EL DEDO

Es increible lo que ha conseguido la ciencia, nos parece normal porque no nos paramos a pensarlo.

Tenemos delante de nuestros ojos solamente un fotograma y hemos "deducido" gran parte de la película.

Durante mucho tiempo ni siquiera se pensaba en ello, todo era interpretado como el capricho de los dioses, ahora, sin embargo, la ciencia está destapando el andamiaje invisible que soporta el equilibrio de la vida y de las piedras y la solución

es de una elegancia pasmosa.

El arrecife del dedo fué antaño una fumarola y la "Vela Blanca" son restos de cenizas. Para la "receta" de este paisaje solo necesitamos un horno volcánico y millones de años de lento reposo de mar y viento.

Todavía mucha gente añora las explicaciones antiguas de los dioses controlando el aletéo de cada pájaro, por mi parte,

la realidad es de por sí, suficientemente fascinante, no necesito más ingredientes.

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