SÍFILIS

¿Qué es la sífilis?

La sífilis es una infección de transmisión sexual bacteriana causada por la espiroqueta Treponema pallidum (Figura 1). Se caracteriza por presentar tres estadios secuenciales, separados por periodos asintomáticos. Estas fases o estadios son: sífilis primaria, secundaria, latente y terciaria. Puede tener complicaciones muy graves cuando se deja sin tratar, incluso la muerte, pero es fácil de curar con el tratamiento adecuado.


¿Cómo se transmite la sífilis?

Se puede contraer sífilis mediante el contacto directo con una úlcera sifilítica (Figura 2) durante las relaciones sexuales anales, vaginales u orales. Las úlceras se pueden encontrar en el pene, la vagina, el ano, el recto, labios y la boca. La sífilis también puede transmitirse por transfusiones de sangre, uso compartido de jeringas o mediante la transmisión materno-infantil durante el embarazo a través de la placenta (sífilis congénita) o a través del canal de parto (sífilis con-natal). Se contagia además con el contacto de la piel con la secreción que generan los chancros, al realizar sexo oral sin preservativo o a través del beso si hay lesiones en la boca. La probabilidad de transmisión entre parejas es de 60 %. La sífilis es muy contagiosa durante las fases primaria y secundaria.

La sífilis no se puede contagiar por usar el mismo inodoro, bañera, piscinas, jacuzzis, ropa, utensilios para comer o tocar las chapas de las puertas.


¿Cuánto tardan en aparecer los síntomas por sífilis?

El periodo de incubación en promedio dura 21 días (rango entre 9 y 90 días).


¿Cuáles son los síntomas de la sífilis?

La sífilis es llamada “la gran imitadora” porque tiene muchos síntomas posibles y algunos de estos se parecen a los síntomas de otras enfermedades. Hasta la mitad de los pacientes infectados no desarrollarán síntomas y serán solo diagnosticados mediante pruebas de laboratorio.

Los síntomas en los adultos se dividen en fases. Estas fases son sífilis primaria, secundaria, latente y terciaria.

La sífilis primaria se manifiesta generalmente por una única úlcera (chancro, Figura 2) indolora, indurada, de base limpia, bordes firmes y elevados, en el lugar de la inoculación, generalmente en el pene, vulva, cuello del útero, ano. Se acompaña de aumento de los ganglios linfáticos, no doloroso y no supurativo. El chancro primario puede pasar desapercibido, ya que cicatriza entre 1 a 8 semanas sin tratamiento. Otras manifestaciones atípicas incluyen chancros múltiples, dolorosos, destructivos, habitualmente extragenitales (oral lo más frecuente), y en ocasiones sin chancro, como en la balanitis sifilítica de Follmann (Figura 3).

Si no se la trata, la enfermedad progresa a la etapa secundaria que comienza entre 2 y 8 semanas después de la aparición del chancro inicial y puede causar erupciones cutáneas, fiebre y ganglios linfáticos aumentados de tamaño. La erupción cutánea de la sífilis secundaria puede ser muy diversa y puede imitar otros trastornos infecciosos o no infecciosos, pero afecta de manera característica con lesiones maculares, maculopapulares en el tronco, palmas de las manos y plantas de los pies, aparecen aproximadamente en el 60-80% de los pacientes (Figura 4). La erupción cutánea es con frecuencia simétrica y no causa escozor, pero puede tener varias manifestaciones y puede ser lo bastante pequeña como para pasar desapercibida. En las áreas del cuerpo calientes y húmedas, como el ano y los labios vulvares, aparecen lesiones blancas o grises sobreelevadas como consecuencia de la diseminación de los treponemas procedentes de la lesión primaria. En cavidad oral, en lengua pueden aparecer zonas depapiladas, denominándose lengua en prado segado y placas blanquecinas, denominadas placas opalinas (Figura 5). En el cuero cabelludo se presentan zonas de alopecia, denominada alopecia apolillada. En esta etapa puede estar afectado cualquier órgano y aparecer glomerulonefritis, hepatitis, sinovitis, osteítis, uveítis y otros. Los signos y síntomas de la sífilis secundaria se resuelven espontáneamente, incluso sin tratamiento, pero si no se trata al paciente este pasa a la etapa latente.

En la etapa latente, que puede durar años, las bacterias continúan estando presentes en el organismo, pero no hay ningún signo ni síntoma. En este periodo el diagnóstico de la sífilis solo se puede hacer mediante pruebas de laboratorio. La mayoría de los pacientes continúan en la etapa latente si no reciben tratamiento, pero alrededor de un 25% presentan una sífilis terciaria.

La etapa terciaria inicia de 20-40 años después de la infección inicial. Las manifestaciones principales de la sífilis terciaria son la enfermedad neurológica (neurosífilis), las enfermedades cardiovasculares (cardiosífilis) y los granulomas (lesiones gomosas o goma sifilítica). La sífilis terciaria puede afectar a cualquier órgano del cuerpo hasta 30 años o más después de la infección y puede resultar mortal. Algunos de los problemas son:

  • Trastornos oculares.

  • Cardiopatías.

  • Lesiones cerebrales.

  • Lesiones en la médula espinal.

  • Pérdida de coordinación de las extremidades.

  • Aneurisma sifilítico o luético.

  • Goma sifilítico o sifiloma.

La neurosífilis puede aparecer en cualquier etapa de la infección sifilítica, incluso en los primeros meses. Las manifestaciones neurológicas iniciales consisten en alteraciones agudas del estado mental, meningitis (inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal), accidente cerebrovascular, disfunción de pares craneales, y anomalías auditivas, oftálmicas y oculares.

La cardiosífilis se manifiesta como aortitis y formación de un aneurisma, habitualmente en la aorta ascendente con afectación valvular cardíaca.

Por último, existe la sífilis congénita, que es aquella que ocurre cuando se infecta el feto dentro del útero de la madre, en la mayoría de los casos debido a una sífilis no tratada, y suele ocurrir durante los estadios primarios de la infección. La transmisión al feto ocurre normalmente a través de la placenta, pero también puede ocurrir durante el parto, debido a lesiones genitales de la madre. El riesgo de la transmisión vertical es del 70-100% en el caso de la sífilis primaria, del 40% en el periodo de latencia y del 10% en la sífilis terciaria o tardía. Las manifestaciones clínicas de este tipo serán similares a la de la sífilis secundaria en los adultos y destacan linfoadenopatías, rash maculopapular, hepatoesplenomegalia, glomerulonefritis, alteraciones óseas (tibia, manos, pies, clavículas, dientes, huesos del cráneo), alteraciones en el sistema nervioso. Es importante tener en cuenta la triada de Hutchison, que consiste en sordera, incisivos en forma de destornillador y/o molares en forma de mora (Figura 5) y queratitis ocular intersticial.


¿Qué factores incrementan el riesgo de padecer sífilis?

Usted tiene mayor probabilidad de presentar esta infección si:

    • Tiene múltiples compañeros sexuales.

    • Tiene un compañero con antecedentes de cualquier enfermedad de transmisión sexual.

    • Eres un hombre que tiene sexo con hombres.

    • No utiliza condón durante las relaciones sexuales.

    • Relaciones de alto riesgo (sexoservidoras).

    • Consume alcohol o drogas ilícitas en exceso.


¿Qué complicaciones puede presentar la sífilis?

Sin tratamiento adecuado la sífilis puede causar:

  • Ulceraciones en la piel.

  • Problemas circulatorios (aneurismas aórticos, lesión válvulas cardíacas) .

  • Ceguera.

  • Parálisis.

  • Demencia.

  • Trastornos neurológicos.

  • Muerte.


¿Cómo se diagnostica la sífilis?

El interrogatorio y el examen físico constituyen la base para el diagnóstico. Se sospecha sífilis primaria en las personas que presentan un chancro característico en pene, vagina, ano o boca (Figura1 y 5). Se sospecha sífilis secundaria cuando se presenta una erupción cutánea característica en las palmas de las manos y en las plantas de los pies (Figura 4). Debido a que la sífilis puede causar una amplia gama de síntomas durante sus diversas etapas, los médicos pueden comprobar si la persona padece esta infección durante su examen por cualquiera de sus posibles síntomas, incluyendo problemas de visión. El diagnóstico se confirma mediante el análisis de una muestra de sangre, líquido de una úlcera o líquido cefalorraquídeo.

Se necesitan pruebas de laboratorio para confirmar el diagnóstico. Existen dos tipos de análisis de sangre:

  • Primero se suele llevar a cabo una prueba de detección, como la del Laboratorio de Investigación de Enfermedades Venéreas (Venereal Disease Research Laboratory, VDRL) o la prueba de la reagina plasmática rápida (RPR). Estas pruebas se denominan pruebas no treponémicas porque no detectan directamente las bacterias que causan la sífilis (treponema) o los anticuerpos producidos en respuesta a estas bacterias. Las pruebas de cribado son baratas y fáciles de realizar, pero pueden dar un resultado negativo entre 3 y 6 semanas después de la infección inicial, aunque la sífilis esté presente. Estos resultados se denominan negativos falsos. Si los resultados de una prueba de detección son negativos pero los médicos creen que la sífilis primaria es probable, se puede repetir la prueba al cabo de 6 semanas.

  • La prueba de confirmación se realiza en todos las personas en las que el resultado de la prueba de detección fue positivo. Estos análisis de sangre miden los anticuerpos que se producen específicamente en respuesta a la bacteria que causa la sífilis (a veces llamados treponemal tests).

Tradicionalmente, las pruebas de detección se realizan primero y los resultados positivos se confirman con una prueba confirmatoria (treponémica).

Si los resultados de las pruebas son positivos, los médicos pueden preguntar a la persona acerca de sus antiguas parejas sexuales, los resultados de pruebas de laboratorio anteriores y los tratamientos recibidos con anterioridad, para ayudar a determinar si la persona sufre actualmente sífilis o la ha sufrido en el pasado.

Los resultados de las pruebas de detección pueden llegar a ser negativos (lentamente, después de meses o de varios años) tras un tratamiento satisfactorio, pero los de las pruebas de confirmación por lo general serán siempre positivos.

En las fases primaria o secundaria, la sífilis también se puede diagnosticar usando un microscopio de campo oscuro. Se obtiene una muestra de una úlcera de la piel o de un ganglio linfático y se examina utilizando un microscopio óptico especialmente equipado. Las bacterias aparecerán brillantes sobre un fondo oscuro, lo que facilita su identificación (Figura 6).

En la fase latente, la sífilis se diagnostica mediante los mismos análisis de sangre (treponémicos y no treponémicos). Los médicos también tratan de determinar si la sífilis se encuentra en etapa de sífilis latente temprana o sífilis latente tardía, para lo cual se basan en los resultados de su evaluación, incluyendo un examen físico exhaustivo y una revisión de los resultados de las pruebas anteriores.

En la fase terciaria, el diagnóstico se basa en los síntomas y en el resultado de los análisis de anticuerpos. Según el tipo de síntomas presentes, se efectúan otras pruebas.

Si se sospecha neurosífilis, independientemente de la etapa de la sífilis, es necesario efectuar una punción lumbar para obtener líquido cefalorraquídeo, que se analizará para detectar anticuerpos contra la bacteria.

Las personas con sífilis también deben someterse a pruebas para detectar otras posibles enfermedades de transmisión sexual (ETS), incluida la infección por el VIH.


¿Cómo se trata la sífilis?

El tratamiento para la sífilis dependerá de la etapa en la que se encuentre. Deberán administrarse antibióticos tomando en consideración el tiempo de evolución de la enfermedad, órganos afectados y antecedentes de alergias. En algunos países han sido reportados casos de sífilis resistente a antibióticos. El feto también puede curarse fácilmente con el tratamiento, y el riesgo de resultados adversos en el feto es mínimo si la madre recibe un tratamiento adecuado durante la fase inicial del embarazo (de ser posible, antes del segundo trimestre).

El primer día que recibes tratamiento puedes experimentar lo que se conoce como la reacción Jarisch-Herxheimer. Los signos y síntomas incluyen fiebre, escalofríos, náuseas, dolores y dolor de cabeza. Esta reacción generalmente no dura más de un día y no debe ser confundida con una reacción alérgica al antibiótico.

Deberán hacerse análisis de sangre y exámenes periódicos para asegurarse de que se está respondiendo al tratamiento. El seguimiento específico dependerá de la etapa de la sífilis que se diagnostique. Es importante mencionar que el tratamiento no revertirá ningún daño que la infección ya haya causado.


¿Puedo contraer sífilis nuevamente si ya recibí tratamiento?

El hecho de que hayas tenido sífilis una vez, no te protege de tenerla de nuevo. Aún después de haber sido tratado de manera exitosa, puedes volver a infectarte. Solamente las pruebas de laboratorio pueden confirmar si tienes sífilis. Se recomiendan las pruebas de seguimiento para asegurarse de que tu tratamiento haya sido eficaz.

Debido a que las úlceras por sífilis se pueden ocultar en la vagina, el ano, pene o la boca, es posible que no sea evidente si una pareja sexual tiene sífilis. A menos que sepas que sus parejas sexuales han sido evaluadas y tratadas, puedes estar en riesgo de contraer sífilis otra vez de una pareja que no haya recibido tratamiento.


¿Cómo prevenir la sífilis?

Para evitar la transmisión de la sífilis puedes hacer lo siguiente:

    • La abstinencia es el único método absoluto de prevención de la sífilis.

    • Uso habitual y correcto del preservativo.

    • Evitar prácticas sexuales de riesgo tales como cambiar a menudo de pareja sexual o mantener relaciones sexuales con prostitutas o con personas que tengan otras parejas sexuales.

    • Rápido diagnóstico y tratamiento de la infección (para evitar contagiar a otras personas)

    • Identificación de los contactos sexuales con personas infectadas, seguida por el asesoramiento o el tratamiento de estos contactos.

Treponema pallidum

Firuga 1: Treponema pallidum.

Figura 2: Chancro sifilítico.

Figura 3: Balanitis de Follmann.

Figura 4: Lesiones por sífilis en piel.

Figura 5: Lesiones por sífilis en boca.

Dientes en destornillador

Figura 5: Sífilis congénita.

Figura 6: Microscopío de campo obscuro.