"España merece ser visitada"
España no formaba parte de la ruta clásica del Grand Tour. No obstante, existe un impresionante número de relatos de viajes por la España ilustrada. Sus autores venían de diferentes países de Europa, del norte de África y de América. Dejaron constancia de sus viajes ingleses, franceses, alemanes, italianos, holandeses, daneses, suecos, suizos, polacos, rusos, marroquíes, norteamericanos e hispanoamericanos. Sus principales motivos para venir a España fueron diplomáticos, militares, comerciales, científicos y, a veces, la mera curiosidad de conocer un país muy diferente del resto de Europa, impresión acentuada en el siglo siguiente, en la época del Romanticismo.
Los diplomáticos por regla general tenían que estar cerca de la Corte, como se quejaba el pastor Plüer, miembro de la embajada danesa. Sin embargo, el embajador francés Jean-François Bourgoing viajó por todo el país y escribió uno de los más informativos textos sobre España. Entre los militares destacan varios oficiales ingleses, estacionados en Gibraltar (Francis Carter, William Dalrymple, Alexander Jardine). De los relatos de viajes comerciales sobresale el del conde Karl von Zinzendorf, que viajó por España en 1767 con la instrucción de informarse sobre la posibilidad de ampliar las relaciones entre Austria y España. Los científicos fueron sobre todo naturalistas, como el botánico alemán Heinrich Friedrich Link y los suecos Pehr Osbeck y Pehr Löfling (alumnos de Linneo), aunque el más famoso de todos fue el sabio alemán Alexander von Humboldt. Uno de los más atractivos libros de la época traducido enseguida a cinco idiomas es el del curioso alemán Christian August Fischer.
Vista de Barcelona, 1850 (Alfred Guesdon)
Los principales destinos fueron, por un lado, Madrid y los Reales Sitios. Pero también atrajeron a muchos viajeros las plazas mercantiles, como Cádiz, Barcelona y Valencia. Finalmente se visitan algunas ciudades particularmente pintorescas, como Granada. En general, los viajeros dieron cuenta, al margen de sus misiones específicas, de los progresos de las reformas ilustradas, tanto en materia de economía (infraestructuras, industrias) como en el mundo de las letras y las ciencias (botánica, medicina). Tampoco faltan, finalmente, las alusiones a la sociedad: costumbres y diversiones, entre los cuales destacan los paseos, las tertulias, los juegos, el teatro y la ópera.
Grabado de La Alhambra, Granada,1839