacerlas".

e) Mussen y otros (1990), sostienen que la agresión es el resultado de prácticas de socialización en el seno familiar y que los niños que emiten conductas agresivas, provienen de hogares donde la agresión es exhibida libremente, existe una disciplina inconsistente o un uso errático del castigo.

La mayoría de los padres han aprendido a desempeñar su rol a través de la observación de su propia crianza, es por ello una generalidad que se repitan los mismos patrones de crianzas que sus padres usaron con ellos, y que en el sistema cultural nicaragüense se ha basado en el sexismo, el machismo y el autoritarismo. Términos éstos que generan una gran cantidad de errores de concepto y que la misma evolución social nicaragüense se ha encargado de modificar en el tiempo, pero que sin embargo siguen causando estragos en la propia estructura social nicaragüense.

Como parte del proceso de socialización, los padres necesitan estar conscientes de la influencia que ellos ejercen sobre sus hijos a través de su ejemplo, lo cual según el aprendizaje social nos dice que los niños aprenden formas de comportarse en base al comportamiento de sus padres.

Partiendo de la premisa que las conductas agresivas tienen su origen y mantenimiento en el seno familiar, el Centro de Investigaciones Psiquiátricas, Psicológicas y Sexológicas de Venezuela, de corriente cognitivo conductual, ha elaborado una serie de recomendaciones para obtener un buen estilo de crianza y educación de los hijos, estas son:

1 - La comunicación frecuente y satisfactoria entre padres e hijos.

2 - Incentivar la colaboración mutua entre todos los integrantes del hogar.

3 - Demostraciones efectivas de afecto.

4 - La reunión familiar para establecer las normas, dar y recibir afecto y compartir.

5 - Estimular la confianza.

6 - Propiciar la asertividad.

7-Tomar en cuenta la recreación como parte de la vida.

8 - Establecer en el hogar de forma clara y precisa, los deberes y derechos de cada uno de los integrantes de la familia y exponer la responsabilidad de asumir las consecuencias de los actos cometidos.

9 - Aplicar de forma adecuada el binomio afecto-autoridad.

Si pese a lo antes descrito, el niño (en especial el preescolar), emite conductas agresivas, las siguientes indicaciones ofrecen sugerencias para manejar estas conductas:

Un niño debe aprender que una conducta agresiva de cualquier tipo es inaceptable.

Es un error responder con agresión a la conducta agresiva de un niño.

En el momento que su niño emita una conducta agresiva, llévelo a un rincón de la habitación y explíquele simple y firmemente que no le está permitido golpear, morder, patear, etc.

Evite utilizar expresiones en contra del niño, tales como "eres malo, malvado, insoportable", etc.

Refuerce positivamente cuando se comporte en forma correcta y amable con los demás.

Preste especial atención a su conducta en situaciones grupales, y esté listo para intervenir en caso necesario.

Si estas conductas aumentan en frecuencia y se mantienen en el tiempo, alterando en buen funcionamiento del pequeño y su familia, entonces es hora de acudir a una ayuda especializada.

Apoyándonos en diferentes autores como Bianco (1991), Coleman (1996), Kasdin (1989), Moles (1991), Satir (1991), se propone el siguiente plan de tratamiento de las conductas agresivas en niños:

1 - Diagnóstico preciso y evaluación eficiente de la conducta agresiva.

A través de una buena historia clínica, es importante realizar una etiología conductual de la conducta agresiva, y una definición operativa de la misma. Con el diagnóstico preciso se planifica el tratamiento a seguir.

2 - Terapia de la Conducta Infantil.

Orientada específicamente hacia la conducta problema y su tratamiento, aplicando técnicas de modificación conductual.

3 - Terapia Familiar.

Durante este proceso, el terapeuta evaluará a la familia en relación a: la comunicación, las relaciones familiares, las estructuras de poder, el binomio autoridad-afecto, etc.

4 - Entrenamiento a los padres.

Se procede a entrenar a los padres como generadores de conductas en sus hijos, en técnicas de aplicación de castigos, reforzamiento, modelamiento, etc.

5 - Terapia Cognitiva

A través de la intervención de los procesos cognitivos (pensamientos) del niño, se aclaran conceptos, se tumban mitos, se incluyen visualizaciones, programación neurolingüística, etc.

Para concluir podemos decir que la agresividad es una conducta no operativa, que trae consecuencias a corto y largo plazo para quien la emite y para quienes lo rodean, pudiendo llegar a convertirse en una manera de comportarse, como forma general de cotidianidad y desencadenar sucesos realmente lamentables para todos los involucrados. Además la familia y sus relaciones surgen como generadora de las conductas agresivas de los niños.

Problemas neurológicos en los niños

Se considera que un niño tiene problemas de tipo neurológico cuando presenta algún trastorno en el sistema nervioso con exclusión de las alteraciones psiquiátricas, esto se refiere preferentemente a una afección en el nivel del sistema nervioso central, por ejemplo, una lesión medular o cerebral, si la parte afectada es un nervio, se denomina neuropatía periférica.

Entre las causas más comunes de los problemas neurológicos se encuentran:

Las congénitas, como la espina bífida.

Las infecciones, como la meningitis y la encefalitis.

Las traumáticas, como los accidentes cerebro-vasculares.

Las anóxicas, como el sufrimiento fetal.

Las neoplásicas, como los tumores cerebrales y cerebelosos.

Los síntomas neurológicos y la gravedad de los efectos que se presenten, dependerán del agente que ocasiona el problema, de los órganos o del sistema nervioso afectado y de la edad del paciente, por lo general el problema o la lesión no avanza una vez que se ha establecido, sino que es susceptible de una rehabilitación que puede mejorar las aptitudes del individuo, sin embargo existen algunas enfermedades neurológicas evolutivas, esto quiere decir que se va produciendo un agravamiento del estado previamente sano, como ocurre con las lesiones degenerativas.

El tipo de problema neurológico más frecuente es la lesión cerebral en sus diversos grados, desde la lesión cerebral mínima hasta la parálisis cerebral profunda, generalmente se origina por ausencia de oxigeno en las células cerebrales.

El aporte insuficiente de oxigeno durante el periodo comprendido entre la semana 20° de vida intrauterina y el 28 día después del nacimiento, se llama anoxia perinatal y provoca la muerte de dichas células cerebrales y las secuelas correspondientes, daño que se puede manifestar por medio de un fracaso escolar o hasta con una invalidez de una deficiencia mental grave.

RECOMENDACIONES:

En algunos casos, ciertos trastornos de carácter de un niño como la inestabilidad, hiperactividad, agresividad, la falta de iniciativa o de responsabilidad en los comienzos de la edad escolar puede revelar una lesión neurológica establecida con anterioridad o en evolución, cuando se sospeche de la existencia de un problema neurológico en un niño, los padres o los tutores deben recurrir a un neuropediatra para que los evalué, los diagnostique y los trate adecuadamente.

La ayuda que requiere el niño es del especialista quien debe asistir al niño, revisarlo, realizarle análisis correspondientes para descartar alguna alteración.

Por asesoría online, no se pueden diagnosticar ni recetar medicamentos para niños con problemas de cualquier tipo.