Historia de las Ciencias 910a (Bio-Evolución)

47 LÖFLING EN EL ORINOCO

48 Y Cuvier derrotó al Diablo

49 EL CABALLERO DE LAMARCK

“Al pie de un naranjo junto a la iglesia en la misión de Santa Eulalia de Merecuri “ (sic) en el Caroni fue enterrado el 22 de febrero de 1756 el naturalista y botánico Pehr Löfling; victima de la Fiebre Amarilla que adquirió en sus periplos por las inexplorados parajes del Orinoco, desde Cumana hasta la Guayana venezolana, durante los dos años como Botánico del Rey de España. Sus funciones, además de precisar los limites de los territorios al sur del Orinoco, estaba la colecta de ejemplares botánicos y zoológicos, para entonces pocas eran las referencias científicas sobre la historia natural de Venezuela. Las descripciones de flora y fauna que existían eran las realizadas por los cronistas de Indias, que adolecían de rigor sistemático. A su llegada a Venezuela, Löfling trae consigo por vez primera un microscopio y el método de clasificación taxonómica recién introducido por su maestro Linneo en Europa, y de quien fuera uno de sus más aventajados discípulos. Después de un tiempo de estadía en la ciudad de Cumaná se desplaza hacia Barcelona y otras poblaciones como las misiones Píritu y San Bernardino. En el extinto pueblo del Tocuyo, cerca de Unare, conoce al Padre Antonio Caulín, el cual le asiste en su trabajo y acoge en el momento en que se enferma. Con el material recogido en Cumaná y esta zona, redacta “Primer Borrador de la Flora Cumanensis” y “Flora Cumanensis” que aun se preservan en el Real Jardín Botánico de Madrid. Luego vuelve a Cumaná, y a finales de 1754, retorna a Barcelona y a la misión de San Bernardino.

Y es que a mediados del decimonónico Carolus Linnaeus en latín o mejor Carlos Linneo en castellano (1707-1778), descolló no solo como médico y sino como el principal botánico de Europa. Desde su puesto en la Universidad de Upsala (Suecia) fue el creador de la clasificación de los seres vivos o taxonomía, desarrolló un sistema de nomenclatura binomial (1731) que se convertiría en clásico, basado en la utilización de un primer término, escrito en letras mayúsculas (indicativa del género) y una segunda parte, correspondiente al nombre específico de la especie, escrita en letra minúscula. Por otro lado, agrupó los géneros en familias, las familias en clases, las clases en tipos (fila) y los tipos en reinos. La publicación de su obra Las especies de las plantas (Species plantarum) en 1753 se considera el inicio de la nomenclatura moderna de la biología. Defensor de la inmutabilidad de las especies; contrario, por tanto, a la idea de la evolución; consideraba que todas ellas se habían creado por separado en el inicio de los tiempos. Tras su muerte, sus colecciones fueron adquiridas por un naturalista inglés, que las llevó al Reino Unido, donde sirvieron de núcleo aglutinador de la famosa Linnaean Society.

Cuando Fernando VI invita a Linneo para que viaje a España, o en su defecto envíe un discípulo a España, el maestro seleccionará al joven Löfling de solo 24 años para que vaya en su lugar, quien se había destacado ya por estudio de la criptogamia y fanerogamia. La actividad científica y el genio del sueco Pehr Löfling es tan desconocido en nuestro país, que incluso su nombre, en el único ícono de su memoria y que se encuentra en el Jardín Botánico de Caracas, aparece mal escrito como muestra la imagen que encabeza estas líneas. Si eso ocurre para quien clasificaba las especies hace más de dos y medio siglos, imagínese Ud. como queda la nomenclatura botánica autóctona.

Georges Léopold Frédéric Cuvier (1769 - 1832) , hoy referido como el barón de Cuvier, fue el pionero de la anatomía comparada y uno de los más destacados naturalistas de comienzos del siglo XIX. Como Científico y amigo de Napoleón fue inspector de instrucción pública y, en tal carácter, introdujo reformas mayores en la educación francesa, como la creación de universidades en las provincias. En 1814, integró el Conseil d’État y, en 1817, fue viceministro del Interior.

Entre otros méritos, desarrolló los estudios de Anatomía comparada entre fósiles, e impuso la idea de que las criaturas antiguas podían en efecto llegar a extinguirse. Descubrió el primer fósil de pterodáctilo del que se tenga noticia, así como una bestia marina reptiliana, el mosasaurio, y tuvo la certera intuición, que se confirmaría después de su muerte, de que antes del predominio de los mamíferos, había existido una época en la que el planeta había sido dominado por los reptiles. Con todo, no se libró de cometer algunos errores, el peor de los cuales fue ser un antievolucionista convencido. Para Cuvier, los fósiles eran restos de animales prehistóricos, vale, pero no habían evolucionado, sino que habían sido barridos por catástrofes sucesivas en la historia terráquea.

En 1817 publicó Le règne animal distribué d’après son organisation, que, constituyó un avance significativo con relación al sistema de clasificación creado por Lineo. Cuvier demostró que los animales poseen tantos rasgos anatómicos diferentes que no deberían ordenarse en un único sistema lineal. En su reemplazo, los ordenó en cuatro grandes grupos, a saber, vertebrados, moluscos, articulados y radiantes, cada uno con un tipo especial de organización anatómica. A pesar de que su clasificación no se usa más, se alejó de la idea del siglo XVIII de que todos los seres vivos deben ordenarse cronológicamente en una serie continua desde el más simple hasta el hombre.

En su tesis Catastrofista, Cuvier se mantenía más o menos apegado a la idea de Creación. Para él, las especies sobre la Tierra surgían y se mantenían inmutables en el tiempo, hasta que un cataclismo las barría. Observó que las partes de distintos animales se correspondían, y formuló así una "ley de la correlación". Según Cuvier, un animal con cuernos y casco siempre tendrá dentadura de herbívoros, y si tiene uñas y garras, necesariamente tendrán dientes de carnívoro. Esta idea, es como mínimo un poco complicada, pero Cuvier con esto adelantó la noción de que se puede inferir datos sobre el comportamiento animal observando la anatomía. Con esto, creía estar descartando cualquier clase de evolución: si los animales permanecen dentro de sus respectivas correlaciones porque es su forma natural, es imposible que cambien con el tiempo.

Sus estudios de anatomía comparada, publicado en 1797 con el título Tableau élémentaire de l’histoire naturelle des animaux, obra basada en sus clases de zoología en el Museo de Historia Natural de París. En 1800-1805 publicó sus Leçons d’anatomie comparée, en las que expuso su principio de la correlación de las partes, según el cual la estructura anatómica de cada órgano está funcionalmente relacionada con todos los otros órganos del cuerpo de un animal, y las características funcionales y estructurales de los órganos resultan de su interacción con el ambiente. Incluso hay una anécdota apócrifa según la cual un grupo de estudiantes decidió gastarle una broma. Uno se vistió de diablo y se puso cuernos, además de zapatos con suela en forma de casco. Con ese disfraz se metió a la casa de Cuvier, mientras el resto se quedaba afuera, esperando el resultado. El disfrazado se acercó a Cuvier, que estaba durmiendo, y le gritó cerca del oído:

- ¡Despierta, hombre de las catástrofes! ¡Soy el Diablo, y vengo a comerte!

A sabiendas de que era alguna clase de broma, o simplemente demasiado adormilado para asustarse, Cuvier replicó sin inmutarse:

- ¿Quieres comerme? Es imposible. Tienes cuernos y pezuñas. Según la ley de las correlaciones, eres herbívoro.

Y se vuelca sobre su cama para seguir durmiendo. Los estudiantes, al escuchar esto, descargaron una gran ovación en admiración por su Maestro.

La idea de que las formas de vida compleja provienen de estadios simples, en una suerte de progresión, era ya común en la Época de la Ilustración, anterior a Darwin. Incluso en la antigua Grecia, Empedocle de Agrigento, por ejemplo, sostenía que las plantas habrían precedido a los animales. La noción de progreso gradual de las formas vivientes fue introducida por Charles Bonnet (1720-1793) en sus Consideraciones sobre los cuerpos organizados (1762) y dos años después en Contemplación de la naturaleza. Influenciado por Leibniz y Kant, Bonnet concibió una gradación continua desde el átomo hasta los ángeles, propuso un paralelismo entre el desarrollo embrionario y la jerarquía orgánica. Para él la sucesión comprende a todos los seres de manera continua y ascendente (salvo por transiciones funcionales). En consecuencia las especies vivientes, aunque perfectas desde la Creación, han debido sufrir sucesivas revoluciones (gradualismo) para mostrar la complejidad final que las caracteriza actualmente; es este el concepto primigenio de Evolución.

Modernamente concebimos la evolución como un concepto biológico, debe destacarse que el significado del mismo comenzó en la paleontología y la geología. De hecho fue George Louis Leclerc (1707–1788), Conde de Buffon; mejor conocido simplemente como Buffon; quien intento en su Teoría de la Tierra sentar las bases del evolucionismo, a través de la observación y la descripción de los procesos, de las evoluciones. La Tierra se originó, afirma Buffon siguiendo a Kant, junto al Sol y los planetas, de material incandescente, hasta enfriarse lentamente, en una progresión lineal o evolución. Es clásico su experimento, en el cual calentó hasta la incandescencia una esfera de metal y midió el tiempo de enfriamiento; luego extrapoló el resultado para calcular el lapso en el cual una esfera del tamaño de la Tierra alcanzaba la misma temperatura, datando (erróneamente) a la Tierra en no menos de 170 mil años.

Las ideas de Buffon influenciaron en Jean Baptiste Pierre Antoine de Monet, conocido mejor como caballero de Lamarck (1744-1829), quien en su obra Philosophie Zoologique, publicada el mismo año en que nace Charles Darwin (1809), hace dos importantes contribuciones (i) separa los invertebrados de los vertebrados, fundando e introduciendo el término biología (ii) formula una teoría positiva de la evolución de los seres vivos. Esta obra le ganó la admiración de Buffon y el ingreso a la Academia de Ciencias de Paris. En la etimología con la cual se llama hoy Biología a las Ciencia de la vida, hay un error debido a que Lamarck no sabía griego e ignoraba que bios no es igual a zoe: vida orgánica, sino conducta del ser viviente, por eso decimos biografía; de modo que el termino biología luce menos adecuado que zoología.

Lamarck sostiene que hay evolución y que ésta es la única explicación de especies diferentes. Postula además el carácter hereditario de las modificaciones adquiridas por cada individuo a lo largo de su vida, como reacción directa a las condiciones ambientales. De soslayo, Lamarck, introduce la idea de árbol genealógico de las especies, con ramificaciones desde un tronco común más elemental, y que la naturaleza emplea mucho más tiempo en generar la diversidad que lo propuestos por las teorías de génesis y fijitas, defendidas por Cuvier. Parece cierto que estas obras influyeron en el erudito de Breadwall; Erasmus Darwin (1731-1802), abuelo de Charles Darwin, quien esboza en su poema didáctico Zoonomia, las leyes de la vida, la lucha por la supervivencia y la selección sexual natural de “los más hermosos”.

Lamarck propuso que las trasformaciones que los organismos sufrimos en vida sometidos a los diferentes ambientes, con el tiempo se fijarían en su descendencia, lo que hoy conocemos como transferencia horizontal o Lamarkismo; abandonada como mecanismo de evolución biológica. Para ilustrar estas dificultades conceptuales basta con la anécdota del biólogo soviético Trofim D. Lysenko (1898-1976), conocido por su defensa del "Lamarckismo", o defensa de que los rasgos adquiridos se heredan. En una de sus sesiones asistía el famoso físico Lev Landau (1908-1968), tras escuchar los argumentos de Lysenko le preguntó: "Entonces, Usted mantiene que si a una vaca se le corta una oreja, y a su descendencia se le corta también una oreja, y así sucesivamente, en algún momento comenzarán a nacer vacas sin una oreja, ¿es así?"; "Si, así es", contestó Lysenko. "Entonces, ¿cómo es que siguen naciendo mujeres vírgenes?" - preguntó Landau.