El crimen de la pirindola

El crimen de la pirindola es un cortometraje español dirigido, producido y guionizado por Adolfo Arrieta en 1965 con una duración de aproximadamente 18 minutos. Adolfo Arrieta también se ocupa de la fotografía. La música es obra de Fernando Bergamín y Adolfo Arrieta. Esta obra fue interpretado por Javier Grandes y Adolfo Arrieta.

El corto es un subversivo retrato de la burguesía madrileña en la dictadura a través de la que se acaba filtrando una historia criminal. En él un niño juega con un trompo en lugar de hacer su tarea y fantasea acerca de su hermano y la novia de su hermano. El chico observa, incansablemente, la danza de una peonza a la que hace girar una y otra vez. Lo que empieza como el diario de un adolescente aburrido, entre las dos etapas fundamentales de su vida, finalmente se metamorfosea en una pieza onírica. 

Adolfo Arrieta es uno de los más sorprendentes y arriesgados cultivadores del cine independiente español, aunque la mayor parte de su obra haya sido realizada en Francia.