Descripción: El Templo de Debod fue un regalo de Egipto a España (año 1968), en compensación por la ayuda española, tras el llamamiento internacional realizado por la UNESCO para el salvamento de los templos de Nubia (Abu Simbel entre ellos), en peligro de desaparición debido a la construcción de la presa de Asuán. Egipto donó cuatro de los templos salvados a distintas naciones colaboradoras: Dendur a los Estados Unidos (se encuentra actualmente en el Museo Metropolitano de Nueva York), Ellesiya a Italia, Taffa a Holanda y Debod a España.
Palabras clave: templo, arte egipcio, madrid, monumento, arquitectura, histórico, historia, Plaza de España, parque, edificio, edificios, antiguo, legado, templo, templo de debod
Hay una reforma en marcha para que ésta sea la entrada principal al Museo del Prado, con la estatua de Velázquez vigilando la puerta. Está previsto que sea en primavera cuando culminen las obras de la fachada occidental del singular edificio de Juan de Villanueva. La puerta albergará un gran vestíbulo y se cambiará la ruta de circulación de los visitantes por el interior del museo, también motivado por la ampliación hacia el claustro de los Jerónimos acometida por Rafael Moneo.
El friso sobre la Puerta de Velázquez presenta una alegoría del rey Fernando VII como protector de las ciencias, las artes y la técnica, que en figuras simbólicas se presentan ante su regio trono; detrás del rey, clásicos dioses mitológicos (Atenea, Apolo, Mercurio, Neptuno) parecen estar inspirándole aquellas decisiones de protección y progreso. Las columnas son de orden dórico.
Este magnífico edificio recibió en 1962 el galardón de Monumento Nacional. Su diseño se debe al arquitecto Juan de Villanueva, a quien Carlos III ordenó en 1785 la construcción de un gran edificio en el Prado de San Jerónimo destinado al estudio de las ciencias naturales, y que además, fuera capaz de albergar las colecciones de Historia Natural. Su traza es típicamente dieciochesca y conjuga perfectamente la funcionalidad con la elegancia.
Descripción: Situado a la orilla de un pequeño estanque, fue construido en 1887 a instancias del Ministerio de Fomento por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco. Se trataba de un invernadero-estufa que servía de pabellón para albergar una gran muestra de plantas exóticas traídas con motivo de la Exposición General de Filipinas,queaquel año se celebró en Madrid.
Inaugurada el 30 de junio de 1887, la exposición filipina pretendía mostrar a los madrileños la exótica vida cotidiana de aquellas islas, que por entonces seguían siendo colonia española. Para ello, se construyó en el Retiro un auténtico poblado indígena, e incluso se trajo desde la isla de Luzón a buena parte de una tribu de igorrotes, a quienes los madrileños podían ver habitando en sus cabañas de troncos, o navegando con sus piraguas por el estanque del palacio. También se trajeron caimanes, una gran boa, y una completa muestra de su flora, que fue la que se expuso en el palacio.
Acabada la exposición el gobierno decidió conservar el palacio y ha llegado hasta nuestros días como el edificio más bello del Retiro. En la actualidad pertenece al Ministerio de Cultura, quien lo ha dedicado a sala de exposiciones temporales del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Desde el punto de vista de su arquitectura, el Palacio de Cristal se puede considerar como un ejemplo notorio de lo que fue la arquitectura del hierro en España. Velázquez Bosco lo construyó casi en su totalidad con hierro y cristal, imitando las trazas del Crystal Palace de Londres, obra de Joseph Paxton para la Exposición Universal de 1851. Consta de una planta de cruz griega a la que se quitó uno de sus brazos para introducir el pórtico de entrada, de orden jónico. Para la construcción de las bóvedas de cañón y de la cúpula acristalada de cuatro paños contó con la colaboración del arquitecto e ingeniero Alberto del Palacio. Por último, destaca también la decoración de azulejos realizada por Daniel Zuloaga.
Palabras clave: Centro, Parques, Jardines, Madrid, Palacios , Velázquez Bosco, Invernadero, Plantas exóticas, Joseph Pastón, Alberto del Palacio, Daniel Zuloaga , decoración de azulejos, turismo en Madrid, España.
Descripción: Foto del Manzanares hecha desde el Puente de la Reina Victoria.
El río Manzanares nace a más de 2.000 metros de altitud, cerca del Ventisquero de la Condesa, y durante aproximadamente 16 kilómetros discurre por la compleja sucesión de gargantas, remansos, saltos, fuentes y demás accidentes propios del tramo de alta montaña. Luego, el Manzanares modera su pendiente, al mismo tiempo que entra en contacto con las zonas pobladas, desembocando en el río Jarama, en el término municipal de Rivas Vaciamadrid.
Palabras clave: politica, monumento, edificio, congreso, congreso de los diputados, fachada, arquitectura, arquitectonico, constitucion, constitucional, escultura, leon, madrid
En todas las referencias que he encontrado en internet a esta fotografía la vinculan con un ángel caído. Madrid ya es famosa por ser la ciudad que tiene un monumento al demonio: el ángel caído. Pues también cogerá fama por tener al ángel estrellado. En la calle Mayor y a escasos metros de la Puerta del Sol podemos observar en una azotea esta imagen a la que la gente, comunmente llama el Angel Estrellado.
Vía Es Madrid, no Madriz nos llega esto: «Se encuentra en lo alto de un edificio de la calle de los Milaneses, es una estatua de bronce de más de 300 kilos obra del escultor Miguel Ángel Ruiz. Fue colocada ahí por deseo de los propietarios del edificio. Pese a que todo el mundo dice que es un ángel caído, el verdadero nombre de la estatua es: Accidente Aéreo».
Descripción: El «Bosque de los Ausentes» situado en la Chopera del parque del Retiro es un homenaje a todos los fallecidos a causa del terrorismo. Grabado en el lateral de un arroyo que bordea el monumento hay un texto que dice: «En homenaje y agradecimiento a todas las víctimas del terrorismo, cuya memoria permanece viva en nuestra convivencia y la enriquece constantemente. Los ciudadanos de Madrid, 11 de Marzo de 2005».La creación de este «Bosque de los Ausentes», le ha valido recientemente el Premio Alhambra que otorga el Congreso Nacional de Parques y Jardines Públicos.
Los 192 ejemplares de ciprés y olivo permanecen, dentro del Bosque de los Ausentes, en una colina aterrazada, accesible para los peatones y rodeada por una lámina de agua. Para levantar dicha colina, fue necesario aportar unos 17.000 m3 de tierra seleccionada, que permitieron construir una elevación de aproximadamente 3.000 m2 de superficie. Los taludes de la colina fueron «cosidos» con una estructura metálica diseñada específicamente para ello. Esta estructura permite el crecimiento de vegetación sobre ella, condición indispensable para que la colina permanezca totalmente ajardinada y soporte 170 cipreses y 22 olivos.
La Puerta de Alcalá es un monumento que se halla en la plaza de la Independencia de Madrid (España), en pleno centro de la ciudad, a dos pasos de la llamada Puerta de España, entrada principal a los jardines del Retiro. La plaza está situada en la calle de Alcalá y de ella nacen las calles de Alfonso XII, Serrano y Olózaga. El nombre del monumento proviene de la anterior salida de Madrid hacia Alcalá de Henares.
La Puerta de Alcalá fue mandada construir por el rey Carlos III, con el fin de sustituir a otra que había anteriormente en estado ruinoso, formada por dos torrecillas. El ingeniero arquitecto que la construyó fue Francesco Sabatini.
La obra se inauguró en 1778, no como monumento, sino como auténtica puerta, en sustitución de la otra nombrada anteriormente. A un lado y a otro seguía existiendo la cerca que protegía la ciudad por el este y que seguiría en pie hasta 1869, año en que se remodeló la actual plaza llamada "Plaza de la Independencia".
Consta de 5 vanos, 3 con arco de medio punto y 2 con arco adintelado. En cada uno de los vanos había una reja (verdaderas puertas), que se cerraban todos los días al atardecer. En el centro, en el ático, hay una inscripción que dice en italiano: Rege Carolo III. Anno MDCCLXXVIII. Lo habitual hubiera sido encontrarlo en latín o en español. Sucedió porque Sabatini utilizó su lengua materna, nadie se dio cuenta de ello y quedó así finalmente. Un poco más arriba puede verse el escudo de armas sostenido por la Fama y un genio. Está construida en piedra caliza de Colmenar (Madrid) sobre un fondo de piedra berroqueña.
Foto tomada el Día Mundial del Agua 2007. Lo llamativo es que se ha instalado un vaso gigante,con pajita y todo, en plena Puerta de Alcalá para celebrar el día del agua.
Día Mundial del Agua, cada gota es importante
Los servicios municipales han logrado ahorrar cerca de 6 millones de metros cúbicos de agua potable desde 2005. El Ayuntamiento ha asumido compromisos a largo plazo entre los que destacan la aprobación del Plan de Gestión de la Demanda del Agua (2005-2011), que tiene como objetivo reducir en un 12% el consumo de agua potable y la Ordenanza del Agua.
Desde 2003 el agua regenerada para riego de parques y baldeo de calles se ha incrementado en un 393%, pasando de 912.070 m3 en aquel año a los 4.500.000 m3 previstos en 2007.
La ‘M-40 del Agua’, red subterránea de 108 kilómetros para agua regenerada que circunvalará la ciudad, permitirá, una vez concluida, un ahorro anual de agua potable de 21,7 hm³.
Esta prevista la construcción de 20 pozos para aprovechar el agua de infiltración de la red de Metro. Hasta el momento se han ejecutado y puesto en servicio 4: Batán, Príncipe Pío, Antonio Machado y Congosto.
Descripción: panorámica de la fuente de Neptuno y del hotel Palace.
Diseñada en 1782 por Ventura Rodríguez para el Salón del Prado, junto con «La Cibeles» y la fuente de «Apolo y las Cuatro Estaciones». El proyecto (1780-84) fue realizado en marmol blanco por Juan Pascual de Mena.
La ubicación original de esta fuente fue en un extremo del Prado de Apolo, enfrentada a la de Cibeles. Fue en 1898 cuando se trasladó al lugar que ocupa ahora, en la plaza de Canovas del Castillo.
Lugar emblemático de Madrid, donde los hinchas del Atletí («Atlético de Madrid») celebran sus victorias.
Palabras clave: dios, neptuno, pilon, pilón, mares, culebra, serpiente, tridente, pez, agua, marina, Carlos III, atlético de Madrid
Fue en 1901, cuando la reina regente María Cristina convocó un concurso nacional con la finalidad de erigir un monumento a su difunto marido Alfonso XII. El conjunto resultante del concurso se situaría junto al estanque grande en el Parque del Retiro. El ganador fue el arquitecto catalán José Grasés Riera. Su proyecto estaba basado en la creación de un espacio arquitectónico con una gran columnata que rodeara la estatua ecuestre del monarca, y una escalinata que bajara hasta el agua del estanque adornada con leones de piedra yalegorías en bronce.
El 18 de mayo de 1902, al día siguiente de la proclamación de Alfonso XIII como rey de España, se colocó la primera piedra de este monumento que acabó convirtiéndose en un homenaje a la patria personificada por su rey.
Junto a Grasés Riera trabajaron en la obra los más insignes escultores del momento entre los que destacan Mariano Benlliure, a quien se debe la magistral estatua ecuestre del monarca; Miguel Blay, quien realizó el grupo de la paz y los bajorrelieves de las peanas; Aniceto Marinas, quien hizo el grupo de la Libertad; Miguel Ángel Trilles, quien hizo lo propio con el grupo del Progreso, y Cipriano Folgueras, quien esculpió el grupo de la Patria. También son de destacar las aportaciones ornamentales de Lorenzo Coullaut Valera, Antonio Bofill, Joaquín Bilbao, Mateo Inurria, Antonio Alsina, Pedro Estany, o Francisco Escudero, quienes contribuyeron a asegurar el resultado monumental. Fue inaugurado el 3 de julio de 1922.
Noviembre de 2000. Las banderas que ondean en diversos edificios de Madrid también sucumben a los elementos y la polución, así que hay que renovarlas periódicamente. La bandera colocada sobre el tejado de la antigua Estación de Atocha no es una excepción y en esta instantánea los operarios han sido sorprendidos en plena faena de izado. Las enormes quimeras de bronce que custodian esas alturas asisten impávidas a la maniobra.
Palabras clave: estación, Atocha, quimera
Descripción: La Estación de Atocha es la mayor estación de tren de Madrid (España). Está situada en el barrio de Atocha del distrito de Arganzuela, en la Glorieta del Emperador Carlos V. Es punto de llegada y tránsito de las líneas de Cercanías y regionales que llegan a Madrid desde el sur, así como de los trenes de alta velocidad (AVE) de Sevilla y Lérida.La última ampliación y remodelación se realiza entre los años 1985 y 1992 (fecha en la que la antigua estación queda fuera de servicio) y es obra del arquitecto Rafael Moneo.
Palabras clave: estacion de Atocha, ferrocarril, ferrocarriles, estacion, estaciones, cupula, arquitectura, arquitectonico, madrid, vegetacion, jardin
Plaza de Chamberí, Junta Municipal de Distrito de Chamberí, Santa Engracia
Bonita vista desde la entrada por la Puerta de la Independencia.
El Parque del Retiro es uno de los pulmones verdes de Madrid y se encuentra en pleno centro de la ciudad. El origen del parque se remonta al reinado de Felipe II y son los posteriores monarcas quienes van configurando el jardín que hoy conocemos. Con Isabel II se finalizan los diseños de jardines y se trazan paseos como el de las estatuas, hoy llamado Paseo de la Argentina.
El parque cuenta con diversas esculturas que lo convierten en un auténtico museo al aire libre, destaca la existencia de un monumento dedicado al Diablo, como es el Ángel Caído de Ricardo Bellver. Es de gran belleza el monumento al general Martínez Campos, obra de Mariano Benlliure.
Dentro del parque destacan el Jardín de Vivaces, los Jardines de don Cecilio Rodríguez, la Rosaleda, los Jardines del Arquitecto Herrero Palacios, el Parterre Francés con el conocido Ciprés Calvo o el Estanque Grande.
El estanque es el eje del parque y se puede practicar el remo o alquilar una barca. Junto a la puerta de Atocha se encuentra el Observatorio Astronómico. En las inmediaciones del estanque está la estatua ecuestre de Alfonso XII.
El Retiro, es el parque de carácter histórico-artístico más importante de la ciudad con una extensión de 120 hectáreas y unos 15.000 árboles, entre ellos castaños de Indias, cerezos, acacias, plátanos, abedules, robles, cipreses, fresnos, cedros y olivos.
El Palacio de Cristal fue edificado en el siglo XIX con predominio del cristal. El Palacio de Velázquez se encuentra en las cercanías del Palacio de Cristal, está especializado en exposiciones de arte moderno y contemporáneo. Ha sido elegido junto al Palacio de Cristal para ser convertido en Centro Nacional de Exposiciones. Es un edificio lleno de detalles dignos de ver. El tercer recinto dentro del parque es la Casa de Vacas, también utilizado para albergar numerosas exposiciones.
Descripcion: Bajo el reinado de Carlos III, en 1767, el Conde de Aranda encargó el diseño del Salón del Prado (que incluía nuestra querida fuente) a José de Hermosilla, aunque fue finalmente Ventura Rodríguez quien ejecutaría este proyecto.
La fuente de la Cibeles se instaló en 1782 en el Paseo de Recoletos, junto al Palacio de Buenavista, orientada hacia el Paseo del Prado, de cara a la de Neptuno. Los encargados de su realización fueron Francisco Gutiérrez, Roberto de Michel y el adornista Miguel Ximénez. Toda la fuente fue esculpida en mármol cárdeno del pueblo de Mostesclaros (Toledo), de acuerdo con el dibujo de Ventura Rodríguez.
Palabras Clave: Diosa, Cibeles, fuente, plaza, Carlos III, Conde de Aranda, Salón del Prado, Recoletos, Ventura Rodríguez, Francisco Gutiérrez, Roberto de Michel, Miguel Ximénez
Detalle de la fachada norte del Palacio Real, donde se puede apreciar con detalle el escudo que adorna la balaustrada y la cúpula de la Capilla Real. La foto está hecha desde los Jardines de Sabatini.
Datos de la Real Capilla
La Real Capilla está situada en el lado norte del Palacio de Oriente y tiene su acceso desde la galería que rodea el patio central.
En el proyecto original del Palacio Real realizado por Sachetti en 1737 la Real Capilla se encontraba situada sobre lo que hoy es el Salón de Alabarderos. En 1742 Sachetti trasladó la ubicación de la Capilla al centro del lado norte, pero Fernando VI se decantó definitivamente por el proyecto realizado en 1749 por Ventura Rodríguez, que entonces trabajaba como ayudante de Sachetti. Curiosamente ese mismo año Ventura Rodríguez comenzó la construcción de la Iglesia parroquial de San Marcos en la calle de San Leonardo, y su proyecto presentaba no pocas semejanzas con el de la Real Capilla.
La real Capilla fue construida entre 1750 y 1752, si bien los trabajos de decoración, pinturas y frescos se prolongaron hasta 1757. Cuando Carlos III vino a España en 1759, la Capilla era la única estancia del palacio que estaba terminada.
La planta es central o elíptica y notablemente irregular. Así, por los lados este y oeste la elipse se prolonga a través de sendos brazos, de pequeñas dimensiones, que se rematan con bóvedas abocinadas. Igualmente, por el lado sur se prolonga con un atrio oval de notables dimensiones que se remata con una bóveda elíptica. La capilla está coronada por una cúpula de media naranja sostenida por un tambor que descansa sobre las pechinas que forman los grandes arcos de la capilla. Por último, 16 columnas de mármol negro de una sola pieza, coronadas con capiteles en estuco dorado, están adosadas a cada uno de los ángulos que describen la planta, salvo el atrio que presenta pilastras negras que imitan el mármol.
En cuanto a la distribución interior de la capilla, en el brazo este se encuentra el altar mayor realizado en mármol; en el lado norte, frente a la entrada, el altar del evangelio; en el brazo oeste se encuentra el órgano, y el atrio es el vestíbulo. El sitial de los soberanos se encuentra en el lado norte, próximo al altar mayor.
Las decoraciones de Corrado Giaquinto
El pintor de cámara Corrado Giaquinto (Malfetta, 1703 – Nápoles, 1766) fue el encargado de diseñar y dirigir los trabajos de las decoraciones de la Real Capilla, como también lo hacía en la escalera principal y en el Salón de Columnas. Además, el propio Giaquinto pintó los frescos de la capilla y del atrio. Así, en la bóveda del atrio pintó al apóstol Santiago en la batalla de Clavijo; en la cúpula central La Coronación de la Virgen; sobre el coro Las tres virtudes teologales; sobre el presbiterio La Trinidad con Cristo muerto; y en las pechinas pintó a San Isidro Labrador, Santa María de la Cabeza, San Isidoro y San Hermenegildo.
En la realización de los estucos y de la estatuaria trabajaron los mejores escultores y modeladores de la época, como los estuquistas Giambattista Andreoli, Manuel Álvarez, Juan de León, Felipe de Castro, Roberto Michel, Domenico Olivieri, Rusca y Esteban de Agreda. Así, los ángeles del tambor fueron realizados por Felipe de Castro; los querubines de las pechinas por Rusca; el grupo de ángeles que adornan la eucaristía fueron realizados por Olivieri; los ángeles que se encuentran en los laterales del altar mayor y portan sendas lámparas de bronce por Esteban de Agreda; y, por último, las estatuas de yeso de los evangelistas que se encuentran en el atrio fueron realizadas por José Ginés, a un tamaño mayor que el natural.
Sobre el altar mayor hay un cuadro de El arcángel San Miguel, obra de Francisco Bayeu, y es una copia del que realizó Lucas Jordán. Precisamente San Miguel es el patrón de la Real Capilla. Debajo del altar del evangelio se encuentran las reliquias de San Felix, y encima el cuadro de la Anunciación de Antonio Rafael Mengs. A ambos lados de este altar hay dos estatuas de mármol alusivas al Corazón de Jesús y Corazón de María, obra de Juan Sansó.
Otros elementos a destacar son el dosel y los sillones del sitial de los soberanos, pues datan del reinado de Fernando VI y fueron realizados por el bordador de cámara Antonio Gómez de los Ríos. Son de raso blanco con bordaduras de plata y sedas de colores al matiz.
El órgano de la Real Capilla es una extraordinaria obra maestra y en su época constituyó todo un adelanto en la construcción de órganos. Fue realizado en 1778 por el mallorquín Jorge Bosch, y todavía conserva su sonoridad original. Por último, la alfombra de la Real Capilla fue realizada en la Real Fábrica de Tapices en 1858.
Vista de la Catedral de la Almudena desde la Cuesta de la Vega. Se puede divisar en la parte inferior de la fotografía una parte de la Muralla Árabe, y el estado de conservación actual en el que se encuentra.
Catedral de la Almudena
Desde su conquista por Alfonso VI entorno al año 1085 y hasta muy avanzado el siglo XIX, Madrid perteneció en lo eclesiástico al arzobispado de Toledo, lo que motivó que hasta fechas muy tardías la ciudad careciera de catedral.
Finalmente, el 7 de marzo de 1885 el Papa León XIII ordenó la creación de la Diócesis de Madrid-Alcalá, lo que significaba que por fin la Villa tuviera su anhelada Catedral.
Desde el principio, las autoridades eclesiásticas decidieron que ésta debía ser la nueva iglesia que dedicada a Nuestra Señora de la Almudena se estaba construyendo junto a palacio, y cuyas obras habían empezado en 1883 bajo la dirección del arquitecto Francisco de Cubas. No obstante, como sus obras estaban en la fase inicial, se decretó que la Colegiata de San Isidro se convirtiera en catedral provisional mientras se acababa el nuevo templo. Pero no acabaron aquí las dificultades, ya que la envergadura del proyecto de Cubas y la falta de recursos económicos hicieron que las obras se prolongaran durante más de un siglo.
En efecto, el proyecto del marqués de Cubas de realizar una catedral inspirada en los mejores ejemplos del gótico del siglo XII pronto se vio que era irrealizable. De hecho, lo único que se realizó siguiendo el proyecto original fue la cripta neorrománica.
Sobre la cripta, y tras la muerte de Cubas en 1899, los arquitectos que le sucedieron empezaron a construir la catedral simplificando enormemente el proyecto. Aún así, pronto llegó la falta de recursos económicos que hizo que durante años se paralizaran las obras.
Tras este paréntesis, en 1950 el proyecto fue retomado por los arquitectos Fernando Chueca Goitia y Carlos Sidro, quienes dieron un vuelco al primitivo proyecto ideado por el Marqués de Cubas, enmascarando la estructura neogótica con unas fachadas neoclásicas que armonizaran con el Palacio Real. Pero como ya era costumbre, en 1969 volvieron a aparecer problemas económicos que paralizaron las obras hasta 1984, año en que se volvió a retomar, esta vez si, de manera definitiva. Así, tras finalizar las obras el 4 de noviembre de 1992, fue consagrada por el Papa Juan Pablo II el 15 de junio de 1993.
El Palacio de Comunicaciones (denominado también Palacio de Telecomunicaciones y, desde 2011, Palacio de Cibeles) es un conjunto integrado por dos edificios de fachada blanca ubicados en uno de los centros del Madrid histórico. Se erigen en un lateral de la plaza de Cibeles y ocupan alrededor de 30 000 metros cuadrados de lo que fueron los antiguos Jardines del Buen Retiro. La elección del sitio generó cierta polémica en su época por privar a Madrid de un lugar de recreo. La primera piedra del edificio se colocó en el año 1907 y se inauguraría oficialmente el 14 de marzo de 1919, comenzando su funcionamiento como moderna central de distribución de correos, telégrafos y teléfonos. Tras algunas evoluciones arquitectónicas del exterior del edificio —como la ampliación en dos pisos hacia la calle y pasaje de Montalbán— ya en el año 2007 comenzó a albergar las dependencias municipales del Ayuntamiento de Madrid, trasladando sus dependencias desde la Casa de la Villa y Casa de Cisneros, ambas ubicadas en la plaza de la Villa. Esta reforma de comienzos del siglo XXI en el edificio incluyó además un área cultural denominada "CentroCentro".
El conjunto es desde el punto de vista de la arquitectura española uno de los primeros ejemplos de arquitectura modernista, y más representativos, erigidos en el centro de Madrid. De fachada con evocaciones neoplaterescas y barroco salmantino. El edificio, mediante concurso municipal, fue diseñado por los jóvenes arquitectos españoles Antonio Palacios y Joaquín Otamendi como sede para la Sociedad de Correos y Telégrafos de España, estos fueron autores también de los proyectos del puente de Bilbao, casino de Madrid y puente de San Sebastián. Este trabajo fue el inicio de la fulgurante carrera constructiva de ambos arquitectos. Los motivos decorativos de la fachada y del interior fueron realizados por el escultor romántico Ángel García Díaz, colaborador habitual de Antonio Palacios. Uno de los objetivos del diseño era la construcción de «un edificio para el público».
Los edificios, tras su edificación y debido a su funcionamiento normal, fueron acusando poco a poco la modificaciones realizadas, con lo que se realizaron nuevas reformas realizadas para la mejora de los sistemas de comunicación. De esta forma se llevaron a cabo modificaciones en ambos edificios en la década de 1960, dirigidas por Alejandro de la Sota y trabajos de reparación y reformas realizadas entre 1980 y 1992 por Antonio de Sala-Navarro y Reverter. El declive del uso del correo postal a finales del siglo XX fue haciendo poco a poco mella en las funciones del conjunto de edificios, como consecuencia fue perdiendo protagonismo. En 1993 fue declarado Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento. A comienzos del siglo XXI se incorporó al patrimonio municipal y se convirtió en centro cultural y sede del Ayuntamiento de Madrid.
Historia
La plaza de toros de la Puerta de Alcalá, en una vista aérea del Madrid de 1854 dibujada por el grabador, litógrafo y arquitecto francés Alfred Guesdon. Se aprecian, además, el Palacio del Retiro, la puerta de Alcalá. el Real Pósito y la zona de los Jardines del Buen Retiro que albergarán los solares del futuro Palacio de Comunicaciones.Madrid, tras la decisión de Felipe II de transformar la ciudad en un centro administrativo y político de la nación, fue creciendo continuamente en población y tamaño desde el siglo XVII. La calle de Alcalá inicialmente comenzaba en la puerta del Sol y finalizaba en el paseo del Prado (a la altura de la plaza de Cibeles). El crecimiento poblacional de Madrid hizo que durante el reinado de Fernando VI se promocionara la comunicación postal mediante la construcción de la Real Casa de Correos y la asignación de su construcción al arquitecto español Ventura Rodríguez. Tras la entrada del nuevo monarca Carlos III a la ciudad re-asigna al arquitecto francés Jaime Marquet. El edificio ejerció como Casa de Correos (gestión postal) hasta la construcción del nuevo "Palacio de Comunicaciones". La ubicación en pleno centro de la ciudad congestionaba las comunicaciones y el transporte viario. La reforma y ensanche de la Puerta del Sol en 1856 hace que la Casa de Correos acoja finalmente al Ministerio de la Gobernación. La aprobación del anteproyecto por parte del ministro de Fomento, Claudio Moyano, del Ensanche el 19 de julio de 1860, siguiendo el proyecto del arquitecto e ingeniero Carlos María de Castro, expande los antiguos límites de la ciudad. Durante el periodo de Restauración los Paseos del Prado y Recoletos mantuvieron el objetivo de ser lugar preferido para la ubicación de instituciones y organismos prestigiosos, así como de palacetes. Un ejemplo es el Palacio de Buenavista (Cuartel General del Ejército) proyectado por el arquitecto Juan Pedro de Arnal en 1776 para los duques de Alba, el Palacio del Marqués de Linares, hoy sede de la Casa de América.
Uno de los elementos característicos del entorno fue la instalación de la Fuente de Cibeles en 1794 por diseño de Ventura Rodríguez. La actual Plaza de Cibeles se denominaba "Plaza de Madrid", que pasó a denominarse "Plaza de Castelar". Los Jardines del Buen Retiro alcanzaban su extensión hasta el Paseo del Prado Los denominados jardines de San Juanparecían indicados para la construcción del nuevo edificio. Con anterioridad el arquitecto José Grases Riera había realizado estudios de remodelación de la zona, publicando uno de ellos. Las inauguraciones de los Jardines del Buen Retiro en 1876 y del Hipódromo de la Castellana dos años después hicieron que el tráfico rodado se desplazara a la confluencia de la calle de Alcalá con el Paseo del Prado. La desaparición del Real Pósito, la construcción del Palacio de Linares entre 1873 y 1900. El derribo del Palacio de Alcañices o del duque de Sexto, para construir el edificio del Banco de España.
El día 4 de abril de 1910 comienzan las obras de derribo y construcción del eje viario Norte-Sur de la Gran Vía. Este nuevo eje viario de mayor tamaño pretende desplazar el protagonismo existente en el eje Este-Oeste protagonizado por las calles Mayor-Alcalá (tal y como preconizó ya en 1810 el arquitecto del reinado bonapartista Silvestre Pérez).
Entorno a finales del XIX
Plaza de Cibeles
La Plaza de Cibeles (vista desde el mirador del Torreón).
Parte del interior.Hasta comienzos del siglo XIX debido a la existencia del Real Pósito, este tramo de la calle se denominó "calle del pósito" y comprendía un complejo industrial de diversos edificios. A finales del siglo XIX la plaza de Cibeles se perfilaba como un centro concurrido de la ciudad, que era candidato para alojar el poderío económico y financiero de la capital que se iba perfilando en la ciudad. La puerta del Solreflejaba, por el contrario, el centro social y político. Entre ellos, como eje urbano de comunicación se encontraba la calle de Alcalá. En 1846 por iniciativa de políticos como Mesonero de Romanos y Mendizábal se inicia la reforma del paseo de Recoletos entre el portillo hasta la Fuente de Cibeles. De esta forma se alinearon dos frentes viarios: El paseo del prado y la incipiente Castellana.El urbanista Ángel Fernández de los Ríos reclama una centralidad fuera de la tradicional Puerta del Sol para la Plaza de la Cibeles. Para ello propone trasladar el Ministerio de la Guerra y liberar el Palacio de Buenavista. En paralelo José Luis Oriol prepara un Proyecto de Reforma Interior de Madrid con el objeto de mejorar el colapso del centro de Madrid, ya propone el traslado de la Casa Consitorial desde la plaza de la Villa a la plaza Mayor. En 1891 el arquitecto José López Sallaberry idea una Plaza para la Cibeles, esta construcción tuvo una gran polémica debido al traslado de la Fuente, desde su histórica posición lateral, al centro de la nueva plaza. Entre los opositores se encontró la Academia de Bellas Artes de San Fernando, a pesar de ello finalmente se trasladó la fuente a la posición central.
Los jardines se arrendaron al empresario José Jiménez Laynez que los convierte en lugar de esparcimiento y diversión de los madrileños de la época. El arquitecto catalán José Grases Riera se hace cargo de la reforma de los Jardines, diseñó un café-restaurante junto al Paseo de Prado, un teatro-circo, quiosco para las bandas militares y diversas otras animaciones. Este espacio lúdico se inauguró en la primavera de 1894 y estuvo en funcionamiento durante diez años. Las Cortes Españolas el 19 de julio de 1904 aprueban una Ley por la que se enajenan y se parcelan las fincas de los Jardines del Buen Retiro, un día después se convoca el concurso para la construcción del nuevo Palacio de Correos y Comunicaciones en la denominada por aquel entonces plaza Castelar. El cierre de los Jardines para construir el Palacio de Comunicaciones fue muy criticado en la época. Desaparecía un entorno de esparcimiento de la ciudad. Ramón Gómez de la Serna denuncia la desaparición del Café Postal. Los primeros tranvías de Madrid circulaban por la plaza, las líneas: Sol-Serrano y Sol-Hipódromo. El arquitecto municipal José Urioste y Velada fue designado para trazar un diseño urbanístico de la zona y distribuir las calles a través de los jardines, naciendo las calles de Montalbán y Valenzuela (Este-Oeste), Alfonso XI y Ruiz de Alarcón (Norte-Sur). El Estado se reservó los terrenos para construir el Palacio de Correos y Comunicaciones, el Ministerio de la Marina, la Escuela de Guerra Naval, el pósito de Pesca y la Dirección de General de Loterías del Estado. Cediendo el resto al Ayuntamiento de Madrid. Los arquitectos José López Sallaberry y Isaac Rodríguez Avial se encargan de construir los edificios residenciales de lujo. La línea II (Ventas-Sol) de la Compañía Metropolitana de Alfonso XIII inicia sus obras debajo de la Plaza de Castelar el 16 de junio de 1924, sacando dos bocas de entrada en la Plaza.
Avances en las comunicaciones a finales del XIX
Una de las enjutas del popular "pórtico de los buzones".Historia postal de EspañaEl correo postal en España había sufrido un auge constante desde los años treinta hasta finales del siglo XX. El correo postal pasó de ser de renta real (o estatal), a ser de carácter público. La introducción del sello postal como sistema de franqueo a partir de 1850 y el continuo abaratamiento del servicio fueron transformando y socializando el servicio. El logro del reparto diario, en parte gracias a la mejora del sistema ferroviario, hizo que el correo postal fuese un medio de comunicación aceptable y popular. La explotación de la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (abreviada como MZA) tuvo su auge a finales del siglo XIX, llegando a competir con el tradicional servicio de postas. La edificación de la estación del Mediodía (del Sur) proporcionaba un acceso adicional de viajeros, así como de servicios de distribución postal. La tradicional gestión postal realizada en la Real Casa de Postas (ubicada en las cercanías de la puerta del Sol) comenzaba a quedarse obsoleta.El número de usuarios del sistema postal fue creciendo a medida que se iban introduciendo nuevos sistemas de comunicación. Entre 1868 y 1877 circularon por España una media de tres millones y medio de cartas por año. A finales del siglo XIX la cifra se elevó a ochenta millones y a comienzos de la primera década del siglo XX la cifra superaba el centenar de millones de cartas. Esta tasa de incremento, no obstante, fue menor al de otros países europeos. Debido en parte al elevado porcentaje de analfabetismo en la población, que limitaba el empleo de sistemas de comunicación escritos. Tras la Ley de bases para la Reforma de de Correos y Telégrafos de 1909, se introdujo la creación de la Caja Postal de Ahorros y la introducción del giro postal. Pronto aparecerá el servicio aeropostal en 1919, que la Dirección General de Correos y Telégrafos encarga inicialmente el servicio a la compañía francesa Latécoère y una década después se crea en Compañía de Líneas Aéreas Subencionadas. Años después pasó a manos de Líneas Aéreas Postales Españolas.
Por otra parte España comienza sus comunicaciones vía telégrafo eléctrico a mediados del siglo XIX. La implantación fue tardía, comparada con los países vecinos de Europa, a pesar de que Agustín de Betancourt desarrolló la técnica de la telegrafía óptica en España un siglo antes (en 1800 enlazando Madrid-Aranjuez). La guerra de la Independencia no logró favorecer su empleo, y tuvo que esperar hasta la década de los años cuarenta hasta su pleno establecimiento. La red telegráfica se construyó siguiendo un modelo estrella con centro en Madrid. En 1863 la red de telégrafos eléctricos ya disponía de diez mil kilómetros de tendido de hilo de cobre y de casi doscientas estaciones, comunicando Madrid con todas las capitales de provincia en una estructura radial. El decreto de 21 de mayo de 1905 es una evidencia del surgimiento de la radiotelegrafía en España. A partir de comienzos del siglo XX se fue remodelizando la red con el objetivo de hacerla más operativa. Los principales usuarios del sistema telegráfico fueron el Estado, aunque crecía el uso por parte de la burgesía comercial y financiera. Siendo uno de los instrumentos imprescindibles para el mundo de los negocios a comienzos del siglo XX.
En 1924 se establece el monopolio de comunicaciones denominado Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE). Esta compañía adquiere las instalaciones de telégrafos y evoluciona a una topología de red en malla. Introduce la mejora en los sistemas de transmisión como el empleo del código Baudot y posteriormente de los teletipos. El mundo de las comunicaciones postales y telegráficas se vincula al del servicio telefónico. El nuevo Palacio de Comunicaciones se instalaba en la capital en un momento álgido dentro de la evolución tecnológica en el dominio de las comunicaciones. No obstante el auge de la comunicación telefónica hizo que en el periodo de 1926 a 1929 (tras una década de funcionamiento del Palacio de Comunicaciones) se construyera en el primer tramo de la Gran Vía el rascacielos denominado Edificio Telefónica. A comienzos de 1929 se acaba de construir, casi simultáneamente, en la plaza de Callao el Palacio de la Prensa.
Concurso público: diseño del edificio
En el paseo de Alarcón se encontraba un espacio en el que se aparcaban los coches y camiones de distribución de correo postal.El 19 de agosto de 1904 las Cortes aprueban el proyecto de un futuro Edificio de Correos en el solar de Alcalá en esquina con el Salón del Prado. El Real Decreto menciona además como se financiarán las primeras obras con la venta de algunos inmuebles en el centro. El día 20 se convoca un concurso público para la presentación de proyectos. El Concurso exige en sus bases que el edificio pueda prestar tres servicios esenciales: el de correos, el de telégrafos y el de teléfonos. Esta integración de servicios ya se había experimentado anteriormente en Estados Unidos. Indicaba en las bases además que trayecto de la calle de Alarcón que separaba los dos solares sobre los que habría de construirse el nuevo edificio se convertiría en pasaje. El número de pisos, no superior a cinco. Que las fachadas que deben dar a la calle de Alcalá, Paseo del Prado y plaza de Castelar debería de mostrar una decoración armoniosa con la zona.
En el mes de noviembre de 1904 se cierra el concurso al que se presentan sólo tres proyectos: el Felipe Mario López Blanco-Luis Montesinos (definido de concepción anacrónica), Carrasco-Saldaña (calificado de estilo francés: estilo Luis XV) y finalmente el proyecto de Palacios-Otamendi. En un juicio crítico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando realizado el 13 de noviembre se asigna por unanimidad el proyecto a esta última pareja de jóvenes arquitectos. En el proyecto López Blanco-Montesinos (tercero en el fallo) se dictamina que no se encontraban bien caracterizados los servicios dentro del proyecto. En el proyecto Carrasco- Saldaña (segundo en el fallo) se dictamina que se han pospuesto los servicios del público, siendo vital el servicio al público en el nuevo edificio (Se alaba en el informe las fachadas como las mejor estudiadas de los tres proyectos). El proyecto elegido es el Palacio-Otamendi que, a pesar de incompleto, falto de detalles y con una documentación deficiente, es el producto de una creación genial, susceptible de modificaciones y con diseño que respondía a la comodidad del público y mostraba mejor distribución para los diferentes servicios. Los representantes de la Academia ponen como condición que los autores completen el mencionado proyecto e introduzcan en él las modificaciones necesarias en el plazo de un mes. Los tres proyectos superaban el coste fijado en el programa de convocatoria, siendo el de Palacios-Otamendi de menor coste de los tres.
El diseño de Palacios-Otamendi se menciona, por las críticas de la época, que es atrevido y que es disonante con personalidad propia del ambiente clasicista existente en el Paseo del Prado. Se discutía sobre la inexperiencia y juventud de sus autores: Palacios hacía cuatro años había acabado la carrera. El diseño integra las Centrales de Correos, Telégrafos y Teléfonos con el edificio de la Dirección General mediante pasadizos elevados. El diseño inicial permite que el acceso principal al edificio se haga por la fachada que da a la Plaza de Cibeles mediante una escalinata. El proyecto presentado en 1904 puede observarse como desde el torreón central radian hilos de cobre que finalmente no llegaron a colocarse. Desde el diseño hasta su construcción la tecnología cambió y surgió una nueva tendencia hacia la canalización subterránea. Los enclaves de los hilos se dejaron como decorativos y pueden verse incluso en la actualidad.
El acceso principal da lugar al "Hall Principal", un amplio espacio en el corazón del edificio en forma de vestíbulo. El vestíbulo es un homenaje a su profesor Ricardo Velázquez Bosco, inspirándose en la planta del Palacio de Cristal del Retiro (1887). En este "Hall Principal" se disponían los tres servicios de comunicaciones, distribuidos de forma radial trilobulada desde la cúpula central. Integrados en el vestíbulo central iluminado por los ventanales exteriores. La iluminación natural procedente de los ventanales, en lugar de ser artificial, permite el ahorro al mismo tiempo que facilita el trabajo en el interior. A la derecha de la entrada se encuentran los servicios de correos, en el de entrada de telégrafos y en el de la izquierda el de teléfonos. Todos los servicios se encontraban en el mismo espacio: el "Hall Central". El conjunto se divide en dos edificios separados por el pasaje de Alarcón (en la actualidad cubierto por bóvedas de cristal). El edificio que da a la Plaza de Cibeles es la Central de Correos, Telégrafos y Teléfonos. El otro edificio tras el pasaje es la Dirección General. Los buzones se disponen en un apartado ubicado a la derecha de la Central de Correos, tras un pórtico. En este edificio se dispuso una gran sala de cartería (denominada sala de batalla) con espacio para 400 carteros. En el pasaje de Alarcón había un aparcamiento de camiones de distribución. La estructura radial de las comunicaciones telegráficas y su funcionamiento durante las 24 horas permite su uso a cualquier hora. La zona de servicios telefónicos tenían doce cabinas telefónicas para el servicio público que permitían independencia y aislamiento suficiente. En el edificio de la Dirección General se distribuye la administración de Telégrafos (en la calle Alcalá) y de Correos (en el Paseo del Prado). El diseño incluye importantes mejoras técnicas de la época como el sistema de calefacción mediante vapor a baja presión, sistemas de ventilación natural.
La edificación: un largo proceso
Vista nocturna del edificio, 2011
El edificio tardará doce años en cubrir aguas, en este periodo de tiempo se ve sometido a retrasos, suspicacias y disputas diversas. El proyecto se aprueba en 1905, se comienza a construir en 1907 y se inaugura oficialmente en 1919. El comienzo de las obras se vio interrumpido y ralentizado durante algunos años tras el concurso, debido a las resistencias y luchas políticas en la época. Existió una mezcla entre la inestabilidad política de la época y los intereses que suscitaban los trasvases de solares municipales. La Cámara de Comercio de Madrid solicitó la derogación del proyecto y la apertura de otro concurso. Durante el gobierno del partido liberal el inicio de las obras fue paralizado dos años. Con la llegada al Gobierno del partido conservador se abren los procesos constructivos de la Nueva Casa de Correos. Durante este proceso además la pareja Palacios-J. Otamendi abordan otros proyectos en la capital, en 1908 comienzan el Hospital de Maudes en Cuatro Caminos, y en 1910 la sede central del Banco Español del Río de la Plata en Alcalá.
El 12 de septiembre de 1907 se da el comienzo oficial de las obras. Las obras se concedieron a la sociedad Toran y Harguindey. El ingeniero Ángel Chueca Sainz es el encargado del cálculo de las estructuras metálicas del nuevo edificio, Ángel es el padre del insigne arquitecto Fernando Chueca Goitia. Pronto comienza la construcción y la gente lo denomina jocosamente Nuestra Señora de las Comunicaciones debido a la monumentalidad y tamaño. En 1916 se abren al público los primeros servicios de la Caja Postal de Ahorros, a pesar de todo el edificio no se finaliza hasta 1918. Los materiales necesarios para la construcción pronto colapsan el Paseo del Prado, se necesitan entre mil quinientas a dos mil toneladas de hierro para las estructuras, siete mil metros cúbicos de piedra y una gran cantidad de ladrillos. El conjunto de artistas y artesanos que concurrieron fueron dirigidos por el escultor Ángel García. Entre ellos se encontraba el ceramista Daniel Zuloaga que suspendió su intervención, la casa sevillana de cerámica Manuel Ramos Rejano se dedicó en la decoración interior.
En el año de 1916 ya se pueden ver a pie de calle muchos de los elementos de la fachada acabados. Se anuncia en la prensa de la época la visita de Francos Rodríguez (en calidad de Director General de Comunicaciones) y Santiago Alba(en calidad de ministro de Gobernación). Desde el año 1916 al 1918 se iban concluyendo las obras en el interior del edificio. El coste del edificio es de doce millones de pesetas, casi tres veces el presupuesto inicial.
Inauguración y comienzo
El mediodía de 14 de marzo de 1919, tras doce años de obras de construcción, se inagura oficialmente el que se denomina oficialmente "Catedral de las Comunicaciones". A la celebración asiste la pareja real: Alfonso XIII y su esposa Victoria Eugenia, acompañados de diversos componentes del gobierno. La visita duró dos horas. El palacio era en esos instantes un símbolo de progreso y modernidad nacional, y las corrientes de regeneracionismo se arraigaban en los medios, así como en algunos de los intelectuales de la época. El palacio se convierte en el centro neurálgico de las comunicaciones postales en el Madrid de comienzo del siglo XX. Con apenas un año de existencia se convierte en la sede internacional de la Unión Postal Universal (U.P.U.). Una de las primeras funciones del Palacio fueron la de tráfico postal. La Plaza de Cánovas se ve poblada en los años veinte de palmeras.
Detalles de las fenestras de la fachada principal
Cabeza de la diosa egipcia Hathor. Cabeza de Ceres. Deidad azteca.
En el año 1927 se aprueba la construcción de la mitad posterior de la fachada del edificio del Banco de España que da a la calle Alcalá, derribando las Casas-Palacio conocidas como de Santamarca. El entrono de la Plaza de Cibeles fue protagonista de celebraciones políticas diversas, como la celebrada en la proclamación de la segunda República en el 14 de abril de 1931 cuando se izó la bandera republicana en la fachada del Palacio de Comunicaciones. Se realizan las primeras obras de remodelación y se añaden dos pisos más al edificio de Dirección.
A pesar de encontrarse en un sector vital, no sufre desperfectos debido a los bombardeos que asolaron Madrid durante la Guerra Civil. Durante la defensa de Madrid el edificio sufre algunos impactos de bala en su blanca fachada, sus huellas se pueden ver en la actualidad. Se deben a las acciones bélicas al final de la guerra (a comienzos de marzo de 1939) debidas a la sublevación de Casado contra el gobierno de Negrín. La constitución del Consejo de Defensa hace que coloque una batería en la Plaza de Cibeles, el edificio forma parte de una batalla los días 8 y 9 de marzo, en el que las tropas comunistas logran tomar por algunas horas el Palacio de Comunicaciones, mientras que las tropas casadistas resistían en el Ministerio de la Marina, el Ministerio de la Guerra y Banco de España. Más tarde se declarará como comienzo de la Gran Vía.
Declive de su uso postal
El servicio telegráfico siguió creciendo en España hasta el año 1987. Durante este periodo el edificio sufre alguna rehabilitación, y un blanqueo de fachadas (1994). A partir de esta fecha empezó a decaer hasta que en 2005 llegó a ser un servicio puramente residual con menos de medio millar de usuarios. En 1996 se procede a la primera restauración de su fachada, la encargada de su realización es la arquitecto Belén Isla Ayuso. A partir del Protocolo de Colaboración del Ayuntamiento de Madrid con el Ministerio de Hacienda en 2003, por el que se optimizan los usos de ciertos inmuebles de Madrid, se inician los procesos de transformación del Palacio de Comunicaciones. Las dependencias Municipales se encontraban repartidas entre la Casa de la Villa y Casa de Cisneros (ambas ubicadas en la Plaza de la Villa)
Singladura como Ayuntamiento/Área Cultural
Ayuntamiento de Madrid
Interior y cubierta de la recientemente denominada "Galería de Cristal" de Madrid. Anteriormente "Patio de coches".Se convierte a comienzos del siglo XXI el "Palacio de Comunicaciones" en la nueva sede del Ayuntamiento de Madrid, y al hacerlo cambia su denominación a "Palacio de Cibeles". En el año 2003 se decide que algunas áreas funcionales del edificio se transformen. Este es el caso de la Sala de Batalla, que se modifica en el "Salón de Plenos". Tras los seis años de remodelación del interior, encargada a los arquitectos David Márquez Latorre, Ángel Martínez Díaz, Francisco Martínez Díez y Francisco Rodríguez Partearroyo, componentes del "Estudio Arquimática", por concurso público convocado por el Ayuntamiento, el 23 de noviembre de 2009 se produce la inauguración oficial del edificio con la presencia de los Reyes de España. Tras una permuta de terrenos en propiedad del Ayuntamiento el 5 de noviembre de 2007 acoge la sede de la Alcaldía de Madrid, siendo Alberto Ruiz-Gallardón el primer alcalde de Madrid en ocupar su posición en dicho edificio.El 30 de marzo de 2011 se concluyeron las obras y se abrieron al público, para su visita, algunas dependencias del edificio hasta el 27 de julio de 2011 (periodo inicial de puertas abiertas). Se abre al público la posibilidad de acceder al torreón central y emplearlo como mirador (planta 8) de unos setenta metros de altura. En el "Patio de operaciones", a ambos extremos, se han creado dos áreas sociales, dedicadas a la información del ciudadano y a una sala de lectura. El espacio ha sido diseñado por el decorador Pedro Feduchi.Se abre en su interior un espacio de exposiciones que se denomina "CentroCentro", este espacio se incorpora con un par de salas de exposiciones y un auditorio con aforo para un poco más de trescientas personas. Las dos primeras exposiciones de CentroCentro son una exposición fotográfica titulada "Habitantes y paseantes" (con obras de Juan Manuel Castro Prieto) y otra titulada "Palacio de Cibeles" que es dedicada a mostrar las obras de rehabilitación y evolución del nuevo edificio remodelado.
Características
El edificio de fachada de un color blanco característico debido al empleo de piedra de Novelda. Esta piedra se trata de una roca carbonática del tipo biocalcarenita. Se extrae del área de Vinalopó Medio (Alicante). El edificio consta de cinco plantas en total. La manzana en que se encuentra enclavado el edificio del Palacio está limitado al Norte con la calle de Alcalá, al Sur por la calle de Montalbán, al Este por la calle de Alfonso XI y al Oeste por el Paseo del Prado.
Estilo arquitectónico
Se ha venido empleando en diversos monumentos de Madrid, Valencia y Alicante. Posee un estilo muy personal de los dos arquitectos, que posteriormente desarrollarán en el Hospital de Jornaleros de Maudes, bebe de diversas fuentes que se integran en un conjunto coherente: el neogótico, especialmente la obra de Viollet-le-Duc, los hallazgos de sinceridad estructural y de materiales de arquitectos e ingenieros como Gustave Eiffel y Otto Wagner, y la pasión de Palacios por los estilos regionales españoles, específicamente el gótico tardío y la obra de Rodrigo Gil de Hontañón. El estilo de Antonio Palacios aplicado al diseño de este edificio hace que pueda competir con los grandes arquitectos del modernismo catalán de la época. En esta obra de Palacios-Otamendi se deja ver la influencia de la Secessionsstil austriaca.
El interior del edificio fue diseñado como una "Obra de arte total" (en alemán, Gesamtkunstwerk) en la que el mínimo detalle, desde las luminarias hasta los pupitres de la Sala de operaciones o el sistema de ventilación, forman un conjunto artístico unitario al servicio de su función como Casa de Correos. Palacios y Otamendi eran conscientes en su diseño de la posición que ocupaba el edificio en la ciudad, y la transformación de una ciudad provinciana en una metrópoli cosmopolita. Ambos se inspiraron en el Palacio de Monterrey (Salamanca) y en el Plateresco como estilo (neoplateresco).
La fachada
Portada principal con "la rubia" en la clave del arco de entrada al "Hall principal".La fachada posee diversas características del estilo monumental de Antonio Palacios. Emplea en el diseño la integración de las sucesivas perspectivas cónicas subjetivas a un espectador que se mueve a pie de calle observándola. Por esta razón intuye Palacios la percepción del ciudadano en el diseño y ordenación de las fachadas, así como de los lienzos. De esta forma adaptan la fachada cóncava a los requerimientos de la Plaza de Cibeles. El estilo general es una mezcla de la arquitectura norteamericana de carácter monumental con fragmentos españoles. Se encuentran edificadas dos torres extremas a ambos lados de la fachada, y un gran torreón central de una altura de setenta metros sobre el suelo. En el torreón central hay un enorme esfera de reloj eléctrico (de unos tres metros de diámetro) que por la noche se ilumina (substituyendo en oficialidad al Reloj de la Puerta del Sol). Entre ellas y el torreón se encuentran numerosos pináculos (en su inicio fueron diseñados como soportes de los hilos telegráficos). El autor de muchos de los elementos escultóricos y decorativos de la fachada corresponden al artista Ángel García Díaz y asiduo colaborador en las edificiaciones de Palacios y Otamendi. Muchos de los detalles de la fachada están inspirado en la corriente de la época denominada secessionsstil austriaca. Se percibe la influencia vienesa en detalles como el diseño de las cartelas vacías y enmarcadas con ornamentos en forma de guirnaldas y coronas, las ventanas segmentadas de raíces clasicistas, y una clara tendencia a la geometrización de algunos detalles ornamentales. Es creencia popular que gran parte de los escudos vacíos corresponden a una intención del escultor para que fueran representadas las provincias españolas.
Los detalles ornamentales van creciendo en detalles a medida que se eleva la cota a pie de calle. Esta disposición obliga a mirar hacia arriba. La fachada posee algunas representaciones alegóricas que recuerdan a la masonería como pueden ser: estrellas, granadas, caballeros con sus espadas. En la clave del arco de la puerta principal aparece una figura femenina con el medio cuerpo vegetal, motivo de aire típico de las figuras y monstruos representados en el plateresco. Es apodada popularmente por el público de la época como "La Rubia". En muchas de las representaciones de la fachada, en torno a los torreones laterales, se encuentran remisciencias directas a conquistadores españoles del imperio español con bustos de Hernán Cortés, Magallanes, Balboa.
Una curiosidad es que en el centro del escudo de España que preside la fachada en el tímpano del arco, Palacios, gallego de nacimiento, hizo esculpir el escudo de Galicia (puede verse el cáliz y las siete cruces). Según cuenta Alfonso Paz-Andrade, hijo de Valentín Paz-Andrade, fue éste quien sugirió incluir ese detalle en una visita que hizo al taller. .
El gran «hall central»
Este espacio interior («hall central» o vestíbulo central) desde el que se accede desde la entrada principal que da a la Plaza de Cibeles será una constante en las obras posteriores de Antonio Palacios (como en el Banco Río de la Plata y en el Hospital de Jornaleros). Es la dependencia más importante del edifcio, no sólo por sus dimensiones sino por su emplazamiento. El vestíbulo posee una forma en T invertida, de aspecto catedralicio. Cada lóbulo atendía a una función diferenciada: a la derecha los servicios de Correos, enfrente los de Telégrafos, a la izquierda los de Teléfonos. El estilo neoplateresco del edificio se muestra en el interior del "gran hall" donde se pueden ver numerosas galerías de arcos de medio punto con columnas adosadas, siendo esta una solución muy empleada en palacios platerescos castellanos.
Pasaje de Alarcón
El diseño inicial de Palacios y Otamendi incluye la cubrición del Pasaje de Alarcón y la supresión del tráfico rodado a través de él. Este pasaje separaba el edificio de la Dirección de la Gestión. Posee unos 130 metros de largo por 15 de ancho y comunica las calles de Alcalá con la de Montalbán. Se denominó popularmente en sus tiempos de funcionamiento como lacalle del correo. Ambas salidas se encuentran acabadas en arcos especiales en cavaljavia. Cercano a la calle de Motalbán existe un patio de seiscientos metros cuadrados dedicado a los automóviles del servicio de transporte de la correspondencia, denominado el "muelle de furgonetas".
Una gran bóveda acristalada se eleva haciendo de cubierta de quinientas toneladas de peso, formando la denominada "Galería de Cristal" compuesta de una malla triangular. Esta bóveda de geometría irregular cobija a los visitantes con sus casi dos mil quinientos metros cuadrados de cristal. La cubierta fue realizada por la empresa alemana Schlaich Bergermann und Partner en el periodo 2008 y 2009. Esta cubierta de vidrio se extiende a través del antiguo "Pasaje de Alarcón" y el "Patio de Coches".
El Palacio de Comunicaciones en la cultura popular
Proyección especial sobre la fachada del Palacio en las Navidades de 2011.El Palacio aparece, ya posteriormente a su edificación en el siglo XX, en diversas postales y souvenirs turísticos de la ciudad. La combinación monumental, con la propia estatua de la Cibeles en la plaza, es típica en las estampas madrileñas. Aparece en los dichos populares la denominación jocosa y popular de Nuestra Señora de las Comunicaciones, por su planta y aspecto exterior de tipo catedralicio. Esta denominación dejó de ser habitual tras la Guerra Civil española. Aparece el Palacio de Comuniciaciones como signo de modernidad en la comunicación postal en los noticiarios denominados NODO, concretamente en los años 1944 y 1970. Desde los años setenta era escenario de las celebraciones de las victorias más notables de los seguidores del Real Madrid Club de Fútbol.El edificio es icono habitual de la filatelia en las series conmemorativas del correo postal en España. En 1978 hay un artesano popular que se hace famoso,Francisco Luis Maldonado realiza una copia en miniatura del edificio elaborada laboriosamente con palillos. Su aparición en el año 1956 en escenas de la película española, de blanco y negro, titulada Manolo, guardia urbano cuando el guardia de tráfico Manolo Martínez (Manolo Morán) aparece controlando el tráfico en su puesto de la Plaza de Cibeles con el edificio y su blanca fachada en sus planos traseros. Al ser la calle de Alcalá una prolongación de la Gran Vía es habitual que muchas celebraciones, manifestaciones o proclamas tengan como punto de reunión la plaza en la que se encuentra el edificio, tal y como ocurrió en la proclamación de la Segunda República.
Al convertirse en la sede del Ayuntamiento de Madrid desde comienzos del siglo XXI, cobra un protagonismo especial en la celebración de eventos madrileños. El Palacio aparece iluminado en su blanca fachada con motivo de las diversas ocasiones festivas de Madrid y su Comunidad Autónoma, por ejemplo, desde el año 2006, cuando se celebra la Noche en blanco, el Orgullo Gay o durante las fiestas navideñas. Es lugar apropiado para que en el Hall se exhiban los Portales de Belén.