Tema # 4 -SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN
PROPÓSITO: Profundizar en el Sacramento de la Reconciliación como expresión del amor, acogida y perdón que Dios da al ser humano.
LA RECONCILIACIÓN, UNA HERMOSA EXPERIENCIA DE PERDÓN
¿Qué nos dice la doctrina de la Iglesia Católica?
Dios creó al hombre libre y le dio la potestad de elegir entre el bien y el mal. El hombre comete pecado cuando, actuando consciente y libremente, atenta contra el amor de Dios y el amor a sus semejantes. Por tanto, para que exista pecado debe haber: conocimiento de lo que se hace; libertad plena para realizarlo; algo que atente contra Dios o los hermanos.
Jesús, durante su vida pública, perdonó los pecados a todos aquellos que se presentaban ante él con fe y con arrepentimiento. Después de su resurrección concedió a los Apóstoles y a sus sucesores el poder de perdonar los pecados.
Quien se acerca a recibir el perdón debe reconocer ante sí y ante Dios las faltas cometidas, arrepentirse de lo que se ha hecho mal y hacer propósito de enmienda, es decir, reparar el daño causado. Seguidamente viene la confesión personal, que se realiza ante un sacerdote que representa a Cristo y a la Iglesia. El pecado es un mal hecho a Dios y a la comunidad de creyentes y su confesión se hace ante aquel a quien Cristo dio potestad para perdonar y representar a la comunidad. El sacerdote, en nombre de Cristo, acoge a quien se siente pecador, como el padre recibe al hijo pródigo que reconoce su culpa y vuelve a la casa paterna.
El Sacramento del Perdón se celebra mediante un encuentro reconciliador entre el penitente y el sacerdote. Este encuentro debe ser humano, es decir, de diálogo y convivencia entre ambos. Para ello el penitente debe presentarse sincero ante Dios, lo cual no es tarea fácil para él, y necesita encontrar como el sacerdote alguien capaz de situarles ante su propia realidad y ante Dios, y pueda decir seriamente: ¡He pecado!
La Iglesia para celebrar el perdón nos pide: