Carta al Médico Internista

Queridos colegas

Al haber alcanzado una maravillosa realidad de nuestra Alma Mater, la culminación de la especialización en Medicina Interna, hecho trascendental en sus vidas y ser la mejor versión que hemos sacado a la luz hasta ahora, yo, en nombre de la Universidad Central del Ecuador, les expreso públicamente mi más sincera felicitación. El el Curso 2016-2019 fue impartido junto con el HECAM y el HEE que les acogieron con tanto entusiasmo en cuanto la docencia asistencial e investigación. Agradezco a los profesores, galenos de gran prestancia que con admirable entusiasmo y generosidad han brindado un aporte educativo invalorable en beneficio de los futuros pacientes. El Maestro Eduardo Luna Yepes, Fundador de este Programa de especialización en 1973, sabiamente pareciera describir a este plantel docente sin haberlos conocido, decía así:

“Se dignifica la vida cuando se forja o se adopta y se mantiene un ideal y se empieza a caminar en pos de una meta; cuando nos ponemos a soñar en ese ideal y hacemos de la meta el objeto de nuestro anhelo y de nuestra esperanza; cuando al despertar en la vigilia, trabajamos y luchamos sin descanso por conseguir lo anhelado, alentando en nuestros pares una vocación misionera, animándoles a tomar su parte en la contienda y la posta en la carrera”

A continuación, se considera pertinente hablar brevemente de la Medicina Interna, del internista, de su rol actual, de su proyección y futuro, pero para hacerlo antes se debe mencionar, al menos brevemente, su pasado. No se pretende un recuento exhaustivo por periodos de unos hechos ocurridos, sino remembrar el discurso de esta ciencia en sus inicios. La génesis de la Medicina In terna ocurre como una interrupción en la historia de la Clínica, su institución ocurre cuando el famoso caballero, Sir William Osler, Padre de la Medicina Moderna, toma el método clínico y lo vincula más estrechamente al método científico. Por lo tanto, la Medicina Interna comparte con la Clínica una misma esencia, aunque no representa una continuación armónica de su discurso, sobre todo porque profundiza en la importancia del modelo matemático a través de los ensayos clínicos, la medicina basada en la evidencia, el método científico y el empirismo,

Según Michell Foucault, reconocido filósofo francés del siglo XX, en su obra: “El nacimiento de la clínica”, nuestro campo es el pilar fundamental de todas las ciencias humanas occidentales, no hay otra mayor inspiración para ellas que el ojo que habla, esa mirada atenta del clínico que enuncia un significante (el diagnóstico), al mismo tiempo que observa aquello que este significa (la enfermedad). La Clínica, desde esta perspectiva, se convierte en un lenguaje, una óptica científica y una relación interhumana. En las palabras de Corvisart, médico de Napoleón: “toda teoría calla o se desvanece ante el lecho del enfermo, el arte de describir los hechos es el arte supremo en medicina: todo palidece ante el”.

Para complementar este pretendido enfoque académico, se discute el rol y el futuro del internista. Actualmente, el conocimiento nuevo que falta es descubrir como usar el conocimiento nuevo. Es decir, el reto en nuestro país es la traslación del conocimiento. Las constantes transformaciones en el mundo consecuentes de determinantes sociales, políticos, culturales y económicos han provocado cambios en el modo de vida dentro del hospital. La Medicina Interna, al tener su ser, saber y hacer estructurado en el proceso de cuidar relacionándose, ante estas transformaciones, ha de identificar las necesidades de adaptar sus maneras de cuidar.

El modelo de atención sanitaria centrada en el paciente ha de procurar contribuir en el proceso asistencial como guía o direccionamiento dentro del sistema, el clínico que actúa como oráculo que sabe las respuestas ha desaparecido. En este nuevo contexto en el que ocurre el ejercicio de la medicina, el expediente médico cobra una inusitada importancia, ya no es una cosa separada de la práctica médica, está íntimamente entrelazado, no es solamente una parte de la práctica médica, sino que este es la práctica médica. La expansión de la investigación evaluativa o investigación de resultados de salud usan el expediente clínico como base de datos para mejorar la calidad y el valor de la atención sanitaria para el paciente, de esta manera el internista puede convertirse en una víctima del expediente o puede triunfar gracias a él en la medida que los datos que recolecta demuestran buenos resultados terapéuticos. Lawrence Weed afirma que el médico no vale por lo que sabe, vale por los que hace.

En los pabellones hospitalarios cuando el médico está junto a pacientes con múltiples comorbilidades, se enfrenta a cientos de problemas médicos simultáneamente. En este contexto de confusión, no hay métodos de estudio que aíslen los objetos de estudio de forma pura como en el laboratorio de investigación. Sin embargo, el médico no se limita a una mera observación de la naturaleza, también la cuestiona. El conocimiento nuevo previamente elaborado en los áticos universitarios es absorbido en teorías para usarlo en la atención del paciente. El acto médico es investigación científica, es una tesis de grado, cada paciente es una nueva tesis en desarrollo.

Finalmente, no basta la actitud académica de un científico para tener éxito en la práctica clínica. Como arte que es, también hay que sentirla, cuidarla y alimentarla para poder vivirla. Para hacerlo, Erick Fromm ha planteado cuatro premisas básicas que necesita cualquier arte para ser desarrollado: disciplina, concentración, paciencia y preocupación. El Arte es estilo, estructura, forma, belleza, es Oswaldo Guayasamín repitiendo un boceto 50 veces en medio de la noche, es García Márquez corrigiendo un párrafo por dos semanas hasta que quedó perfecto, es Pablo Neruda escribiendo una estrofa 30 veces hasta que sea conmovedora. No es hacer un “copy & paste” de la misma nota de evolución por varios días, no es hacer interconsultas no presenciales por la red, no es dar apresuradamente el alta a un paciente solo porque hay que hacer el trámite para una clínica de cuidados paliativos. Si la Medicina Interna no es arte, es caos. Termino con una hermosa cita de Richard Bach que ha sido mi lema existencial desde la juventud . "Sueña lo que te atrevas a soñar. Ve donde quieras ir. Sé lo que quieras ser. ¡Vive!”— . Muchas gracias.