Convivencia escolar y cultura de la paz
En su diaria convivencia con los demás, el hombre ha comprendido la necesidad de establecer y practicar reglas que regulen sus propios intereses, y los de su comunidad. Ha creado normas de conducta que se refieren a aspectos morales, religiosos, sociales y jurídicos.
La familia y la escuela juegan un papel muy importante, pues, el individuo, desde su etapa infantil, recibe innumerables normas de conducta, que favorecen una mejor convivencia y comunicación, toda vez que le proporciona seguridad para desenvolverse socialmente. Adquiere, de esta forma, ciertas responsabilidades como: respetar a los demás, cumplir con las tareas encomendadas, asistir puntualmente a sus clases, entre otras.
En la calle, en el museo, en la tienda, en la biblioteca, a toda hora y, en todas partes, el individuo practica las normas socialmente reconocidas, por lo que, convive mejor con los demás. Sin embargo, las normas se transforman según lo requieran las distintas sociedades; estos cambios pueden darse por una diversidad de factores: desde los económicos hasta los tecnológicos y científicos. Por eso, las normas no pierden su vigencia como elementos imprescindibles de convivencia humana porque al cambiar las necesidades de una sociedad, aquellas cambian su contenido y se ajustan a los nuevos requerimientos sociales.
Ahora bien, las normas no son reglas frías, formales y mecánicas que un individuo debe practicar para vivir en sociedad. Ellas derivan de sentimientos internos, de principios y valores que cada grupo humano ha hecho suyos puesto que le han permitido enfrentarse a su realidad. Los valores tienen las peculiaridades de la sociedad en la que existen, además de que orientan la creación de todo tipo de reglas, normas y principios. En muchas épocas en distintos grupos humanos se ha luchado por el respeto de ciertos valores pero el contenido de éstos varía según su momento histórico y su espacio geográfico. No puede concebirse una sociedad en la que no existan normas que regulen la conducta ni valores que orienten la creación de éstas. Mas, tal afirmación no implica que dichas normas y valores tengan un carácter universal.
En la II Reunión Intergubernamental del Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe (PRELAC), los ministros de Educación de la región reconocieron que una educación de calidad sin discriminación de ninguna naturaleza implica transitar hacia un enfoque que considere la diversidad de identidades, necesidades y capacidades de las personas. Este enfoque también debe favorecer un clima escolar que propicie la integración, el respeto mutuo y la solución pacífica de conflictos, a través del diálogo entre los diferentes actores de la comunidad educativa.
La educación para la paz, bandera que la UNESCO ha hecho suya desde su origen, es parte esencial de una educación de calidad para todos. Es un cauce para el diálogo, ya que puede crear conciencia y promover la comprensión de los derechos humanos esenciales, el respeto por el “otro” y los conocimientos especializados para crear y mantener una cultura de paz.
La OREALC/UNESCO Santiago, a través de su Programa Regional de Estadísticas Educativas, y con el fin de dar seguimiento a la sItuación educativa de los países de la región, ha desarrollado una propuesta metodológica para evaluar el grado en que los países han avanzado en el logro de una Educación de Calidad para Todos. El enfoque de este trabajo incluye dos dimensiones de análisis fundamentales referidas al sentido (el para qué) y los contenidos (el qué); y a las modalidades (el cómo) de la educación, es decir, dos de las dimensiones con las cuales se intenta medir la calidad de la educación: la relevancia y la pertinencia.
Desde estas dimensiones, se han definido variables, indicadores y descriptores relacionados con “aprender a vivir juntos”, el respeto y valoración de la diversidad y la participación de todos, basados principalmente en el análisis curricular y en la normativa vigente. Se hace necesario enfocar la mirada sobre estas dimensiones de manera más específica, lo que obliga a acotar y enmarcar las líneas de trabajo hacia la definición de los niveles de aplicación y la adecuación de la propuesta en el marco general de calidad de la educación.
Valores de la Convivencia en la Comunidad Internacional actual
El mundo en que le ha correspondido vivir al niño y al adolescente de hoy se ve enfrentado a muy difíciles momentos para la convivencia entre los seres humanos. La violencia ha desencadenado muerte, dolor y desamparo para muchos inocentes.
Estas generaciones de niños y jóvenes han crecido ante muestras frecuentes del predominio de la ley del mas fuerte o ante quienes se manejan sobre la base de la premisa de que “el fin justifica los medios.”
Para ello, algunos botones de muestra:
1) Los atentados terroristas a las Torres Gemelas de Nueva York, en donde se asesina a miles de seres humanos de diversas condiciones (victimas pasajeros de las aeronaves siniestradas y de los edificios).
2) La acción de un ejercito de ocupación que atenta en contra de todas las resoluciones existentes en la Organización de las Naciones Unidades, como es el caso de los israelíes en Palestina, en donde nuevamente mueren victimas inocentes.
3) La inestabilidad política en algunos países de América Latina. Producto de esta larga recesion internacional, las condiciones de vida de los pueblos decrecen. Con mayor razón se ven afectadas las regiones de mayores nivel de subdesarrollo y dependencia. Ese es el caso de nuestro continente. Los índices de cesantía, pobreza y marginalidad se agudizan en condiciones adversas como las actuales. Pérdida de confianza en las justicia. Frente a esta coyuntura, surgen las protestas de diversos sectores pidiendo a las autoridades resolución a conflictos sociales muchas veces endémicos. Protestas en las que la vida y todos los derechos humanos se resquebrajan. Protestantes y autoridades hacen uso de métodos espurios que conllevan serias dosis de violencia y de irrespeto a los valores mas esenciales.
En los tres casos, sabemos que hay problemas de fondo. Hay asuntos pendientes por resolver. Hay conflictos de intereses políticos, religiosos y económicos. En los tres casos ejemplificados, las sociedades no han sido capaces de resolver pacíficamente sus problemas. Son situaciones extremas que ponen en evidencia la necesidad de fortalecer los valores que sustentan nuestra vida en común. Constituyen, en consecuencia, valiosas instancias de aprendizaje y formación para nuestros estudiantes.
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Valores de la Convivencia en la Comunidad nacional actual
Desde la asunción de los gobiernos democráticos en Chile, a partir de marzo de 1990, las diversas autoridades políticas y educacionales del país realizaron intensos llamados a ajustar el currículo escolar a los nuevos espacios democráticos y democratizadores que paulatinamente recuperaba la ciudadanía.
La plena vigencia de las garantías constitucionales, avaladas por el Estado de derecho, particularmente expresadas en el derecho a votar y a expresar libremente las ideas, llevaba a que el sistema escolar debía brindar una instancia formativa democrática y participativa sólida a los futuros ciudadanos ( mayores de 18 años). Para ello, se partía de la premisa de la existencia de un país dividido políticamente y que a lo largo de varios decenios no había sabido resolver sus conflictos. Las autoridades educacionales expresaban su preocupación por los problemas de convivencia y situaciones de discriminación o de abuso que tenían lugar en diversos aspectos del sistema escolar. Se señalaba expresaba que una de las tareas del Estado de Chile, y en particular del Ministerio de Educación, era “promover y garantizar que los derechos consagrados en nuestra Carta Fundamental y en las Convenciones Internacionales de las cuales Chile es suscriptor, sean respetados, y en especial el derecho a la educación de los niños, niñas y jóvenes, consagrado en el Artículo 19, Nº 10 de la Constitución.” En consecuencia, el Ministerio se sentía llamado a reforzar aquellos aspectos ligados a la promoción de una sociedad democrática que creciera y se desarrollara en justicia social y, particularmente, advertía la necesidad de impulsar políticas públicas encaminadas a promover una buena convivencia y a erradicar prácticas discriminatorias o abusivas de los establecimientos escolares, para así asegurar el pleno respeto de los derechos de todas las personas. Con dicho propósito llamó a diversas instancia a debatir estas temáticas, como lo fueron parlamentarios, representantes de la UNICEF, dirigentes de asociaciones de establecimientos particulares subvencionados, dirigente de la Sociedad de Instrucción Primaria, dirigentes de la Asociación Chilena de Municipios, del Colegio de Profesores, representantes de la FESES y Parlamento Juvenil, de asociaciones de padres y de la Asociación de Directores. La Secretaría Técnica de esta comisión fue realizada por la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales. Las conclusiones de este trabajo, expresadas en documento sintetizado en los anexos, “se analizaron problemas complejos y de difícil solución. Al considerar los puntos de vista de los demás, frecuentemente los participantes cambiaron de opinión y se produjeron una serie de consensos de gran valor. Las diferencias que subsisten pudieron ser mejor identificadas y delimitadas, quedando en evidencia que son muchos más los aspectos comunes y los puntos de vista compartidos. Dada la riqueza que tuvo este diálogo, todos los participantes hemos querido reflejar en un documento las ideas expresadas y los compromisos adquiridos, con el propósito de orientar a quienes tienen la delicada responsabilidad de educar a los niños y niñas de Chile.”
Lo anterior llevó a las autoridades ministeriales a hacer un llamado a los diferentes centros educacionales del país a generar sus propios reglamentos de normas de convivencia, con participación del tridente educativo (Educadores, Alumnos y Padres), en que las partes se escucharan y propusieran, a través de los métodos más participativos posibles, normas que aportara al crecimiento de estas generaciones.
AQUIIIIIIIIII VOYYYYYY
REGLAMENTOS DE NORMAS DE CONVIVIENCIA
EN LOS CENTROS EDUCATIVOS